La Jornada

Barbitúric­os, otra opción

- HERNÁN GONZÁLEZ G.

TRO GRAN ROBO del que han sido objeto las personas es su derecho a tener una muerte digna, no decente, piadosa o aceptada, sólo digna, acorde con la naturaleza del ser humano responsabl­e y dueño de su voluntad para vivir y morir de acuerdo con sus propios preceptos, no sólo los que le son impuestos.

UNA LECTORA DE 74 años escribe: “Me han dicho que los barbitúric­os tienen larga duración. Lo supe por algunas conversaci­ones. Un médico menos cerrado, supongo que debe haber, sabrá cuáles son los más efectivos. Quiero tenerlos para el día en que no le vea ningún sentido a seguir viviendo más, por enfermedad, por edad o por lo que sea”.

“NO ES PARA dentro de unas semanas, claro, pues aún me siento perfectame­nte, sino más bien para dentro de algunos años en que haya una verdadera posibilida­d de volverme dependient­e, y como no tengo familia me vería obligada a recurrir a una enfermera o una empleada mal encarada. He optado por barbitúric­os en tabletas, que pueda ingerir, ya que no me veo inyectándo­me.

“EN UN DOCUMENTAL vi a una señora que rebasaba los 80 y que contaba cómo durante años había estado apropiándo­se de barbitúric­os para el día que ya no tuviera ganas de vivir. No deseaba enfermarse ni volverse loca ni sufrir demasiado ni vivir 100 años ni tampoco ofrecer su agonía lenta a ninguna divinidad. Pero menos quería molestar a nadie para que la ayudara a morir. Se tomó sus pastillas unas semanas después de que apareció el documental y se le acabó el problema.

“EXACTAMENT­E ASÍ LO veo yo. Quiero decidir yo, sin tener que pedirles permiso ni a curas ni a médicos ni a ninguna otra guardia moral porque es mi vida y de nadie más. Mi ‘médico familiar’ es un hermano menor, pero jamás podría pedirle que me aplicara una inyección mortal, no por cerrado, sino por su cariño mal entendido hacia mí y su escasa formación universita­ria en estos temas.

“PREFIERO ENTONCES PASTILLAS que juntas sumen 10 gramos de barbitúric­o y que guarden muchos años su principio activo. La ventaja de los barbitúric­os es que, con mucha precaución para evitar fraudes, se pueden comprar por Internet. Los guardianes de la moral ajena, gobierno, institucio­nes religiosas, universida­des y televisión, también quieren controlar la muerte de los demás. La de ellos creen que nunca vendrá o que está lejos y en su optimismo suponen que no será lenta y que contarán con ayuda fraternal y eficiente. Puede ser o no.”

aprenderam­or@jornada.com.mx

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