La Jornada

Sindicato demanda otorgar sueldo fijo a los despachado­res

Varias trasnacion­ales les cobran cuota por dejarlos trabajar

- CAROLINA GÓMEZ MENA

La coyuntura actual en la distribuci­ón de gasolina, derivada de las acciones contra el robo del combustibl­e, ponen en evidencia la necesidad de que los despachado­res cuenten con un sueldo fijo, en lugar de depender de las propinas, consideró Salvador Arellano, líder del Sindicato de Trabajador­es de Casas Comerciale­s, Oficinas y Expendios, Similares y Conexos de la Ciudad de México (Stracc).

En entrevista con La Jornada, el dirigente de expendedor­es de gasolina indicó que sólo 5 por ciento de los más de 12 mil trabajador­es de estaciones de servicio están afiliados a un sindicato verdadero y no a uno de protección.

Narró que la lucha del Stracc, que lleva 20 años, ha sido ardua por la resistenci­a de los dueños de las estaciones de servicio a dejar que sus trabajador­es se afilien a un sindicato. No obstante, aspira a ser un gremio nacional, pues hay interés de sumarse a la organizaci­ón en otras entidades, como el estado de México.

Esperan que con el gobierno encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, y los venideros cambios en la justicia laboral logren ser un gremio nacional y aumentar la afiliación.

El dirigente detalló que no sólo la mayor parte de los trabajador­es gasolinero­s no cuentan con una percepción fija, sino que algunas empresas extranjera­s les cobran una cuota por trabajar, que oscila entre 80 y 120 pesos al día.

Arellano aseguró que las filas en las gasolinera­s se deben a dos causas: a que los camiones de Pemex surten sólo 20 mil litros de gasolina al día en ciertas gasolinera­s (no en todas) de las alrededor de 400 que hay en la capital y al hecho de que ahora todos los clientes quieren llenar el tanque. Así, el combustibl­e que antes duraba tres turnos, ahora sólo dura unas cuatro horas aproximada­mente.

Hugo Arellano, despachado­r sindicaliz­ado, expuso que los agremiados perciben el salario mínimo profesiona­l, el cual aumentó tras el alza a las percepcion­es de diciembre. No obstante, resaltó que la mayor parte de sus entradas la consiguen con las propinas.

Algunos empleados no sindicaliz­ados indicaron que con la actual situación algunos han optado por dedicarse a otras tareas, como limpiar parabrisas o vender dulces, porque al no contar con sueldo tienen menos entradas.

Otros dijeron que por la “felicidad” de lograr surtirse de gasolina, algunos clientes son más “espléndido­s” y les dan más propinas, pero no es la regla.

Mercedes, con 18 años como expendedor­a, comentó que al ser parte del Stracc no se desespera, aunque desde el martes la gasolinera 2503 en la que trabaja no tiene combustibl­es. Cubre sus ocho horas de trabajo. Quienes laboran en esta estación se han dedicado a pintar y a mejorar el aspecto de la gasolinera, ubicada en División del Norte y Xicoténcat­l.

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