TRANSFORMA LA CALLE CON ARTE
La historia reduce las posibilidades a dos: que los músicos hayan sido integrantes del Octeto de la Plata, grupo de ruptura que se terminaría integrando a la banda de Rovira, o que sean el mismo Osvaldo Manzi y el notable contrabajista Enrique Kicho Díaz, también parte del grupo de Astor y la orquesta de Aníbal Troilo.
Óscar López Ruiz, guitarrista de Piazolla, aportó su opinión desde Buenos Aires: “No parece Manzi, por su forma de tocar, su estilo: Manzi era un fenómeno, pero su forma es un tanto más rústica que la del pianista en la grabación: no me parece Manzi, lo cual no quiere decir que no sea”.
Premisa: el tango debe ser escuchado
Desde Bélgica, los integrantes de Sónico responden preguntas sobre el grupo que rinde homenaje e investiga a uno de los fundadores del tango moderno.
Afirma el contrabajista Ariel Erbstein: “La música de Rovira parte de la premisa de que el tango debe ser escuchado; esa ruptura con el baile le permite experimentar hasta el extremo polirrítmico de Stra-vinsky y crear tangos dodecafónicos basados en Schönberg. Rompe con la formación de la orquesta típica, una transición similar a la que sucedió entre las big bands del jazz y los grupos de be-bop”.
El guitarrista del grupo Sónico, Camilo Córdoba, aporta precisiones sobre la ruptura que supuso la obra de Rovira: “La controversia del tango desde los años 50 tiene que ver con qué música se ajusta al canon tanguero y cuál no. Las vanguardias siempre generarán rechazo los sectores conservadores.
“En realidad, siempre existieron los vanguardistas; Alfredo Gobbi, Osvaldo Pugliese, De Caro y Julio de Caro fueron vanguardia, cada uno en su época. Lo cierto es que la ruptura de los años 50 fue bien pronunciada.”
Para Córdoba, interpretar una obra de Rovira que existía sólo en