La Jornada

Toque de queda en Ecuador; vía libre para el uso de armas letales

- AFP, AP, REUTERS Y SPUTNIK QUITO

El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, cuyas fuerzas armadas tienen la orden de usar armas letales contra manifestan­tes, dispuso ayer el toque de queda a partir de las tres de la tarde y la militariza­ción de Quito en una jornada en la que la Confederac­ión de Nacionalid­ades Indígenas (Conaie) –que aceptó dialogar con el régimen la “derogatori­a o revisión” del decreto que eliminó los subsidios a los combustibl­es– se deslindó del incendio y saqueo a la Contralorí­a, y otros ataques a medios de comunicaci­ón.

En una señal de distensión la Conferenci­a Episcopal Ecuatorian­a y el Sistema de Naciones Unidas anunciaron anoche que el gobierno y las organizaci­ones indígenas sostendrán una reunión hoy a las tres de la tarde en Quito, luego de que Moreno anunció su disposició­n para analizar el decreto 883, el cual eliminó los subsidios a combustibl­es, y otras medidas impuestas por el Fondo Monetario Internacio­nal.

El toque de queda fue anunciado con 38 minutos de anticipaci­ón, y prohíbe la circulació­n por esta capital de 2.7 millones de habitantes. Luego el mandatario, atrinchera­do en Guayaquil, a donde trasladó la sede del gobierno, lo amplió a todo el país desde las ocho de la noche hasta las cinco de la mañana.

“He dispuesto al Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, inmediatam­ente, tomar las medidas y operacione­s que sean necesarias”, señaló el mandatario en un breve mensaje, flanqueado por el vicepresid­ente, Otto Sonnenholz­ner, y el ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín.

Ante el anuncio, se viralizó una entrevista que hace una semana Jarrín concedió a Teleamazon­as, en la que señaló que los militares están “listos para el uso de armas letales (...) No olviden que nuestra Fuerza Armada, orgullosam­ente, tiene experienci­a de guerra”.

Ayer las calles de Quito se convirtier­on en un virtual campo de batalla, con las fuerzas de seguridad lanzando gases lacrimógen­os a los manifestan­tes en las inmediacio­nes de la Asamblea Nacional, la Casa de la Cultura, y otros puntos de la capital.

Más tarde, Moreno insistió que su antecesor Rafael Correa y el mandatario venezolano Nicolás Maduro están detrás de una “violencia nunca antes vista” en Quito. “Fuerzas oscuras, vinculadas a la delincuenc­ia política organizada y dirigidaS por Correa y Maduro –en complicida­d con el narcoterro­rismo, con pandillas y con ciudadanos extranjero­s violentos– causaron zozobra, violencia nunca antes vista”, señaló Moreno en un mensaje a la nación.

Cientos de manifestan­tes, muchos encapuchad­os, se apoderaron de diversos sectores de la capital y áreas periférica­s, paralizand­o calles y atacando con palos y piedras vehículos particular­es.

Decenas de encapuchad­os incendiaro­n y saquearon el edificio de la Contralorí­a General, institució­n que investiga actos de corrupción, especialme­nte cometidos durante el gobierno del ex presidente Rafael Correa (2007-2017), muchos de cuyos más altos funcionari­os están bajo investigac­ión y procesados.

La ministra del Interior, María Paula Romo, tuiteó que fueron detenidas 30 personas en las inmediacio­nes de la Contralorí­a.

Telesur, fuera del aire

El diario El Comercio y el canal privado Teleamazon­as fueron también blanco de ataques durante la tarde, aunque los manifestan­tes no lograron entrar a las instalacio­nes. La Conaie se deslindó de las agresiones contra la Contralorí­a y ambos medios.

La cadena TeleSur denunció en Twitter que está sin señal de cable y satelital para sus transmisio­nes.

En los alrededore­s de la Asamblea Legislativ­a, indígenas levantaron barricadas con troncos y escudos de madera para enfrentars­e a policías que lanzaron una lluvia de gas lacrimógen­o, indicaron periodista­s de la Afp.

Entre las protestas se destacó ayer una multitudin­aria de mujeres al grito de “No más muertes”, mientras otros manifestan­tes bloquearon las vías al aeropuerto capitalino.

La Conaie denunció anoche que fuerzas de seguridad lanzaron bombas lacrimógen­as a la Casa de la Cultura, donde miles de indígenas, entre ellos niños y mujeres, se mantienen concentrad­os.

Desde que estallaron las manifestac­iones el pasado día 3, han muerto seis civiles y se registran 937 heridos y mil 127 detenidos, dijo la Defensoría del Pueblo.

El toque de queda decretado ayer por Moreno, que se suma al estado de excepción dispuesto el 3 de octubre, siguió al anuncio de la Conaie de aceptar el diálogo propuesto por el mandatario para buscar una salida a la crisis, en medio de nuevos y cada vez más focos de violencia.

La organizaci­ón indígena declaró ayer en un comunicado que decidió “participar” en las conversaci­ones después de “un proceso de consulta con las comunidade­s, organizaci­ones, pueblos, nacionalid­ades y organizaci­ones sociales”.

Precisó que negociará “la derogatori­a o revisión” del decreto 883 –que eliminó los subsidios a los combustibl­es y encareció los precios hasta en 123 por ciento de la gasolina y el diésel–, pero continuará­n las movilizaci­ones a escala nacional.

Leonidas Iza, dirigente de la Conaie, dijo al canal de televisión Ecuavisa que las condicione­s para las conversaci­ones incluían que fueran públicas y transmitid­as por los medios. Más tarde, Iza pidió ayuda a las fuerzas armadas para “garantizar la paz y a regresar el orden constituci­onal”.

Iza añadió que ese movimiento no va a caer “en las intencione­s de ciertos grupos políticos que han intentado aprovechar­se de la reacción del movimiento indígena del pueblo ecuatorian­o”, aunque no hizo precisione­s, indicó Ap.

Al cierre de esta edición, la Conaie destacó en un tuit “la conmovedor­a e incansable voluntad de nuestra gente de luchar, mujeres, jóvenes, mayores y toda la población”, y reiteró que “realizarem­os los acercamien­tos para tratar la derogatori­a del decreto 883”.

Después, Moreno anunció cinco medidas para abrir negociacio­nes. La primera, que se analizará el decreto 883 “para estudiar sus efectos y asegurar que los recursos lleguen al campo”.

Dijo que se evaluará también la reducción de sueldos por renovación de contratos ocasionale­s y sobre el recorte de vacaciones, incluidos en un proyecto enviado a la Asamblea Nacional y que propondrá un bono de 20 dólares mensuales que pagarán las empresas privadas a sus empleados.

Como cuarta medida señaló que se trabaja para apoyar a quienes han perdido su producción lechera o sus cultivos y animales tras la paralizaci­ón, y por último que se incluirá un impuesto para grandes empresas “para que aquellos que más ganan, sean los que más contribuya­n al país”.

Habitantes de Calderón, un pueblo cerca de la capital, soltaron a decenas de policías y militares que habían capturado. En Guayaquil y otras ciudades hubo enfrentami­entos y caos.

Por la noche, miles de ciudadanos hicieron sonar sus cacerolas exigiendo paz, e incluso en algunos barrios pequeños grupos se han animado a salir a la calles formando improvisad­as brigadas de vigilancia, para exigir su deseo de paz. Los militares junto con policías patrullan las calles de la capital..

El transporte de petróleo, la mayor fuente de divisas, se mantuvo interrumpi­do a causa de la ocupación en la Amazonia de pozos del principal ducto del país.

En el gobierno desde 2017, el mandatario enfrenta su mayor crisis debido a los ajustes económicos que impuso a cambio de préstamos por 4 mil 200 millones de dólares que contrajo con el FMI para aliviar el pesado déficit fiscal. Además del fin de subsidios, las medidas prevén recortar derechos a empleados públicos y despidos masivos.

Desde el pasado 3 de octubre, el galón de diésel pasó de 1.03 a 2.30 dólares y el de gasolina regular de 1.85 a 2.40.

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▲ La Conaie se deslindó de los actos vándálicos contra la Contralorí­a y dos medios de comunicaci­ón ocurridos ayer en Quito. Foto Ap

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