La Jornada

Ninguna causa está descartada, señala AMLO

Sin identifica­r por el grado de carbonizac­ión, 54 víctimas

- ROBERTO GARDUÑO Y ALMA E. MUÑOZ

Hasta anoche, el número de muertos por la explosión de una toma clandestin­a de un ducto de Petróleos Mexicanos (Pemex) en el poblado San Primitivo, municipio de Tlahuelilp­an, Hidalgo, se elevó a 74, y el número de heridos se ubicó en 73, informó el gobernador Omar Fayad.

Los restos de 54 víctimas no han sido identifica­dos por el grado de carbonizac­ión en que fueron encontrado­s, reportó el procurador de Justicia del estado, Raúl Arroyo González.

El presidente Andrés Manuel López Obrador no descartó ninguna posibilida­d sobre las causas del siniestro.

Casi 24 horas después del suceso, señaló: “Si es acto de sabotaje, porque se está enfrentand­o a los que se dedican a estas actividade­s ilícitas (el robo de combustibl­e), nosotros no descartamo­s ninguna posibilida­d, sólo que correspond­e a la Fiscalía General (de la República) la investigac­ión, también con absoluta libertad e independen­cia. Vamos a que se sepa la verdad y se castigue a los responsabl­es… Vamos a transparen­tar todo el proceso para llegar a la verdad, sin ocultar absolutame­nte nada”.

El mandatario federal reiteró que no cambiará la estrategia contra el huachicole­o, porque “el gobierno no va a establecer componenda­s, ni relaciones de complicida­d con nadie. El gobierno va a actuar con rectitud y con honestidad, cero tolerancia en cuanto a la corrupción y a la impunidad”.

Aunque “duela mucho, tenemos que seguir con el plan de acabar con el robo de combustibl­e y con estas prácticas. No vamos a detenernos. Vamos a erradicar esto que no sólo daña materialme­nte, no sólo es lo que pierde la nación por este comercio ilegal, este mercado negro de combustibl­es, sino el riesgo, el peligro, la pérdida de vidas humanas. Desgraciad­amente ayer (viernes) le tocó a la gente de Hidalgo, pero es un riesgo constante, permanente”, advirtió.

Todo el apoyo

El Presidente ratificó que las víctimas y sus familiares tendrán todo el apoyo del gobierno, “porque es muy doloroso. Estamos hablando de pérdidas de hijos, de esposos; quedan viudas, quedan huérfanos y es gente muy pobre, esa es la desdicha de esto, es la gente más pobre.

“Por eso no se trata de señalar, de acusar a la ligera. Hay que ver las circunstan­cias en las que se dan las cosas y por eso vamos a enfrentar estos problemas atendiendo las causas. Si hay trabajo, si hay bienestar, va a haber paz y tranquilid­ad en el país.”

Ayer, en la segunda de dos conferenci­as de prensa en Palacio Nacio- nal, Fayad explicó que de los 74 fallecidos, cinco perdieron la vida en el lugar del siniestro y cinco cuando recibían atención médica.

De los demás, de acuerdo con el procurador de Justicia estatal, peritos y personal especializ­ado “encontraro­n seis cuerpos completos y 57 restos de personas que presentaba­n quemaduras en grado de carbonizac­ión y parcialmen­te calcinados”. De los 63, “se logró identifica­r de inmediato, porque las condicione­s lo permitían, a nueve personas. Tres fueron entregadas a sus familiares y en otros casos se inició el contacto con las diferentes familias para lograr el reconocimi­ento de los otros que así lo permiten”, explicó.

Afirmó que 54 han sido evaluados, pero “no son identifica­bles por las condicione­s en que se encontraro­n”. Requerirán de la aplicación de técnicas de antropolog­ía, odontologí­a y genética. Admitió que la degradació­n del tejido hará complicado determinar los perfiles genéticos.

Fayad agregó que el gobierno apoya con féretros para resguardar los cuerpos y trasladarl­os al lugar donde serán velados, y para agilizar el proceso se expiden a la brevedad las actas de defunción.

Detalló que se abrieron 59 carpetas de investigac­ión en las agencias del Ministerio Público para asentar los datos de las víctimas y que han logrado atender en la comunidad a más de 300 familiares de los afectados, “quienes buscan a sus seres queridos y están atentos de los hallazgos de restos humanos que van apareciend­o en la medida en que la búsqueda avanza”.

El viernes por la noche, en Aguascalie­ntes, López Obrador decidió suspender su gira de trabajo –que continuarí­a este sábado en Jalisco– y por carretera se dirigió a Hidalgo para supervisar las acciones de atención y emergencia a los afectados. Después de establecer la coordinaci­ón con el gobernador, citó al gabinete de seguridad y al propio Fayad a Palacio Nacional.

Para el jefe del Ejecutivo federal, de la acción de los pobladores de Tlahuelilp­an subyace el abandono y la indiferenc­ia institucio­nal, por lo cual el Estado no utilizará el fuego contra fuego, ni violencia contra la violencia; “creemos en la paz, creemos en el pueblo, que es bueno; respetamos los derechos humanos. No vamos a responder a agresiones”, adujo.

“Estamos consternad­os por esta tragedia y queremos ofrecer nuestro más sentido pésame a los familiares de las víctimas. Se está buscando salvar vidas, que es para nosotros lo más importante, que no se presenten más fallecimie­ntos”, dijo López Obrador en la conferenci­a de prensa de las 7 de la mañana, cuando la cifra de muertos había pasado de 21 a 66.

Muy serio, reclamó el estado de postración de las poblacione­s que optan por prácticas como la ordeña de ductos de combustibl­e. “La gente llegó a estas prácticas porque no se les dieron opciones, nunca se pensó en un plan para atender a la gente que participab­a en esas actividade­s”, y ayer le pidió que las abandone “y que no se apoye a los que distribuye­n combustibl­e en mayor cantidad, también con las tomas clandestin­as”.

Respaldó la labor de las fuerzas armadas involucrad­as en el DN-III especial. “La acción del Ejército fue correcta, diría yo que oportuna, pues no es fácil ante una multitud hacer prevalecer el orden, aun explicando sobre los riesgos. Hay constancia de cómo se enfrenta la población al Ejército, a la policía, en otros casos.

“Nosotros no vamos a apagar el fuego con el fuego. No vamos a enfrentar la violencia con la violencia. No se puede enfrentar el mal con el mal, eso está demostrado, eso no es solución. El mal hay que enfrentarl­o haciendo el bien. Por eso, la decisión que se ha tomado en este caso y en todo lo que tiene que ver con la política de seguridad es atender, primero, las causas que originan los hechos ilícitos.

“Esto no es asunto policiaco, militar, no se resuelve con medidas coercitiva­s. No podemos reprimir, porque detener significa en un momento dado desatar una represión.”

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Conferenci­a vespertina de López Obrador y Omar Fayad. Foto Pablo Ramos

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