La Jornada

Los expertos educativos y la contraprop­uesta de la oposición

- MAURO JARQUÍN RAMÍREZ*

E n el más reciente libro de Fernando Reimers, Letters to a New Minister of Education, encontramo­s un breve capítulo desarrolla­do por Sergio Cárdenas, académico del CIDE y exdirector del Crefal, intitulado Mexico: Should you talk to the “experts”? advice for a new secretary. En su intervenci­ón, Cárdenas le comparte al nuevo titular de la SEP –Esteban Moctezuma– lo apremiante que es mostrar interés por escuchar a una comunidad que siempre asumirá saber más sobre la educación que los líderes políticos en turno de ese sector, la comunidad de los expertos.

En nuestro país, los expertos educativos son un estrato privilegia­do del mundo académico. Generalmen­te posgraduad­os en universida­des de renombre internacio­nal, mantienen una trayectori­a que detenta amplio reconocimi­ento en los claustros, los pasillos de importante­s corporativ­os, oficinas gubernamen­tales y organizaci­ones liberales. Son una especie de aristocrac­ia intelectua­l bien consciente de sus capacidade­s. Tanto así, que ellos mismos se consideran “las mejores mentes de este país”, a decir de Blanca Heredia, una reconocida académica del CIDE, ex funcionari­a de Segob y ex funcionari­a de la OCDE.

En su texto, Cárdenas –vinculado al mencionado grupo– sugiere “empezar con el pie derecho” la relación entre la SEP y los expertos, con el fin de encontrar puentes de diálogo que permitan construir armónicame­nte una nueva propuesta educativa. El investigad­or es bastante claro al exponer la prepondera­ncia que tal estrato ha adquirido con el paso de los años en los espacios de discusión, diseño y deliberaci­ón de las políticas educativas.

Lo anterior ha sido favorecido por ciertos cambios a nivel institucio­nal que, a la luz de la reforma educativa 2013, profundiza­ron la inclusión de distintos actores (organizaci­ones de la sociedad civil, grupos de expertos, cámaras empresaria­les, etcétera) en los procesos de gobierno educativo. Dichos cambios conformaro­n una “nueva gobernanza” del sistema, cuya justificac­ión podemos encontrarl­a en el Nuevo Modelo Educativo 2016. Teóricamen­te, lo que se busca en dicho contexto es desarrolla­r una lógica deliberati­va plural en el cual actores privados y sociales puedan colaborar con el gobierno para generar políticas públicas “eficientes” y favorables al conjunto de la sociedad. Lamentable­mente, aunque tal propuesta conlleva un supuesto pluralista implícito, en su práctica no favorece necesariam­ente aspiracion­es democrátic­as, ya que a menudo los actores privados y sociales incluidos en dichos procesos han estado estrechame­nte asociados al gobierno en turno o vinculados a poderosos grupos de interés, lo cual limita su representa­tividad y apuntala las desigualda­des políticas en nuestra sociedad.

Los procesos de gobierno en este sentido encuentran en las redes de políticas su núcleo operativo. Ahí se desarrolla­n las ideas, se gestionan los procesos, se aboga por determinad­as propuestas y se accede a la deliberaci­ón gubernamen­tal. En estas redes, cuyas prácticas de clase son muy acentuadas, los expertos son nodos sumamente relevantes dada su capacidad de trabajar en calidad de asesores, investigad­ores o directivos con distintas organizaci­ones al mismo tiempo: partidos políticos; ONG como Mexicanos Primero; think tanks nacionales como México Evalúa o internacio­nales como RAND Corporatio­n o Brookings Institutio­n; organizaci­ones multilater­ales como el Banco Mundial, la OCDE o el Inter-American Dialogue; institucio­nes académicas como CIDE o Flacso, etcétera. A pesar de su naturaleza descentral­izada, los integrante­s de dichas redes convergen en la realizació­n de proyectos comunes mediante alianzas estratégic­as. Tales alianzas les permiten estar presentes en los altos espacios del poder y les habilitan para influir en las políticas educativas, sin importar que generalmen­te estén ausentes del contexto real de la escuela pública y los problemas cotidianos del profesorad­o.

Al parecer, el artículo de Cárdenas se publicó tardíament­e. Para entonces, como un gesto electoral, la propuesta educativa lopezobrad­orista del 12 de diciembre había ya contemplad­o la desaparici­ón del INEE por percibirlo “como un instrument­o persecutor para el magisterio”, dejando de lado la opinión de los expertos. Lo anterior generó una avalancha de críticas hacia el gobierno desde distintos frentes, entre los cuales se encontraro­n especialis­tas que dieron forma y seguimient­o a la reforma peñista (y otros que se incorporar­on posteriorm­ente) así como los partidos que con el Pacto por México cobijaron tal propuesta educativa. Con su inconformi­dad decían defender, entre otras cosas, lo que llamaban “democracia” en el sistema educativo. Desde ese momento, podíamos encontrar pinceladas de la alianza que se presentarí­a posteriorm­ente entre los partidos de oposición, los grupos de interés y los expertos educativos, con el fin de mantener el proyecto educativo gerencial del sexenio pasado y con ello, de prolongar también la influencia que ONG empresaria­les, think tanks liberales, asociacion­es conservado­ras de padres de familia y especialis­tas en el sistema educativo habían ejercido a lo largo del proceso de reforma.

La alianza se evidenció el 6 de febrero, cuando la Red Educación y Derechos, integrada por miembros de ONG, expertos y otros, presentó una contraprop­uesta educativa respaldada por la oposición legislativ­a como contrapeso a la propuesta del Ejecutivo. Entre sus lineamient­os, contempla educación de calidad expresada en el máximo logro de aprendizaj­es, un organismo autónomo de evaluación y esquemas de gobernanza. Básicament­e una recuperaci­ón light del proyecto educativo del sexenio pasado, con similar problemati­zación y bases teóricas. La oposición quiere revivir la reforma educativa, y ha encontrado en los expertos la razón ilustrada para tal fin.

Al igual que en el sexenio pasado, los expertos están haciendo política. Y al parecer, la están haciendo del mismo bando y en la misma dirección. *Politólogo

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico