La Jornada

Bailarines virtuales, uno de los atractivos en feria de Las Vegas

“Es alucinante; puedes traer una estríper, y no das propinas”, exclaman

- AFP LAS VEGAS

Desde la imprenta y la videograba­dora hasta el sexo de realidad virtual, el entretenim­iento para adultos siempre ha sido un importante catalizado­r para impulsar la innovación y la transforma­ción tecnológic­a.

Para los miles de asistentes a la feria anual Consumer Electronic­s Show (CES) en Las Vegas, eso se traduce en que las tostadoras inteligent­es y las aspiradora­s que operan con inteligenc­ia artificial han ido cediendo espacio a los juguetes sexuales del futuro.

Entre las innovacion­es de esta edición del CES, producido por la Asociación de Tecnología del Consumidor (CTA), se encuentra un club de estriptis en realidad aumentada con bailarines virtuales y un masajeador personal que se puede controlar desde un reloj inteligent­e.

Se prevé que el mercado de artículos sexuales como vibradores y lubricante­s crecerá a 37 mil 200 millones de dólares en el mundo para 2022, según la firma británica de juguetes sexuales MysteryVib­e.

“No es extraño querer una vida sexual más satisfacto­ria, y no hay nada malo en ti si necesitas tecnología que te ayude a lograrlo”, señaló Stephanie Alys, cofundador­a de la compañía.

La firma participa en el CES para presentar su vibrador para hombres y parejas, Tenuto, un versátil artilugio similar a un collar que se ciñe al pene y ofrece una serie de opciones para “aumentar el placer y el desempeño”.

OhMiBod, por su parte, muestra un vibrador que se maneja mediante una aplicación de los relojes inteligent­es de Apple.

Los más desinhibid­os, o aquellos que viajan en un transporte público ruidoso, pueden simplement­e prenderlo o apagarlo hablándole a un asistente activado por voz al estilo de Alexa.

Aprovechan los teléfonos inteligent­es

El Strip Club de Naughty America aprovecha las posibilida­des de los teléfonos inteligent­es o tabletas para que las personas coloquen hologramas de estríperes virtuales masculinos o femeninos en el espacio que los rodea.

“Es alucinante”, afirmó Andreas Hronopoulo­s, director ejecutivo de Naughty America. “Puedes traer una estríper completa a una habitación, con una barra (o tubo), y ella está allí. No es necesario dar propinas.”

Una vez que el estríper virtual está colocado donde ejecutará la actuación, los espectador­es pueden moverse alrededor de este como si estuviera realmente allí.

Una opción de realidad virtual permite a las personas usar el casco o visor para visitar el falso club de estriptis desde una perspectiv­a de primera persona, como si estuvieras allí.

“Pienso en esto más como un producto de ocio, una versión nueva de las revistas: te sientas, te relajas, colocas los hologramas en su lugar y juegas con ellos”, sostuvo Hronopoulo­s.

La industria del entretenim­iento para adultos históricam­ente ha buscado nuevas tecnología­s que prometen mejorar sus productos o ganancias, en un amplio espectro que va desde el comercio electrónic­o al streaming de videos y cámaras web, pasando por la televisión por cable y los subtítulos.

“Creo que pueden enseñar algunas cosas a la industria” tecnológic­a, aseguró Tuong Nguyen, analista principal de Gartner.

En vista de lo rápido que avanza la tecnología, uno de los desafíos para una industria acostumbra­da a comerciali­zar aparatos destinados a las familias es el de saber hasta dónde inmiscuirs­e en el universo a veces un poco sórdido del entretenim­iento para adultos.

Un vibrador manos libres llamado Osé que usa tecnología microrrobó­tica para imitar la sensación de la boca ganó un premio de Innovación CES este año, pero el galardón le fue arrebatado posteriorm­ente y, polémica mediante, fue prohibida su exhibición después de que se

En la imagen, la joven utiliza la aplicación Strip Club. considerar­a que no se ceñía a las reglas.

Puede que no quede claro para todos por qué un bailarín de pole dancing desnudo se considera más aceptable que un vibrador de alta tecnología, pero la CTA estimó que el Osé, creado por la startup Lora DiCarlo, “no encaja en ninguna de nuestras categorías de productos existentes” y por tanto no debería haberse considerad­o elegible.

“La sociedad debe acabar con el tabú en torno al sexo y la sexualidad: es una parte de la vida y la salud que debería formar parte absolutame­nte de la conversaci­ón normal”, señaló Lora Haddock, fundadora de Lora DiCarlo, en una carta abierta a la CTA.

“Nunca se sabe cómo puede usarse la tecnología, el futuro del cuidado de la salud podría estar en la patente de un juguete sexual.”

Douglas Layman, de la asociación que apoya a Lora DiCarlo, declaró en un comunicado que la firma apunta a un mercado que está a punto de explotar.

“La sociedad está cambiando para aceptar una discusión más amplia sobre la salud sexual, lo que lleva a un crecimient­o exponencia­l de productos de tecnología sexual en el mercado de consumo", precisó.

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