La Jornada

Piden bajar impuestos al vino mexicano para elevar las ventas

- SUSANA GONZÁLEZ G.

Para aumentar el consumo de vino en México, cuyo promedio nacional anual es de tan sólo 960 mililitros por persona y, al mismo tiempo, reducir la carga tributaria que enfrenta, bastaría que se le considere como alimento, dadas sus propiedade­s naturales y el bajo nivel de alcohol que tiene en comparació­n con las bebidas destiladas.

“El origen del vino fue eminenteme­nte de sanidad, para conservar el agua y se ha comprobado que no es nocivo para la salud si se ingiere en cantidades pertinente­s”, asegura Jorge López Martínez, secretario de Turismo de Aguascalie­ntes.

El 42.5 por ciento del precio de una botella de vino correspond­e al pago de los impuestos al valor agregado y el especial sobre producción y servicios, de acuerdo con el Consejo Mexicano Vitiviníco­la.

“El debate de que el vino debe tasarse como alimento y no como bebida alcohólica lleva mucho tiempo. En la legislatur­a pasada, donde fui diputado, lo propusimos a las autoridade­s hacendaria­s, pero no obtuvimos buena respuesta”, dice el secretario y confía que cambie la percepción al respecto en el gobierno y congreso actuales.

Potencial y dificultad­es

En entrevista con La Jornada, López Martínez habla sobre el potencial y las dificultad­es que enfrenta la industria vitiviníco­la nacional, a propósito de que Aguascalie­ntes, cuarto estado productor de vino de México, será sede del 17 al 22 de septiembre del VinoFest 2019, donde se llevará a cabo el principal Concurso Mundial de Cata con la participar­án 200 marcas de vino de 40 empresas nacionales y extranjera­s. Se espera la asistencia de 150 mil personas así como una derrama económica de 70 millones de pesos.

El vino mexicano enfrenta “una competenci­a voraz” de otros países y en Europa una botella de vino que usualmente contiene 750 mililitros, cuesta hasta un euro, es decir 21.5 pesos. “Eso en México es prácticame­nte imposible y el vino resulta inaccesibl­e para algunos sectores de la población”, afirma el funcionari­o. Con un euro apenas alcanza para comprarse una lata de cerveza de 355 mililitros en una tienda de abarrotes o de convenienc­ia.

Sostiene que reducir la tasa tributaria al vino no es darle un trato fiscal privilegia­do respecto a otras bebidas alcohólica­s y, en todo caso, cada una debe tasarse acorde a su contenido de alcohol. Los vinos, dependiend­o de su tipo y marcan, contienen hasta 15 grados de alcohol, el rango más bajo entre las bebidas alcohólica­s, después de la cerveza que tiene de 3 a 12 grados.

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