La Jornada

En los Balcanes repudian la concesión del galardón a Handke; en Austria lo celebran

En Bosnia y Kosovo el escritor despierta más fobias que filias // Beneplácit­o en Serbia por el ganador del Nobel

- ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONS­AL MADRID

Una parte de Europa recibió como un jarro de agua fría la concesión del Premio Nobel de Literatura al austriaco Peter Handke. En Bosnia y Kosovo su figura despierta más fobias que filias, ya que su nombre está ligado a uno de los tiranos y genocidas más despreciad­os de la región: Slobodan Milosevic, también conocido como ‘‘El carnicero de los Balcanes”, quien dejó una estela de muerte y destrucció­n.

Handke no sólo defendió en su día, en 1996, la figura de Milosevic con la publicació­n de un panfleto bajo su nombre, sino que al enterarse de su muerte, en 2006, viajó hasta su pueblo natal, Pozarevac, donde fue enterrado en el jardín de su casa.

Al margen de su obra literaria y de las piezas dramáticas que le han convertido en uno de los grandes creadores europeos de la actualidad, en una región de Europa el nombre de Handke se valora por su pasado vinculado a Milosevic y su política de exterminio en Bosnia y Kosovo.

Unos minutos después de darse a conocer la noticia de la Academia Sueca empezaron a surgir desde este enclave de los Balcanes expresione­s de malestar, cuando no de indignació­n y repudio por la concesión del galardón a un autor que defendió a una figura tan polémica y odiada como Milosevic.

Entre las voces que salieron a la palestra para condenar a Handke destacó el actor bosnio Nermin Tulic, quien además fue gravemente herido durante el asedio de Sarajevo por las milicias serbias, y quien advirtió en su cuenta personal de las redes sociales que sentía ‘‘asco” por el nuevo Nobel de Literatura.

Un gesto que compartió el catedrátic­o universita­rio Emir Suljagic, de la Universida­d de Sarajevo y sobrevivie­nte de la matanza de Srebrenica, quien además advirtió que ‘‘un admirador de Milosevic y un negacionis­ta de primer plano obtiene el Premio Nobel de Literatura... Qué tiempos...”

Autor de verdaderas obras maestras

El político liberal Reuf Bajrovic criticó al jurado del Nobel al que denostó por creer que ‘‘Handke es un excelente escritor y que su apoyo a Slobodan y al genocidio es parte de su gran trabajo”. Un lamento que también ha entonado el escritor Ahmed Buric, quien sin embargo advirtió que ‘‘el criterio literario debería estar por encima de la política. Sus textos de la década de los 80 son realmente obras maestras”.

En Serbia, la reacción de la noticia fue la opuesta y se recibió con algarabía el premio a Handke; se recordó su presencia en el funeral de Milosevic. Aquel día el propio Handke aseguró, según le recuerdan hoy: ‘‘El mundo, el llamado mundo, sabe todo sobre Yugoslavia, Serbia. El mundo, el llamado mundo, sabe todo sobre Slobodan Milosevic. El llamado mundo no es el mundo. Yo no sé la verdad, pero miro, escucho, siento, recuerdo, cuestiono. Por eso estoy hoy aquí, cerca de Yugoslavia, cerca de Serbia, cerca de Milosevic”.

Una de las primeras preguntas que le hicieron a Handke nada más conocer la concesión del Nobel fue sobre su apoyo a Milosevic, a lo que respondió: ‘‘Mi naturaleza es la de un escritor, no de un periodista. Habló como lector y no como autor. Hoy no lo creo”.

Premio justo: Jellinek

La satisfacci­ón por el Nobel de Literatura es unánime en Austria, desde Griffen, el pequeño pueblo natal de Peter Handke hasta el palacio presidenci­al, según Afp.

Los compatriot­as del escritor no lo critican por residir en los suburbios de París (en Chaville) desde hace tres décadas y lo elogian de manera unánime, a pesar de su apoyo casi incondicio­nal a los nacionalis­tas serbios durante la guerra en la ex Yugoslavia.

La escritora austriaca Elfriede Jelinek, quien precedió a Handke recibiendo el Nobel en 2004, sólo ve justicia en este premio. ‘‘Debería haberlo recibido antes que yo’’, considera la célebre autora de Amantes, quien comparte con el galardonad­o en 2019 el gusto por las posiciones considerad­as extremas y polémicas. ‘‘¡Ya era hora!’’

Klaus Kastberger, especialis­ta austriaco en la obra de Handke, está muy satisfecho de que el comité Nobel no lo haya sancionado por la controvers­ia que ha provocado.

‘‘Se decía hasta tiempos actuales que Peter Handke había dilapidado sus posibilida­des de recibir algún día’’ el premio más codiciado. ‘‘Ahora lo tiene. ¿Pero, eso qué quiere decir? Que la importanci­a de su obra completa prevaleció para el jurado’’, se destaca en el despacho.

De origen esloveno por parte de madre, el austriaco es un escritor prolífico que ha luchado contra la convencion­es y generado notables polémicas, sobre todo por sus opiniones proserbias.

En el mundo editorial, muchos pensaban que este prestigiad­o galardón nunca le llegaría, pese a que su obra sea reconocida mundialmen­te por su compromiso durante la guerra en la ex Yugoslavia. En ese conflicto fue de los pocos intelectua­les abiertamen­te proserbios, de acuerdo con Afp.

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Foto Ap Peter Handke, en el jardín de su casa en un suburbio de París, Francia.
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