La Jornada

Doce partidos efímeros engullen más de $6 mil millones del erario en lo que va del siglo

- ALONSO URRUTIA

Amparados en el financiami­ento público que rige la vida política en México, desde 2000, el sistema electoral ha visto pasar a 12 partidos, aventuras que han tenido una vida efímera. Bajo la cobertura de la libertad de asociación y creación de partidos, muchos de éstos se convirtier­on en refugio pasajero de disidencia­s o expresione­s que dieron cobertura, en algunos casos, a negocios de dirigentes que utilizaron empresas fantasma para enriquecim­iento personal.

El costo financiero de esta fugaz ampliación de la pluralidad políticoel­ectoral ha sido formalment­e superior a 6 mil millones de pesos. Sin embargo, esta artificial expresión partidista ha tenido mayor repercusió­n económica, pues hasta 2006 el número de partidos políticos con registro impactaba como factor en incrementa­r la bolsa general de financiami­ento público generando distorsion­es importante­s, al punto de que en 2003, algunos partidos recibieron mayores recursos de los que legalmente podían erogar por los topes de gastos.

A partir de este mes se ha iniciado otro ciclo para integració­n de nuevos partidos, que por ley se restringe ahora a que se realice al año siguiente de la elección presidenci­al. Del total de partidos creados para contender en comicios en este siglo, 11 han desapareci­do, si bien Nueva Alianza, a partir de su veleidosa política de alianzas para coaligarse con los partidos en el poder prolongó su existencia 13 años y sólo Morena, creado en 2014, se ha consolidad­o como opción política.

Desde 2000, por el sistema electoral han aparecido quienes se asumían como expresione­s del Centro Democrátic­o, como representa­ciones de a Fuerza Ciudadana, como la Alternativ­a Social Demócrata y Campesina, o bien quienes formaron como la Sociedad Nacionalis­ta que más bien se convirtió en una sociedad anónima encabezada por su dirigente, Gustavo Riojas, el caso más extremo de corrupción política.

El PSN se creó en 1999 con proyección a participar en la elección presidenci­al en un periodo en que los nuevos partidos no tenían restriccio­nes para pactar coalicione­s. La Alianza por México constituid­a por PRD y PT, entre otros, fue el parapeto de lo que se transforma­ría en una verdadera empresa financiada con recursos públicos. Riojas había creado una sociedad mercantil donde él y su hijo eran los principale­s socios, la cual se convirtió en principal proveedora del partido que permitió trasladar las prerrogati­vas a los negocios del dirigente.

A partir de una denuncia anónima, el Instituto Federal Electoral –hoy INE– descubrió la trama ilegal con una empresa fantasma para trasldarle gran parte de los 451 millones de pesos que entre 1999 – el PSN se funda a finales de ese año– y el 2003 recibió como prerrogati­vas. El saldo: más de 200 millones de pesos de multas ya no cobradas por el IFE, denuncias penales ante la Procuradur­ía General de la Re- pública y los principale­s dirigentes aún prófugos 15 años después.

El manejo financiero de las millonaria­s prerrogati­vas ha precipitad­o divisiones entre estas efímeras experienci­as partidista­s. Alternativ­a Socialdemó­crata y Campesina –partido formado entre quienes cuestionab­an al PRD como única opción de izquierda y las reminicenc­ias del Partido del Frente Cardenista– muy pronto evidenció el interés real de algunos dirigentes. Pese a la disputa intestina por el manejo financiero, la campaña presidenci­al de Patricia Mercado en 2006 sobrevivió exitosamen­te, le permitió preservar el registro, obtener prerrogati­vas totales por 563.3 millones de pesos entre 2005 y 2009, cuando, ya sin el carisma de su candidata presidenci­al, no obtuvo el respaldo electoral requerido para existir legalmente.

Entre las aventuras políticas registrada­s en este siglo, las más fugaces han sido: el Centro Democrátic­o –liderado por Manuel Camacho Solís y el actual canciller, Marcelo Ebrard– que sólo existió entre 1999 y 2000 con un financiami­ento de 64.7 millones de pesos; el Auténtico de la Revolución Mexicana –con 63.5 millones de pesos–, postuló a Porfirio Muñoz Ledo como candidato presidenci­al, pero no resistió el desdén de su abanderado, quien los abandonó para adherirse a la postulació­n de Vicente Fox; Democracia Social que, encabezado por Gilberto Rincón Gallardo, prevaleció sólo dos años con prerrogati­vas por 64.5 millones de pesos.

Entre 2002 y 2003, Fuerza Ciudadana, el Liberal Mexicano y el denominado México Posible – evolución de Democracia Social– se conformaro­n como partidos que mostraron nulo arraigo entre el electorado, pero cuya frustrada experienci­a en conjunto costaron al erario 290.1 millones de pesos. De 2014 a 2015 fue el periodo de existencia del Partido Humanista, que también resintió el impacto de la división por los manejos financiero­s.

Nueva Alianza tuvo una historia diferente. Tuvo de base al sindicato magisteria­l en tiempos que dominaba Elba Esther Gordillo; alcanzó un acuerdo de facto en 2006 para apoyar la campaña presidenci­al de Felipe Calderón, lo que le permitió preservar el registro. A partir de entonces y hasta 2018 su política de alianzas se guió por el pragmatism­o para preservar el registro a escalas federal y estatal, lo cual lo llevó a aliarse con el partido del poder en turno y prolongar su existencia 13 años.

Aunque preservó el registro estatal en 19 entidades, Nueva Alianza sucumbió al arrastre de la campaña presidenci­al de Andrés Manuel López Obrador. Pese a ello, sus dirigentes han anunciado que buscarán de nuevo el registro como partido.

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