Tres concentraciones gratas en el Zócalo EL CORREO ILUSTRADO
Tres singulares y amenas concentraciones se dieron cita entre los meses de junio y julio, sin la otrora abundante lluvia de pasados años.
¿Será un presagio del futuro próximo en todas las plazas de la República Mexicana? La grata convivencia, no la falta de agua por el cambio climático.
El sábado pasado, como desde hace 41 años, la plancha del Zócalo de la Ciudad de México se cubrió de arcoíris con gloria. Por doquier, pétalos de multicolores flores manifestaron amor de manera gozosa.
Después de cuatro décadas, el orgullo homosexual como movimiento de reinvidicación se trasmuta en las nuevas generaciones del siglo XXI de manera diversa (de travesti a lo drag, de muxe a lo queen, de la tienda del vaquero a la marca Nike). Saldo multicolor, dijeron las autoridades.
Luego, a las 4:20 de la madrugada, ejercicios de yoga y un buen gallo cantando dieron la bienvenida al nuevo día. Después de algunas horas, plantas verdes germinaron en el asfalto a través de un taller de autocultivo. Ahí también, en la llamada Plaza de la Constitución, a un costado del asta bandera, frente a la ahora casa del Presidente del Estado, a las 4:20 de la soleada tarde, se sahumó hacia Palacio Nacional. Saldo verde, dijeron los organizadores.
Al tercer día, pero ya del séptimo mes del año, en la Plaza Mayor de México Tenochtitlan la reunión programada para festejar el primer aniversario de que ganó un avance de la democracia. No como hace 100 años, por una revolución con balas. Ahora es de “abajo para arriba”, sin armas. Y posicionar al pueblo méxico-hispanoamericano del sur o del norte, por todo el continente, esa es la misión. Saldo blanco, dijeron las nubes en pleno verano.