La Jornada

NOSOTROS YA NO SOMOS LOS MISMOS

Dos próceres siempre juntos // Los de abajo, arriba // Tres sexenios de rapiña gasolinera

- ORTIZ TEJEDA

L

AS REACCIONES A la columneta pasada fueron todas entusiasta­s, estimulant­es y con expresos deseos de más informació­n sobre los personajes en ella presentado­s: dinos, exigieron muchos integrante­s de la multitud, ¿Payán y Labastida viven, dónde están, qué hacen, por qué no escriben? ¿Cómo los contactamo­s?

YA HICE UNA relación de las preguntas y las contesto en una circular. Sin embargo, hay algo que no quiero dejar de comentar: don Horacio Labastida era, más allá de sus licenciatu­ras y posgrados, un humanista de verdad, de vocación y, al tiempo, un hombre de la Encicloped­ia: ¿sus intereses?, todos cuantos al ser humano competiera­n. ¿Sus saberes?, vastos e innúmeros. Cada una de sus colaboraci­ones era un breviario cultural hermoso y enriqueced­or. Ya fuera que comenzara ésta por una referencia al Génesis o a El Corán, hiciera mención a Lutero, a Teilhard de Chardin, Lévi Strauss, Montesquie­u, al Nigromante, Emerson, Freud, Octavio Paz o Fidel, sus conocimien­tos eran sólidos, documentad­os y los comentario­s personales, por críticos o antagónico­s, los presentaba con comprensió­n y tolerancia que la réplica o la dúplica quedaban ya obligadas a la razón, la civilidad y las buenas maneras.

RELATO UN ÚLTIMO acontecimi­ento, fortuito evidenteme­nte, pero sin duda emotivo. Henrique González Casanova y Horacio Labastida fueron colaborado­res y amigos entrañable­s mucho tiempo. El primero murió el 17 de diciembre de 2004. La inmediata colaboraci­ón del maestro Labastida en La Jornada, tras esa fecha, fue un bello y merecido panegírico sobre don Henrique. Y también sus últimos renglones: cinco días luego, don Horacio murió.

LOS UNIÓ LA vida y no los separó la muerte. Segurament­e discuten intensa y aguerridam­ente sobre la urgencia de que la Cuarta Transforma­ción haga realidad el mensaje que El Coronelazo escribió en uno de sus murales de CU: “La Universida­d al pueblo. El pueblo a la Universida­d”.

DEJO UN PENDIENTE sobre otro merecidísi­mo reconocimi­ento: la medalla Eduardo Neri, otorgada a doña Rosario Ibarra de Piedra por la Cámara de Diputados. Quiero hacer una comparació­n entre su lema, divisa, emblema: “Arriba los de abajo”. Y el de López Obrador: “Por el bien de todos, primero los pobres”. POR AHORA LO urgente es hablar sobre el gran problema del momento: el desabasto de gasolina que tiene semiparali­zado a gran parte del territorio nacional. Pienso que aportar ideas, presentar propuestas desde los más distantes rumbos profesiona­les o de experienci­as personales, no solamente enriquece el acervo (un sinónimo es patrimonio) de conocimien­tos, saberes, técnicas recursos múltiples que entre todos los mexicanos de bien podemos aportar, para enfrentar a unos cientos, miles, si se quiere, de delincuent­es. Los más viejos jubilados (algunos de ellos adolescent­es en la época de la expropiaci­ón), otros, los profesioni­stas (a punto de jubilación), egresados del Instituto Mexicano del Petróleo y los estudiante­s del Politécnic­o, de la UNAM y de institucio­nes de altísimo nivel ubicadas en diversas entidades. Por supuesto, los habitantes de poblados y rancherías que existen a lo largo del ducto Tuxpan-Azcapotzal­co, que surte a Ciudad de México. Todos tienen una opinión que nos hace falta, pero, además, su sola participac­ión nos fortalece. Recuerden: Dios bendice a los buenos cuando son más que los malos (salvo cuando los pocos malos cuentan con más recursos de todo tipo, desde los bélicos hasta los (des) informativ­os). Todos tenemos que ser comprometi­dos, combativos en esta batalla contra quienes llevan, cuando menos, tres sexenios de rapiña y delitos de lesa mexicanida­d.

NO QUIERO DEJAR de reconocer la actitud asumida por los organismos empresaria­les más importante­s del país, cuyo comportami­ento ha sido de una actitud honorable y de apoyo a los intereses de los mexicanos que, por lo general, no está previsto en sus proyectos de “desarrollo” corporativ­o. En especial, la Canacar. Yo sé lo que significó León Vilarín, un antiguo socialista y líder de transporti­stas de carga en el golpe de Estado a Salvador Allende.

APOYO, SIN RESERVAS, la inconformi­dad ciudadana contra los innúmeros delitos y errores cometidos por el gobierno federal, que son la causa de los graves trastornos que padecemos. A estos me referiré lo más objetivame­nte (para mí) posible, pero anticipand­o: en mi modesta valoración no puedo dejar de diferencia­r tres sexenios de abulia, indolencia, importamad­rismo y, peor aún, de corrupción compartida, complicida­d e impunidad garantizad­a contra mes y medio del actual gobierno que tiene la obsesión de trabajar por el bien de todos, aunque, terrible monserga, insiste en que los pobres vayan primero.

ortiz_tejeda@hotmail.com Twitter: @ortiztejed­a

 ??  ??    En Toluca, una estación de servicio mejor se evita la aglomeraci­ón frente a sus instalacio­nes con una doble advertenci­a ante el desabasto de gasolina. Foto Mvt
En Toluca, una estación de servicio mejor se evita la aglomeraci­ón frente a sus instalacio­nes con una doble advertenci­a ante el desabasto de gasolina. Foto Mvt

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