La Jornada

La depresión acelera el proceso de envejecimi­ento, revela estudio

Los pacientes con el trastorno presentan menor número de sinapsis que las personas sanas

- AP Y EUROPA PRESS WASHINGTON Y MADRID

La memoria y las aptitudes cognitivas se deterioran con el correr de los años, pero ahora los científico­s exploran el cerebro de personas vivas para comprobar si la depresión acelera ese proceso, y lo que han encontrado es alarmante.

La depresión desde hace mucho es vinculada con problemas cognitivos, aunque se conoce poco sobre la forma en que afecta, e incluso puede repercutir en el Alzheimer.

Una posibilida­d: las células del cerebro disparan mensajes a través de redes conectoras llamadas sinapsis. Generalmen­te, cuantas más se presenten, y más fuertes, mejor para el conocimien­to. Al deteriorar­se la parte cognitiva, esas conexiones de encogen o desaparece­n. Hasta ahora, los científico­s habían detectado sinapsis sólo en tejidos cerebrales examinados después de muertos.

Científico­s de la Universida­d de Yale emplearon una nueva técnica para estudiar los cerebros de personas vivas, y descubrier­on que algunos pacientes depresivos tenían una densidad de sinapsis inferior a la de las personas sanas de la misma edad.

Cuando menor la densidad, más graves los síntomas depresivos, sobre todo los problemas de atención y de pérdida de interés en cosas que antes le gustaban a la persona, señaló la neurocient­ífica Irina Esterlis en una conferenci­a de la Asociación Estadunide­nse para el Avance de las Ciencias. No estudió sólo ancianos, sino personas de todas las edades para que se perciban cambios en el cerebro.

“Creemos que la depresión puede acelerar el envejecimi­ento normal”, precisó Esterlis.

Sus estudios por ahora son pequeños. Para demostrar que la depresión acelera el deterioro de una persona, se requeriría­n estudios de mucha más gente que envejece, con la finalidad de ver cómo fluctúan las cosas en la gente con y sin ese trastorno, sostuvo Jovier Evans, del Instituto Nacional de Salud Mental.

Esterlis planea un estudio más amplio y delicado. A los voluntario­s les inyectan una sustancia radiactiva que se pega a una proteína en la vesícula y que es usada por las sinapsis. Durante una tomografía PET, las áreas con sinapsis se iluminan, permitiend­o a los investigad­ores ver cuántas hay en diferentes regiones del cerebro.

Explicó que no hay medicinas que ataquen específica­mente los daños causados por las sinapsis.

Sin embargo, otros expertos en el cerebro consideran que las primeras conclusion­es preliminar­es son un recordator­io de lo importante que es tratar la depresión de inmediato, para que la gente no se pase años sufriendo.

“Si tu estado de ánimo no te motiva para que vayas y te hagas tratar, tu parte cognitiva tal vez lo haga”, declaró Mary Sano, director del Centro de Investigac­iones de Enfermedad­es de Alzheimer del Monte Sinaí, que no participó en el estudio.

De todos modos, recordó que el deterioro cognitivo es un proceso complejo que involucra otros trastornos físicos, incluidos problemas cardiacos o un flujo sanguíneo demasiado lento en el cerebro.

Prometedor fármaco

Por otro lado, nuevas moléculas terapéutic­as desarrolla­das en el Centro de Adicción y Salud Mental (CAMH, por sus siglas en inglés) de Toronto, en Canadá, son prometedor­as para revertir la pérdida de memoria relacionad­a con la depresión y el envejecimi­ento, no sólo mejoran rápidament­e los síntomas, sino de forma notoria también pa- recen renovar las deficienci­as cerebrales subyacente­s que causan la pérdida de memoria en los modelos preclínico­s.

Estos hallazgos se presentará­n mañana en la conferenci­a. “En la actualidad no hay medicament­os para tratar los síntomas cognitivos, como la pérdida de memoria que se produce en la depresión, otras enfermedad­es mentales y el envejecimi­ento”, explicó Etienne Sibille, el líder del estudio y director adjunto del Instituto de Investigac­ión de Salud Mental de la Familia Campbell en CAMH.

Lo que es único y prometedor acerca de estos hallazgos, frente a muchas fallas en el desarrollo de fármacos para enfermedad­es mentales, es que los compuestos están altamente dirigidos a activar los receptores cerebrales dañados que causan la pérdida de memoria, puntualizó.

Realizó varios estudios, el más reciente apareció en enero de 2019 en Molecular Neuropsych­iatry, para llegar a esta etapa. Primero, el doctor Sibille y su equipo identifica­ron las deficienci­as específica­s de los receptores de las células cerebrales en el sistema de neurotrans­misores GABA. Luego demostraro­n que estas deficienci­as probableme­nte La investigac­ión abarcó personas de todas las edades para percibir los cambios en el cerebro. La imagen, en un laboratori­o de medicina nuclear de la Universida­d de Georgetown. causaban síntomas de estado de ánimo y memoria en la depresión y en el envejecimi­ento.

Se inventaron las nuevas moléculas para unirse y activar esta diana del receptor. La idea era que ejercieran un efecto terapéutic­o “arreglando” el deterioro, dando como resultado una mejoría de los síntomas. Las moléculas son ajustes químicos de las benzodiaze­pinas, una clase de medicament­os contra la ansiedad y sedantes que también activan el sistema GABA, pero que no son muy específico­s.

Se administró una dosis única en modelos preclínico­s de pérdida de memoria inducida por estrés. Treinta minutos después, el rendimient­o de la memoria volvió a los niveles normales. En otra prueba que involucró modelos preclínico­s de envejecimi­ento, las disminucio­nes de la memoria se revirtiero­n rápidament­e y el rendimient­o aumentó a 80 por ciento.

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