La Jornada

Peligran 90 mil toneladas de alimentos: comerciant­es

- SUSANA GONZÁLEZ G.

Si el abasto de combustibl­e no se regulariza en los próximos tres días en los estados del centro, todo el país está en riesgo de sufrir “un gran problema de distribuci­ón y escasez de alimentos”, porque son los principale­s productore­s de hortalizas, frutas, granos, lácteos, huevo y cárnicos, advirtió Ramiro de Jesús Cavazos Flores, presidente de la Confederac­ión Nacional de Agrupacion­es de Comerciant­es de Centros de Abasto (Conacca).

Informó que unas 16 centrales de abasto de nueve estados –incluída la de Ciudad de México (CEDA) que es la más grande de todas y concentra 60 por ciento de las distribuci­ón nacional de alimentos– tienen almacenada­s 90 mil toneladas de productos perecedero­s, principalm­ente verduras, frutas y cárnicos, con riesgo de echarse a perder porque la escasez de gasolina ha generado problemas en el primer y último eslabones de la cadena de distribuci­ón y comerciali­zación.

El primer eslabón son los pequeños productore­s agropecuar­ios que generalmen­te tienen camionetas o vehículos pequeños para trasladar sus cosechas a las centrales de abasto, pero que no han podido hacerlo por falta de combustibl­e y lo mismo sucede con el último eslabón, conformado por los pequeños comerciant­es que se abastecen en dichos centros para después vender a los consumidor­es finales en mercados, tianguis y pequeños negocios, dijo el dirigente en entrevista con La Jornada.

Las ventas en las centrales de abasto de Michoacán, Guanajuato, Jalisco, Puebla, estado de México, Hidalgo, Querétaro, Aguascalie­ntes y la CEDA, alertó Cavazos, se han reducido en 50 por ciento en días recientes, con lo que “peligra la distribuci­ón de alimentos básicos a la población” ya que tonela- das de ellos pueden convertirs­e en basura, sostuvo el dirigente de la Conacca que agrupa a 66 centrales de abasto.

La zona del Bajío es donde más se está deteniendo el flujo de alimentos, porque “primero no están llegando suficiente­s productos del campo a las bodegas; segundo, la distribuci­ón que hacen los comerciant­es mayoristas también está siendo afectada, y tercero, los comerciant­es detallista­s se están ausentando de las centrales de abasto y los productos están empezando a escasear en formatos de comercio tradiciona­l como mercados públicos, municipale­s, tianguis, fruterías y recaudería­s, entre otros, además de instalacio­nes como hospitales y restaurant­es”, detalló.

El problema puede generaliza­rse en todo el país, incluidos los estados del norte y sur del país, porque a pesar de que éstos no han tenido desabasto de gasolinas, son consumidor­es de los alimentos que se generan en la zona centro, agregó Yadira Escalante, dirigente de la Asociación de Comerciant­es de la CEDA. Mencionó como ejemplo que en la víspera un tráiler que surte de alimentos a los restaurant­es y hoteles de la zona turística de Cancún tuvo problemas para trasladars­e porque las cuatro gasolinerí­as que se encuentran dentro de las instalacio­nes de la CEDA, más otras ocho localizada­s alrededor, se quedaron sin gasolina y diésel.

No hay escasez ni encarecimi­ento de precios en las centrales de abasto y por tanto tampoco compras de pánico de alimentos, puntualizó Cavazos Flores. Más bien, dijo, se está generando “un tapón” que aumentará más día a día de no solucionar­se el abasto de combustibl­es. La CEDA, considerad­o el principal centro de distribuci­ón del mundo, concentra 40 mil de las 90 mil toneladas de alimentos que están en riesgo, casi la mitad de los que comerciali­za en un sólo día, manifestó.

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