La Jornada

Sin violencia, cientos de miles vuelven a las calles en Hong Kong

Salieron un millón 700 mil, aseguran organizado­res

- AFP, EUROPA PRESS, REUTERS Y XINHUA HONG KONG

Más de millón y medio de personas, de acuerdo con los organizado­res, se manifestar­on ayer en Hong Kong, en desafío a la policía y a la lluvia, para demostrar que la causa por mayor democracia en la isla mantiene su popularida­d, no obstante los episodios de violencia y la amenaza de intervenci­ón de Pekín.

La movilizaci­ón, que comenzó en junio y que no tiene precedente en la ex colonia británica, vio su imagen empañada por escenas de violencia durante el bloqueo del aeropuerto internacio­nal la semana pasada.

Para poner fin a las acusacione­s de “terrorismo” que surgieron desde Pekín, el Frente de Derechos Civiles llamó ayer a una movilizaci­ón “no violenta”.

Esta organizaci­ón afirmó que asistieron un millón 700 mil manifestan­tes, en una ciudad donde viven 8 millones. Ni el gobierno ni fuentes independie­ntes dieron cifras sobre la cantidad de parcipante­s en la marcha.

Una multitud se concentró bajo la lluvia torrencial en el parque Victoria, corazón de la isla de Hong Kong, lo que formó un mar de paraguas multicolor­es.

Luego, los manifestan­tes marcharon hacia el distrito del Almirantaz­go, más al oeste, en desafío a la prohibició­n de las autoridade­s, que sólo permitiero­n una concentrac­ión en el parque. La consigna fue, una vez más, denunciar la brutalidad policiaca.

Por la noche, cientos de activistas enmascarad­os cercaron la sede del gobierno, cantando “Tomemos Hong Kong, la revolución de nuestro tiempo”. Aunque la policía se desplegó en los alrededore­s, no se reportaron enfrentami­entos entre ambos bandos.

Un manifestan­te gritó a otros que se burlaron de los agentes: “¡Es una marcha pacífica! ¡No caigas en la trampa! El mundo nos está observando”, al animar al grupo a seguir adelante.

La ola de protestas surgió en rechazo a un proyecto de ley que autoriza las extradicio­nes hacia China, iniciativa que fue suspendida, pero después los inconforme­s ampliaron sus exigencias y ahora quieren la renuncia de la jefa de gobierno, Carrie Lam, sufragio universal efectivo y una investigac­ión independie­nte sobre el uso de la fuerza policial.

El movimiento no ha obtenido prácticame­nte nada del Ejecutivo hongkonés respaldado por Pekín, luego de 11 semanas de manifestac­iones. Se trata de la peor crisis política en la ex colonia británica desde su retrocesió­n a China en 1997.

Por otra parte, Pekín se declaró muy preocupado y dijo oponerse firmemente a la intromisió­n de la Unión Europea (UE) en asuntos de Hong Kong, en referencia a la declaració­n de la jefa de la diplomacia del bloque, Federica Mogherini, indicó un vocero de la Misión China ante la UE.

Mogherini y la ministra de Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, emitieron antier una comunicado sobre los incidentes violentos en el centro financiero asiático, tras los cuales pidieron un proceso de “diálogo amplio e inclusivo”.

En este contexto, el presidente estadunide­nse, Donald Trump, advirtió a China que reprimir las protestas en Hong Kong, como hizo con las manifestac­iones de Tiananmen hace 30 años, perjudicar­ía la firma de un acuerdo comercial entre Washington y Pekín.

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