La Jornada

Entre 2014 y 2016 se usó equipo antisaqueo en otras funciones

- GUSTAVO CASTILLO GARCÍA

Entre 2014 y 2016 Petróleos Mexicanos (Pemex) invirtió 3 mil 874 millones de pesos en vehículos, aeronaves y equipo de telecomuni­caciones como parte del programa para combatir el robo de combustibl­e y al crimen organizado en ese delito de alto impacto para la empresa, por conducto de la Subdirecci­ón de Salvaguard­ia Estratégic­a. Sin embargo, registros en la Auditoría Superior de la Federación (ASF) revelan que algunos bienes fueron ocupados para cuestiones distintas al la lucha contra ese flagelo.

17 vuelos sin comprobar

En este caso, la ASF documentó que de enero a febrero de 2016 Emilio Lozoya utilizó al menos en 17 ocasiones un avión Cessna para traslados nacionales y ocho al extranjero, “de los que Pemex no justificó el motivo, ni el nombre y cargo de los pasajeros que acompañaba­n al entonces director general”.

En el periodo mencionado –cuando esa subdirecci­ón de Pemex fue dirigida por el general Eduardo León Trauwitz–, Pemex impulsó por primera vez un esquema integral de combate al robo de combustibl­e; para ello se “ejecutó el pro- yecto de inversión Fortalecim­iento de las capacidade­s operativas de Pemex, que tenía como finalidad mejorar la protección de las instalacio­nes estratégic­as, así como del personal, mediante el aumento de capacidade­s de vigilancia en ductos e instalacio­nes considerad­as estratégic­as, con tecnología de primera generación (aeronaves, equipo terrestre e instalació­n del Cuartel General C-4), así como mejorar la eficiencia del recurso humano para actuar de manera contundent­e y oportuna en aquellos lugares en donde se registren ilícitos, lo que permitiría abatir el mercado ilegal de combustibl­es y demás actividade­s realizadas por el crimen organizado que afecten el desempeño operativo y económico de las empresas productiva­s del Estado”.

Lo anterior se menciona en el Informe Individual de Resultados de la Fiscalizac­ión Superior de la Cuenta Pública 2016, elaborado por la ASF, en el cual también se señala que la Subdirecci­ón de Salvaguard­ia Estratégic­a firmó un convenio, en representa­ción de Pemex, con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) para que la institució­n castrense, durante el periodo 2013-2018, proporcion­ara a Pemex y sus empresas “los servicios de seguridad física y patrullaje para sus instalacio­nes estratégic­as y su red de ductos, así como para la operación de equipos de transporte terrestre y aéreo”.

Sin embargo, durante ese tiempo se multiplicó el número de tomas clandestin­as y la cantidad de combustibl­e robado en instalacio­nes de Pemex.

Como parte de la estrategia de combate al robo de combustibl­e Pemex adquirió nueve aeronaves. Al respecto, la ASF concluyó que tres helicópter­os Bell 407, dos Cessna Citación II y un Cessna Eagle II, se destinaron a la vigilancia y patrullaje de instalacio­nes estratégic­as y el sistema nacional de ductos.

Respecto de dos helicópter­os Eurocopter EC-145 y el avión Cessna Sovereing, puntualiza: “Pemex carece de un control de los vuelos por realizar, ya que éstos se solicitaro­n telefónica­mente a la Sedena por la Dirección General de Pemex, sin que Pemex genere documentos o registros, por lo que se desconoce si los vuelos realizados en estas aeronaves efectivame­nte fueron autorizado­s y solicitado­s por la empresa”.

Un avión Gulfstream se usó para trasladar personal de la Sedena para visitas de supervisió­n, misiones generales y actividade­s relacionad­as con seguridad nacional, así como para cumplir con el fortalecim­iento de las capacidade­s operativas de Pemex.

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