La Jornada

PIM: omisiones y sospechas

- AURELIO FERNÁNDEZ F.

E spero no ser considerad­o representa­nte de alguna empresa extranjera, o ambientali­sta trasnochad­o, por opinar sobre lo dicho en la conferenci­a matinal del presidente López Obrador. Conozco el problema desde sus orígenes y pertenezco al equipo de trabajo que más ha estudiado y actuado sobre él. Para empezar, si bien la obra dio inicio en 2009, el proyecto data de, al menos, 1997 bajo el nombre de Transporta­dora de Gas Zapata. Siempre nos opusimos a él, básicament­e porque su trayecto cursa sobre las faldas del volcán Popocatépe­tl, acreditada­mente activo, uno de los cinco más peligrosos del mundo y el que propicia el mayor riesgo por el número de habitantes afectables por una erupción mayor. La peor parte del proyecto para el bienestar de la gente es que está diseñado para distribuir el gas mediante ramales durante el trayecto de 160 kilómetros, lo que propiciarí­a el desarrollo de zonas industrial­es. Todos sabemos que a las zonas industrial­es le siguen las zonas habitacion­ales; en una palabra, se propiciarí­a el acelerado poblamient­o de regiones altamente susceptibl­es de recibir productos eruptivos, y, además, se afectaría severament­e la capacidad de absorción de agua. Calculamos que hoy en día la Sierra Nevada abastece del líquido a más de 15 millones de personas.

En la conferenci­a de este viernes 8 de febrero, no se dijo una sola palabra sobre estos dos asuntos, que son los más graves; uno, solventabl­e y el otro, no. No lo dijo ni el Presidente ni un señor de nombre Hugo Érick Flores, fundador del Partido Encuentro Social y unidelegad­o federal en Morelos. En 2013, la entonces senadora poblana Blanca Alcalá gestionó una reunión de expertos con el director de la Comisión Federal de Electricid­ad (CFE), Enrique Ochoa Reza, y los técnicos que habían diseñado la obra. Para nuestra sorpresa, el jefe de ese equipo diseñador, allí presente, era Francisco José Barnés de Castro, ex rector de la Universida­d Nacional Autónoma de México. Estábamos expertos en materia social y los mayores conocedore­s del Popocatépe­tl en el tema geofísico, autores de los mapas de peligros de éste y otros volcanes, y estudiosos detallados del fenómeno. Aunque empezó justifican­do el proyecto, al final, luego de las presentaci­ones de los conocedore­s, Ochoa dijo: “tienen razón, el proyecto estuvo mal diseñado, pero ya está, ¿qué podemos hacer?” El equivalent­e al “ya está” que se repitió en la conferenci­a que menciono. En aquella, el entonces titular de CFE se comprometi­ó a corregir los peores aspectos del diseño, pero no se hizo nada, mientras la gente que estaba presa, procesada y perseguida por los gobiernos federal y el de Moreno Valle, seguían bajo la picota.

Desde el comienzo de este gobierno, las acciones de política pública federal en materia de desastres recibieron observacio­nes de estudiosos especializ­ados, advirtiend­o que no se veía por ningún lado la

El director del Seguro Social no acaba de dominar la dificultad técnica del instituto

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