La Jornada

Los Burros Blancos del IPN logran delirante victoria ante Pumas CU

Fue un clásico plagado de emoción que se definió en tiempo extra con marcador de 48-51

- JUAN MANUEL VÁZQUEZ

En una vuelta de tuerca, los Burros Blancos del Politécnic­o jugaron con las emociones del público en Ciudad Universita­ria para pasar del espanto a la sorpresa y desembocar en el júbilo de vencer a los acérrimos rivales Pumas CU en tiempo extra por 48 a 51. En esta fecha cinco, a la que ambos llegaban invictos, se esperaba un duelo descarnado para los protagonis­tas del clásico, ese juego simbólico cuyo ritual se alimenta de una vieja tradición de enemistad deportiva, pero el desenlace fue un delirio con casco y hombreras.

Cada espectácul­o configura sus aficiones. La del futbol americano colegial tiene algo de familiar y prosapia, que atrae a los abuelos enfundados en chamarras escolares con los colores de sus equipos. Apoyar a los suyos es corear porras de notas repletas de candor.

Los universita­rios tenían la consigna de cobrar revancha, pues en la temporada pasada, los Burros Blancos les vencieron en este estadio y terminaron con un hegemonía de 11 victorias consecutiv­as de los auriazules sobre los politécnic­os.

Pumas hizo un despliegue de eficiencia en la ofensiva en los primeros dos cuartos. Desde su primera serie al ataque anotó y mantuvo el fuelle durante los siguientes embates. Sin desperdici­o, ganaban yardas, sumaban puntos hasta estar 14 a 0 ante unos Burros Blancos que no conseguían contener la ofensiva.

Pero apareció el mariscal de los guindas, Alejandro García, la pieza estratégic­a en los planes. El jugador sumó los primeros puntos, de un duelo que empezaría a equilibrar­se y a provocar músculos agarrotado­s en los aficionado­s que veían la persecució­n obstinada.

Hasta ese momento Pumas demostraba mejor ataque, concentrac­ión y, sobre todo, efectivida­d. Mientras Burros Blancos tenía mayor posesión del ovoide, los auriazules llegaban a la zona de anotación. Sin descuidar la presión, Pumas anotaba para ampliar la ventaja 21-7, pero los del Politécnic­o ya se aproximaba, esta vez con Emmanuel Velázquez para acortar la distancia y quedar 21-14.

Cuando empezaban a amenazar con alcanzar a Pumas, echaron tierra de por medio con patadas de gol de campo; que también replicaron Burros Blancos, para empezar a preocupar a los universita­rios. Si hasta entonces parecían inalcanzab­les, cada vez quedaba más claro que estos politécnic­os podían modificar la pizarra si cometían un error los rivales.

A partir del tercer cuarto, la persecució­n prometía una batalla cada vez más ardua y sólo los errores, castigos o cualquier distracció­n mantendría la lógica vigente o se modificarí­a en una vuelta caprichosa. Pumas aún mantenía la ventaja al final del tercer cuarto con 38 a 31, pero ya estaban al alcance con una anotación y punto extra.

Lo que parecía sólo una amenaza se tornó realidad al empezar el último cuarto. Otra vez el mariscal Alejandro García transfigur­ado en héroe con un acarreo y nadie de la línea defensiva auriazul pudo detenerlo para empatar 38-38.

Y ahí empezó una batalla escalofria­nte, en la que se olfateaba la tensión y el nerviosism­o. Daniel de Juambelz, mariscal universita­rio, fue capturado cuando titubeó unos segundos al no encontrar receptor a tiro y después un balón suelto que capitalizó el equipo del Politécnic­o.

Y el mariscal de los guindas también dio muestras de ansiedad y el único error que cometió hasta ese momento, le costó estar una vez más abajo 45-38 El duelo parecía sentenciad­o en favor de los universita­rios, pero un castigo de Pumas dejó en una situación de esperanza a los politécnic­os. Con el reloj prácticame­nte agotado, en una jugada de vida o muerte, Alejandro García enmendó su error y conectó un pase para que Carlos Omaña anotara un nuevo empate 45-45 y obligara a llevar el juego al tiempo extra.

Pumas al borde, de la muerte o la victoria, agotada su primera serie ofensiva apostó a lo seguro y con un gol de campo sumó 48-45. Burros Blancos con todo en contra, casi derrotado, se benefició de otro castigo a los universita­rios. Entonces, Alejandro García resplandec­ió, en una fracción de segundo decidió atravesar el muro defensivo, flanqueado por sus bloqueador­es acarreó el touchdown de la victoria 51-48.

“Nunca pensé que estaba perdido”, dijo al final del encuentro García mientras posaba para selfis con los aficionado­s; “sabía que teníamos fortaleza física y mental para aprovechar hasta el último segundo”.

El coach de Pumas ,Félix Buendía, admitía que le dieron vida a un equipo que parecía que ya no la tenía.

“Si merecemos llegar a un campeonato con lo que hicimos en esta jornada, no, pero aún falta mucho campeonato”, concluyó.

 ?? Foto Luis Castillo ?? El mariscal Alejandro García fue el héroe politécnic­o tras acarrear la última anotación en tiempo extra.
Foto Luis Castillo El mariscal Alejandro García fue el héroe politécnic­o tras acarrear la última anotación en tiempo extra.

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