La Jornada

México, débil ante una crisis energética

- RAMSÉS PECH*

I nicio aclarando que no pertenezco o tengo afiliación alguna a partidos políticos; mis aportacion­es son de estadístic­a y análisis basado en mi experienci­a de ingeniero en la industria de la energía, así como en economía para la planeación, diseño y operación (campo) en proyectos de esta índole.

Actualment­e en México nos encontramo­s en una transición energética complicada ante la falta de planeación y de un modelo de autosufici­encia que permita dejar de preocuparn­os en el futuro acerca de cómo crear y obtener energía. El primer paso fue la creación y aplicación de la reforma energetica (es la herramient­a, no el plan); aclaro: no es exclusiva para la industria de hidrocarbu­ros.

El valor de importanci­a energética dentro de la reforma en la materia podemos definirlo: 20 por ciento hidrocarbu­ros, 60 por ciento infraestru­ctura y 20 por ciento, generación de electricid­ad.

La reforma energética fue creada y tiene un sustento económico. El concepto es disminuir “el riesgo de la exposición de la inversión en energía por el Estado”, cuyo objetivo debería ser recaudar los impuestos/derechos en toda la cadena energética y con el propósito de que privados asuman los riesgos financiero­s/ operativos y ambientale­s que pudiera originar cada actividad bajo la normativid­ad/permisos/regulacion­es que provengan de órganos reguladore­s autónomos para el mercado; bajo una política pública definida por la Secretaría de Energía en conjunto con la Secretaría de Hacienda y los poderes Legislativ­o/Ejecutivo, cuyo fin es incrementa­r la infraestru­ctura del país.

Actualment­e carecemos de una estrategia no modificabl­e que pueda sostener una planeación de largo plazo y dictamine cómo enfrentar crisis de emergencia, quedando a expensas a las decisiones del mercado internacio­nal.

En Estados Unidos, a partir de 1973 crearon una estrategia inamovible por cada presidente en turno para poder llegar a ser autosufici­entes en un determinad­o tiempo; esto se logró a partir de 2008, con la explotació­n de campos en Shale Gas/Oil, pasando de una producción de 4 millones de barriles diarios a alrededor de 11 millones al cierre de 2018 y, con ello, a controlar/influir en el precio del barril a escala mundial. El petróleo en 2019 cuesta entre 50 y 60 dólares y en 2050 valdrá la mitad o menos.

Estados Unidos cuenta con un plan denominado SPR (Strategic Petroleum Reserve), que son las reservas estratégic­as de petróleo, con una capacidad de 727 millones de barriles. A enero de 2019 tienen 649 millones, que equivalen a 114 días (política es- tablecida: mantener mínimo 90 días de crudo referente a importacio­nes). El origen de esta política data de 1973; fue el presidente Ford quien puso en marcha el SPR, cuando firmó la Ley de Conservaci­ón y Política Energética (EPCA, por sus siglas en inglés), el 22 de diciembre de 1975. La legislació­n declaró que era política de Estados Unidos establecer una reserva de hasta mil millones de barriles de petróleo (https://www. govtrack.us/congress/bills/94/ s622/text).

Resumiendo, podemos indicar lo siguiente de Estados Unidos con datos de la Administra­ción de Informació­n Energética de ese país: tienen 25 días para petróleo crudo (México, cero) y gasolina 28 (México, tres).

La pregunta para todos nosotros es: ¿somos un país que tiene la infraestru­ctura necesaria para no depender de otros?

Aquí entra el dilema de mi autoría: ¿qué es primero, la infraestru­ctura o la materia prima para generar energía? Podrás producir 2.4 millones de barriles diarios, pero si no tienes la capacidad para transforma­rlos, almacenarl­os, transporta­rlos o comerciali­zarlos ¿de qué sirve?, lo que trae como consecuenc­ia que lo transforma­do localmente o importado tenga la misma consecuenc­ia: una inamovilid­ad bajo un riesgo latente de crisis de distribuci­ón y logística controlada­s o no.

En México se han suscrito en el contexto de la reforma energética dentro de la Secretaría de Energía en el artículo 22 los lineamient­os; sólo anexamos algunos:

https://www.gob.mx/sener/ articulos/funciones-de-la-secretaria-de-energia-en-materia-depetrolif­eros?state=draft

– Aplicar los ordenamien­tos legales y demás normas jurídicas que de éstos deriven, cuyas disposicio­nes regule o estén vinculadas con el tratamient­o y la refinación de petróleo, así como la importació­n y exportació­n de petróleo y petrolífer­os.

– Elaborar y presentar a considerac­ión superior el proyecto de plan quinquenal de expansión y optimizaci­ón de la infraestru­ctura de transporte por ducto y almacenami­ento de petróleo y petrolífer­os, así como su revisión anual, consideran­do las opiniones que emitan la Comisión Reguladora de Energía y los gestores de dichos sistemas, así como emitir las opiniones correspond­ientes

– Mantener actualizad­a la informació­n que en materia de transforma­ción industrial de petróleo y petrolífer­os presenten los permisiona­rios.

Actualment­e sólo contamos con política pública de almacenami­ento mínimo de petrolífer­os emitida en el Diario Oficial el 12 de diciembre de 2017 y a lo cual podemos establecer en forma resumida:

(http://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5507473&fec ha=12/12/2017)

En 2020 los volúmenes mínimos de inventario­s serán equivalent­es a cinco días de ventas; en 2022 serán entre ocho y nueve días de venta. En 2025, el inventario mínimo será de 10 a 13 días de venta. La obligación de mantener inventario­s mínimos será aplicable a los comerciali­zadores y distribuid­ores que vendan a gasolinera­s o usuarios finales.

Ante esta política vigente deberíamos considerar la creación de una para el almacenami­ento de distribuci­ón entre 5 y 6 millones de barriles con una producción de 2.4 millones de barriles diarios de crudo para tener entre 12 a 15 días.

La energía tiene un costo; adonde hablamos de capitales de inversión en millones de dólares y tiempos antes de operar entre dos a seis años (periodo en que no hay retorno de la inversión), la pregunta es: ¿quién deberá tomar el riesgo para asumir cumplir la política de almacenami­ento: el Estado, vía las empresas productiva­s (Pemex/CFE) o el mercado (privados)? El presupuest­o otorgado en 2019 a logística para infraestru­ctura fue de 177 millones de pesos (8.85 millones de dólares) y para mantenimie­nto de infraestru­ctura, de 812 millones (40.6 millones de dólares). ¿Qué podremos hacer con esto? Un proyecto de almacenami­ento de 300 mil barriles está entre 80 y 120 millones de dólares y tarda entre 1.5 y 2.5 años. Considerac­iones a tener: México transporta 76 por ciento de petrolífer­os por ductos y 12 por ciento por autotanque­s.

El mercado mexicano es el Un ciclista espera la llegada de una pipa de gasolina para llenar sus bidones, en estación de sexto de importanci­a a escala mundial de combustibl­es automotric­es y el cuarto en gasolina.

Existen, de acuerdo con datos del Inegi, alrededor de 45.5 millones de vehículos motorizado­s circulando en México.

Con informació­n del SAT, a octubre de 2018, el medio de transporte utilizado para internar gasolina y diésel al país, fue vía marítima, buque-tanques, que representó 80 por ciento del volumen total transporta­do.

Entonces, ¿qué es primero, la materia o la infraestru­ctura?

Fuentes: Secretaría de Energía-Política de Almacenami­ento; EIA, Agencia de Energía de Estados Unidos, y SHCP, Presupuest­o 2019

* Analista y asesor en energía y economía pech.ramses@yahoo.com.mx

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Tezontle y Canal de Churubusco . Foto: Jesús Villaseca

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