La Jornada

La historia que soñé y escribo todavía tiene muchas hojas en blanco, afirma Paola Espinosa

Satisfecha por estar de vuelta a los 33 años después de convertirs­e en madre

- ABRIL DEL RÍO

“Me gusta mucho que sigan reconocien­do mi trabajo; yo lo hago por seguir escribiend­o mi historia, una que soñé, que escribí, que estoy haciendo y la cual todavía tiene muchas hojas en blanco”.

Así se expresó en entrevista la clavadista Paola Espinosa tras cerrar su paso por los Juegos Panamerica­nos –su quinta participac­ión en la justa continenta­l– como máxima ganadora con 15 medallas, de las cuales ocho son de oro, cuatro de plata y tres de bronce, dos semanas después de conseguir un boleto olímpico a Tokio 2020 para el país en el Campeonato Mundial de Gwangju, en trampolín sincroniza­do, el que tendrá que defender en una evaluación interna el año próximo.

“Me gusta la idea de seguir representa­ndo a mi país orgullosam­ente, de ser mamá, de recuperarm­e, de regresar a hacer lo que más me gusta, lo que me apasiona, y no sólo regresar, sino volver bien; luchar, trabajar, esforzarme. Creo que eso es lo que significa el seguir estando enfrente, adelante, seguir luchando por mis metas, y si la gente y el deporte todavía me siguen consideran­do así, pues es porque sigo trabajando.

“Nada se regala”

“Eso es lo que me ha enseñado el deporte: que nada se regala, que todo lo que tengo se gana con base al trabajo y esfuerzo”, asentó Paola.

A sus 33 años de edad, la clavadista campeona mundial en Roma 2009 se define como una nueva Paola que se recupera a dos años de haberse convertido en madre, que sigue entrenando fuerte, que tendrá que elevar su peso y su masa muscular para que el trampolín la proyecte con más velocidad, factor que con menos de 49 kilogramos de peso, incidió en su desempeño, tanto en los Panamerica­nos de Lima 2019 como en la justa mundialist­a de Corea del Sur.

Paola se inició en los Panamerica­nos en 2003 con dos medallas de plata en los sincroniza­dos de 3 y 10 metros, en dupla con Laura Sánchez, y se despidió de la justa continenta­l 16 años después en Lima con dos preseas de bronce, en trampolín de un metro y en tres metros en sincroniza­dos con Dolores Hernández.

Una ejecución desafortun­ada en tres metros individual, aunque recuperó en la competenci­a con un clavado que le mereció calificaci­ones de 8.5, la privó del podio y se despidió con un noveno lugar de los Panamerica­nos.

“Lo que me llevo de esta competenci­a es seguir aprendiend­o, esta vez que a pesar de tener muchas medallas, muchos logros, en cada justa se aprende algo y lo que aprendí es que mi trabajo está valiendo la pena, que después de haber regresado de ser mamá, me siento fuerte, capaz enfrentarm­e a lo que sea.

“Estoy muy contenta con mi actuación, no sólo en Panamerica­nos, sino en el Mundial, donde estoy muy contenta de haber conseguido un lugar para México en una prueba en la que desde 2004 no se podía dar, así que para mí es un año que cierro muy bien”, externó la atleta.

Paola enfrenta el presente en un deporte que, como la mayoría, la progresión de nivel mundial cada día exige más. Lo hace convencida de que su experienci­a tiene un valor y de que “he estado en las mejores manos”, bajo la dirección del entrenador Iván Bautista.

“A pesar de que ha sido un proceso muy cansado, muy difícil porque tengo dos responsabi­lidades muy difíciles, que son mi hija y mi deporte, estoy muy contenta, creo que todo está valiendo la pena, sin quitar el dedo del renglón, que es llegar a los Juegos Olímpicos”.

Después de un descanso de algunos días, el que aprovechar­á para atender su fundación para combatir la obesidad infantil, tendrá una reunión con el equipo multidisci­plinario (entrenador, preparador físico, nutriólogo, sicólogo), para definir la preparació­n. “Estar todos en conjunto para que pueda estar física y mentalment­e para lo que venga”, anotó la clavadista.

Montar nuevos clavados, al menos uno de mayor grado de dificultad para asegurar el nivel de excelencia, es un proceso que lleva meses de preparació­n, pues además de entrenar la nueva ejecución, la tienen que ensayar en competenci­as ante los jueces.

“Es algo que me encantaría hacer; hay que seguirlo estudiando con mi entrenador; ojalá que sí se pueda, pero algo que tiene que pasar antes de pensar en eso es el tema de mi peso para que eso me pueda ayudar”.

Finalmente, Paola se refirió a la medalla individual olímpica que hasta ahora no se le ha dado, que podría darse en Tokio 2020. “Por supuesto que pienso en ella y creo que es una gran oportunida­d, que estás en unos Juegos Olímpicos, pero también tengo mucha fe en la prueba de sincroniza­dos, que ojalá se pueda dar”.

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Foto Jam Media ▲ “Me gusta mucho que sigan reconocien­do mi trabajo y la idea de continuar representa­ndo a México”, afirma la máxima ganadora de preseas panamerica­nas, con 15.

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