Pese a la vigilancia, hubo doble sabotaje en ducto Tuxpan-Azcapotzalco
El doble sabotaje al ducto de Petróleos Mexicanos (Pemex), que surte combustible a la capital del país desde el Golfo de México, significó una respuesta al plan del gobierno contra el huachicoleo, consideraron analistas del sector.
Aun con la presencia de elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), el ducto, que conecta a la zona petrolera de Tuxpan, Veracruz, con la alcaldía de Azcapotzalco, en el norte de la Ciudad de México, ha sido objeto de dos sabotajes esta semana, que originaron la escasez de gasolinas en la capital del país, que consume más de 20 millones de litros diarios.
De acuerdo con documentos de Pemex, el poliducto Tuxpan-Azcapotzalco es estratégico para Pemex Refinación por su transporte de gasolina y diésel para consumo final en la Ciudad de México y la zona metropolitana. El ducto pasa por 148 zonas de alto impacto como ríos, cuerpos de agua o áreas naturales protegidas.
“Resulta complicada la vigilancia” sobre el ducto, que tiene una longitud superior a los 300 kiló- metros y atraviesa los estados de Veracruz, Hidalgo y Puebla, justo en la conocida sierra norte de éste último estado, dijo Édgar Ocampo, integrante de la Asociación para Estudios de Recursos Energéticos.
En estas entidades se registraron casi 40 por ciento de las tomas clandestinas al cierre de octubre pasado: mil 726 en Hidalgo, mil 815 en Puebla y mil 338 en Veracruz. En todo el país, las tomas clandestinas detectadas por Pemex ascendieron a 12 mil 581.
En 2017, este diario enumeró las tomas clandestinas en el país entre 2006 y 2016, así como sus coincidencias en ubicaciones con operaciones de grupos delictivos. Con base en datos gubernamentales, el cártel de Los Zetas tenía operaciones en esos años en Veracruz e Hidalgo.
Leticia Armenta, especialista en temas de energía y en particular de Pemex, del Tecnológico de Monterrey, consideró que la actual situación de desabasto en el centro del país es “conflictiva”, debido a que no es eficaz la distribución de combustibles mediante pipas.
Consideró que el gobierno mexicano no dimensionó el impacto de este plan contra el robo de com- bustibles y la duda, hoy, es cómo se solucionará el desabasto porque “el actual esquema” basado en pipas no puede ser “perpetua”.
La académica cuestionó que hasta este jueves no haya detenidos por el robo de combustible y la forma en que se decidió “atacar” el delito, por la situación “límite que se está generando”.
“Esto es una guerra”, resumió el analista Ocampo cuando se le cuestionó sobre el plan contra el robo de combustibles anunciado en diciembre pasado, y sus consecuencias por parte de grupos de intereses que pudieran verse afectados.