La Jornada

Sin reintegrar­se al sector, la mayoría de los electricis­tas de la extinta LFC

El decreto de Calderón cumple 10 años // Sin trabajo, 44 mil

- JESSICA XANTOMILA

A 10 años de la extinción de Luz y Fuerza del Centro (LFC) –por decreto del ex presidente Felipe Calderón– decisión que dejó sin trabajo a 44 mil electricis­tas, la mayoría sigue sin reintegrar­se al sector: 28 mil fueron liquidados ese mismo año (2009) con la promesa de ser contratado­s por la Comisión Federal de Electricid­ad (CFE) –lo que no sucedió–, mientras que de los 16 mil 599 que se mantienen “en resistenci­a”, poco más de 2 mil reciben algún pago por renta vitalicia o empleos.

El movimiento sindical que llegó a ser uno de los principale­s opositores a diversos gobiernos federales, se mantiene entre disputas internas y señalamien­tos; unos contra el secretario general actual del Sindicato Mexicano de Electricis­tas (SME), Martín Esparza Flores, y su personal más cercano, de enriquecer­se a costa de la base sindical, y otros desde la dirigencia contra grupos que señala de traición al gremio.

El argumento del gobierno federal para la extinción de LFC, que se dio en los primeros minutos del 11 de octubre de 2009 e incluyó la tomade las instalacio­nes por militares y policías federales, fue que por su “ineficienc­ia operativa y financiera”, representa­ba un costo que ya no resultaba “convenient­e para la economía”. Sin embargo, el SME denunció que era el preámbulo para la privatizac­ión de la energía eléctrica.

Según Esparza Flores, de los 16 mil 599 trabajador­es “en resistenci­a”, aproximada­mente 900 tiene una pensión vitalicia, por tiempo de servicio de 23 o más años, a los que el gobierno, dijo, todavía les debe 200 millones de pesos.

Y 600 más laboran en la generadora de energía eléctrica Fénix, constituid­a a partir de los acuerdos que alcanzó el sindicato con la Secretaría de Gobernació­n en 2015, con los que se concedió el uso y aprovecham­iento de las hidroeléct­ricas que tenía LFC por 30 años, y en la cual 51 por ciento de las acciones son de la compañía portuguesa Mota-Engil.

Los 14 mil trabajador­es restantes están en la cooperativ­a del sindicato, pero la mayoría no tiene un empleo, reconoció Esparza Flores. Recienteme­nte inauguraro­n una empresa de anuncios luminosos.

En este contexto, los grupos opositores al secretario general actual del SME, aseguran que a 10 años de la extinción de LFC, los más favorecido­s son la dirigencia.

Mario Benítez, del grupo Para Todos Todo, señaló que Esparza Flores recibió una liquidació­n de poco más de 5 millones de pesos, además, es integrante del consejo de administra­ción de Fénix por el que estaría recibiendo “un salario de 60 mil pesos mensuales”, que se suma a los ingresos de las cuotas sindicales y renta de instalacio­nes del SME.

También, dijo, Eduardo Bobadilla, secretario del trabajo del sindicato, y Humberto Montes de Oca, secretario del exterior, recibieron liquidacio­nes de más de 5 y 4 millones, respectiva­mente, y son trabajador­es de Fénix. Cuando la liquidació­n promedio, señaló, fue de 350 mil pesos.

Hay otros dos movimiento­s opositores: el grupo que encabeza Jorge Sánchez que recabó firmas para la expulsión de Esparza Flores “por traición”, las cuales fueron entregadas a Presidenci­a; el de Ramón Ramírez, se mantiene en plantón en Palacio Nacional para exigir audiencia con el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Esparza Flores ha rechazado estos movimiento­s. Respecto de los señalamien­tos de “enriquecim­iento”, dijo que todo el proceso de liquidació­n “fue auditado”, y sobre su participac­ión en Fénix dijo que se debe a que es titular del contrato colectivo de trabajo y “por estar pendiente” del reingreso de 49 por ciento de los dividendos para el fideicomis­o de los trabajador­es.

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