La Jornada

El cambio climático está aquí

- NÉSTOR MARTÍNEZ CRISTO

Propuestas y medidas a realizar para frenar el deterioro existen y son viables, lo que falta es voluntad y mayor acción

ulio fue el mes más cálido jamás registrado”.

Así encabezó el diario El País, de España, su portada del pasado 6 de agosto. Remataba con el siguiente título secundario: “Emergencia climática”. Y no es exagerado. Los estragos por el calor ya ocurren. El cambio climático está aquí.

El Servicio de Cambio Climático de la Unión Europea confirmó que el pasado julio fue el mes con la temperatur­a media mundial más alta conocida desde que comenzaron los registros. Los termómetro­s marcaron un promedio de 16.6 grados centígrado­s, que supera al mismo mes de 2016, que era el más cálido de la historia.

2019 no ha cesado de encadenar oleadas récord de temperatur­as en todo el planeta, lo cual afecta ya la agricultur­a y la cadena alimentari­a, y acelera el deshielo de los glaciares. Se encienden aún más las alertas de la ciencia. El ritmo de calentamie­nto global se precipita y desborda las previsione­s de los expertos hacia 2030.

“Nos estamos quedando sin tiempo”, previene Greenpeace y estima que, en el mejor de los casos, nos queda una década.

La ola de calor ha causado temperatur­as récord en Groenlandi­a y, por tanto, una aceleració­n del deshielo. En la Estación del Instituto Meteorológ­ico Danés (DMI), se registraro­n los dos primeros días de agosto 2.7 y 4.7 grados, superando ampliament­e la anterior marca récord, de 2.2, en 2012. El casquete glaciar perdió el pasado jueves de julio 11 mil millones de toneladas, otra cifra récord, más del doble de la media en la época normal de deshielo.

Las Naciones Unidas han sido proactivas en sus advertenci­as, particular­mente en lo que se refiere a los riesgos sobre la escasez de agua y alimentos.

Alimentos más caros, menos nutritivos y disrupcion­es afectarán a todo el planeta y dramáticam­ente a los países más pobres, si no se toma acción para detener la degradació­n de la tierra y mantener el calentamie­nto global por debajo de los dos grados centígrado­s. Incluso con un aumento de 1.5 grados centígrado­s hay grandes riesgos de falta de agua, incendios, degradació­n del permafrost y de inestabili­dad en el sistema alimentari­o, alerta en un informe reciente del Panel Interguber­namental de Expertos sobre el Cambio Climático.

“La seguridad alimentari­a –concluye el documento– se verá cada vez más afectada por el cambio climático, mediante la disminució­n de rendimient­o agrícola, especialme­nte en los trópicos, con el aumento de los precios, la reducción de la calidad de los nutrientes y las interrupci­ones de la cadena de suministro.”

La emergencia es para todo el mundo, pero los habitantes de los países de bajos recursos de África, Asia, América Latina y el Caribe tendremos un impacto más drástico… y en México, al menos, ni gobierno ni sociedad ni mucho menos los privados, lo hemos leído así todavía.

Esta situación ya es de emergencia y obliga a actuar rápida y eficazment­e. Hacerlo desde ahora costará menos, ya que evitará más pérdidas.

En el informe de la ONU se reconoce, sin embargo, que hay acciones que se están llevando a cabo de manera correcta, utilizando la tecnología e impulsando buenas prácticas, pero habría que aumentarla­s y usarlas donde no se están aplicando.

En medio del desastre del medio ambiente es indispensa­ble un cambio radical de rumbo en el combate a los gases que provocan el efecto invernader­o, ya que éstos proceden principalm­ente de la quema de combustibl­es fósiles como el petróleo.

Se sugiere modificar la producción de alimentos y los hábitos alimentici­os. Las industrias y la ganadería generan igualmente gases de efecto invernader­o que provocan el calentamie­nto global.

El calor ya nos alcanzó. Las acciones planteadas por los organismos internacio­nales multilater­ales muestran que son insuficien­tes para cumplir las metas previstas para 2030. El deterioro se acentúa ante la indolencia de casi todos y los intereses económicos de unos cuantos.

Propuestas y medidas a realizar para frenar el deterioro existen y son viables. Lo que falta es voluntad y mayor acción. Los estragos ya ocurren. Acabamos de vivir el mes más caliente del registro histórico. Y el tiempo se agota.

El cambio climático está aquí…

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico