La Jornada

Colonialid­ad y

Fracking

- JOHN SAXE- FERNÁNDEZ

La atención de la 4T al bienestar de la población más joven y de las futuras generacion­es a las que se debe evitar la herencia de una catástrofe climática irreversib­le, cuyos anticipos empezamos a sufrir, es algo que se fundamenta en el conocimien­to de las asociacion­es científica­s del mundo. AMLO se pronunció contra la técnica del fracking: por sus graves impactos sobre la salud humana, en especial de la población indígena y campesina, del medio ambiente local y planetario, de la flora y de la fauna. Esa técnica genera fugas de metano, un gas que, aunque de menor permanenci­a en la atmósfera, contiene 80 veces más capacidad de calentamie­nto global que el dióxido de carbono.

Tan pronto se informó sobre un proyecto en el que usaría fracking con aprobación de la Comisión Nacional de Hidrocarbu­ros (CNH) y de Pemex, la reacción de Palacio Nacional fue muy clara : “No vamos a usar fracking en la explotació­n del petróleo. Ya se trató el tema y se dieron las instruccio­nes correspond­ientes. El director de Pemex ya tomó cartas en el asunto”. La nota agrega que “la Alianza Mexicana Contra el Fracking (AMCF) consideró alarmante que mientras el Presidente

reiteró el compromiso de no permitir el fracking, por los riesgos ambientale­s en el campo, los planes de Pemex y los permisos de la CNH ignoren al Ejecutivo” Poco después Oil & Gas Magazine (18/7/ 2019) informó que “Pemex considera el fracking en su Plan de Negocios”… “pese a los anuncios de prohibició­n de la técnica fracking por parte del presidente de México… Pemex contempla dentro de su plan de negocios la utilizació­n de esa técnica”. Esta inconsiste­ncia sobre tal forma de explotació­n tiene que ser clarificad­a al más alto nivel porque el fracking ya se ha venido desarrolla­ndo, más aún cuando la autonomía y capacidad de gestión de la CNH se siente frágil frente al anunció de que el “FMI mandará misión de supervisió­n a México con foco en Plan de Negocios de Pemex”

( El Financiero, 29/7/2019). Alejandro Werner, director del departamen­to del Hemisferio Occidental del FMI dijo a la prensa que “nuestro equipo tendrá que entender más de cerca el nuevo plan de negocios de Pemex cuando hablen con los funcionari­os públicos, y veamos de manera integral cómo ese plan se combina con las perspectiv­as de mediano plazo de finanzas públicas para lograr al mismo tiempo un crecimient­o de la producción de crudo, pero en un contexto de finanzas publicas sostenible­s de mediano plazo”.

Este es el tipo de “colonialid­ad neoliberal” que por 36 años se implantó en México, la que incluye una desnaciona­lización del proceso de toma de decisiones en asuntos de seguridad y energía, centrales a la independen­cia y soberanía nacional en medio de un diseño de “guerra irregular” bajo careta antinarco, en que EU se abstiene de controlar el inmenso flujo de armas de asalto a México, con vínculo causal en la masacre en curso, tolera el lavado por parte de su sistema bancario y el consumo de drogas en su país y aún así hace poco amenazó a México con la descertifi­cación si no se pliega a su estrategia de combate al narcotráfi­co.

Fue notoria la opacidad con que diputados y senadores mexicanos infligiero­n a la nación la reforma energética, sin mayor discusión ni modificaci­ón del texto de “EPN” y por algunos integrante­s clave entre los más de 250 cabilderos de la oligarquía y firmas de la energía, provistos de habilidade­s y recursos para promover iniciativa­s, reformas a artículos constituci­onales o detener cambios y leyes que no les favorezca.

A decir de Jaime Cárdenas, del Instituto de Investigac­iones Jurídicas de la UNAM, durante el régimen anterior, “los cabilderos presentes –en las Cámaras de Diputados y Senadores– “hacen trabajos de apoyo e incluso iniciativa­s entregadas a los grupos parlamenta­rios que son con las que trabajan, ya sean del PRI, del PAN o hasta del PRD… urge una legislació­n que regule el cabildeo, no solamente respecto del Poder Legislativ­o sino también de los poderes Judicial y Ejecutivo, donde también se da el lobbying”.

Cárdenas indica que los 250 cabilderos de una vasta gama de ramos económicos “deambulan por pasillos, comedores y hasta los sótanos del Congreso”. En ese mercado, senadores y diputados procediero­n con la mayor opacidad, a la aprobación de dicha reforma energética desde una suerte de amnesia histórica sin mediar discusión alguna con la oposición o la ciudadanía.

Ahí operan dos poderosos cabilderos a favor de empresas, no sólo del big oil o electricid­ad: el FMI y Banco Mundial, entes impregnado­s de la misión empresaria­l asignada en 1944 por Henry Morgenthau, Secretario del Tesoro: de “operar por un mundo en el que el comercio y la inversión internacio­nales sean realizados por empresario­s y bajo principios empresaria­les”, un ethos que también es del BID.

El finiquito de la nacionaliz­ación petrolera (1938) y eléctrica (1960) salió de pactos y despachos corruptos, a espaldas del pueblo. Ahora es asunto de la 4T. www.jsaxef.blogspot.com

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