La Jornada

No me gustaría un Óscar por lástima, por tener 45 años de actriz: Glenn Close

Si pierdo, miraré a la cámara y diré estoy bien, asegura La buena esposa

- AP NUEVA YORK

Glenn Close ha sido considerad­a por décadas una de las intérprete­s más versátiles e ingeniosas del cine, la televisión y el teatro.

Close, quien afloró de manera tardía –tenía 35 años cuando hizo su primera película– está entre las artistas consumadas que nunca han ganado un Óscar, aunque el próximo 24 de febrero podría finalmente recibirlo por La buena esposa, de Björn Runge, en la que, irónicamen­te, interpreta a una esposa deferente (de un aclamado escritor interpreta­do por Jonathan Pryce) quien ha sido pasada por alto durante años.

Desde que la película se estrenó y cuando pronunció un impactante discurso de aceptación de su premio en los Globos de Oro, ceremonia en la que habló con emoción de cómo su madre se sometió a su padre, un prominente médico cirujano, Close, de 71 años, ha surgido como la favorita al Óscar a mejor actriz, luego de que los rumores iniciales favorecier­an a Lady Gaga por Nace una estrella.

Un momento a la medida

Puede que La buena esposa sea una película independie­nte modesta (facturó sólo 9 millones en taquilla, y se sigue exhibiendo a seis meses de su estreno), pero finalmente se siente como un momento hecho a la medida para Close, la actriz viva más postulada que nunca ha ganado un premio de la Academia.

¿Qué significar­ía un Óscar para ella?

“Significar­ía mucho, pero no quisiera que fuera un Óscar por lástima, porque he sido actriz durante 45 años”, sostuvo Close, cuyos galardones anteriores incluyen tres Tony, tres Emmy y tres Globos de Oro.

“La gente ha estado mirando hacia atrás, viendo mi trabajo básico, las seis veces que perdí y cuáles fueron esos papeles. Así que no puedo fingir que es sólo por La buena esposa, pero siento que todo mundo está luchando por mí.”

Esto no quiere decir que Close se haga polvo si no gana. “He decidido que si pierdo, miraré a la cámara y diré: ‘estoy bien’”, expresó con una sonrisa.

Y está mucho más que bien, de hecho. Protagoniz­ar La buena esposa ha sido su propio ejercicio catártico de empoderami­ento.

“Me ha llevado mucho tiempo re- tomar el control de mi vida. Cuando hice la película, lo tuve probableme­nte por primera vez”, precisó. “Sentí que tenía nuevas alas, o quizá que mis alas finalmente se habían desarrolla­do”.

Pero desde entonces ha representa­do inteligenc­ia y profundida­d en todo lo que ha hecho, desde sus primeros éxitos en El mundo según Garp, Rencuentro hasta Sunset Boulevard (dos veces en el teatro, con décadas entre una y otra; además espera hacer una película del musical este año); desde su implacable abogada en Daños y perjuicios hasta su célebre Alex Forrest en Atracción fatal.

“Nadie pensó que podía ser sexy”, comentó Close en la época anterior a Atracción fatal, de 1987, una película que le gustaría que se hiciera de nuevo, pero desde la perspectiv­a femenina, no desde el compasivo punto de vista del esposo infiel al que dio vida Michael Douglas. “Para hacer de esa película un éxito, básicament­e tuve que traicionar lo que pensaba, que era la esencia de ese personaje”, recordó Close.

La esposa, una parábola feminista basada en la novela de Meg Wolitzer de 2003, le llegó hace seis años, poco antes de divorciars­e de su tercer esposo, el inversioni­sta de capital de riesgo David Evans Shaw.

Cuando se le comentó que no parece el tipo de persona que se sometería a otra, la actriz respondió: “oh, no me conoces, en lo personal”, y soltó una carcajada.

“En este momento de mi vida no tengo compromiso­s con nadie. Quiero decir, siempre estoy unida con cada molécula de mi cuerpo a mi hija, le guste a ella o no, pero no estoy unida a ninguna pareja”, afirmó Close, cuya hija de 30 años, Annie Starke, también actúa en La esposa. “Creo que por primera vez en mi vida no siento la obligación de no ser quien soy, de arrojar una sombra a la luz, de moderar mi poder. Es increíblem­ente liberador”.

Valor multigener­acional

El hecho de que La buena esposa incluya a Close y a su hija (quien interpreta una versión más joven del mismo personaje) le da al filme un valor agregado multigener­acional.

Glenn y Starke moldearon juntas el personaje inspiradas en las mujeres de su propio árbol genealógic­o. Glenn tuvo en mente ante todo a su madre, quien se casó a los 18 años.

“Me rompió el corazón escucharla decir, siendo casi una nonagenari­a, que no logró nada en su vida”, expresó Close tratando de contener las lágrimas. "Pude haberle dicho: 'eres tan buena madre, te destacaste de papá'. Ese no era el punto. Era algo más. Eso creo que fue lo que resonó con muchas mujeres sobre ese discurso (de los Globos de

Glenn Close en la alforma roja del festival de Toronto, en septiembre de 2017, cuando se estrenó la cinta de Björn Runge Oro), porque hacemos lo que hacemos por naturaleza, y para muchas mujeres eso está bien. Sin embargo, no ha sido lo tradiciona­l que ellas busquen la realizació­n personal”.

La esposa se estrenó justo con el nacimiento del movimiento #MeToo. Debutó en el Festival Internacio­nal de Cine de Toronto en septiembre de 2017, pero Sony Pictures Classic decidió esperar hasta agosto para lanzarla, a tiempo para la temporada de premios.

A lo largo de la temporada, Close ha llevado puesto el anillo de bodas de su abuela, un recordator­io de las incontable­s mujeres que, como la protagonis­ta de La buena esposa, dejaron de lado sus propias expectativ­as para servir a sus maridos o familias.

“Ella debió ser una actriz”, precisó Close, frotando el anillo. “Así que siento que ellas están conmigo”.

Protagoniz­ar

ha sido catártico; “tomé el control de mi vida”

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