El palacio de todos
P ocos edificios están tan ligados a nuestra historia como Palacio Nacional. Se reconstruyó sobre las que habían sido las casas del emperador Moctezuma, que en realidad era un fastuoso palacio, en el que cuentan las crónicas que habitaban cerca de mil personas. Tras la conquista, ya hemos comentado que se las adjudicó Hernán Cortés, ya vislumbrando vendérselas algún día a la Corona, para que fuera la sede del gobierno virreinal, lo que efectivamente realizó su hijo Martín Cortés. Después de la Independencia se convirtió en Palacio Nacional y así, desde su nacimiento hasta la fecha, ha venido siendo el símbolo del poder político de México.
El monumental edificio ha sido hogar de gobernantes desde que lo habitó Moctezuma, después los virreyes durante los casi tres siglos de dominación española y muchos de los presidentes del México independiente.
Fue sede de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial de los diferentes regímenes republicanos y monárquicos del país durante la mayor parte del siglo XIX. Aquí vivió el primer Presidente que tuvo el México Independiente: Félix Fernández, quien tomó el nombre de Guadalupe Victoria.
A partir de entonces fue residencia personal de todos los gobernantes entre 1822 y 1884; entre los presidentes que habitaron Palacio Nacional entre 1810 y 1864, recordamos a Miguel Barragán, Anastasio Bustamante, Melchor Muzquiz, Manuel Gómez Pedraza, Valentín Gómez Farías, Antonio López de Santa Anna, Mariano Arista, José Joaquín Herrera, Manuel Paredes Arrillaga, Mariano Salas, Pedro María Anaya, Manuel María Lombardini, Rómulo Díaz de la Vega, Juan Álvarez, Ignacio Comonfort, Manuel Robles Pezuela y el más recordado: Benito Juárez.
Se puede decir que en Palacio Nacional trascurrieron las últimas décadas de su vida; ahí se desempeñó como diputado representando a su estado natal, Oaxaca; se inició en el Rito Nacional Mexicano y