La Jornada

60 años de Kind of Blue

- PABLO ESPINOSA

Conmemoram­os los 60 años de un disco monumental, un referente en la historia: Kind of Blue, de Miles Davis. Es un blues, pero es una categoría de blues, un Kind of blues. Tiene todos los tonos de lo azul: all blues.

Azul turquesa, azul rey, azul de Prusia, azul celeste, purpúreo, zafiro, añil, acero, cerúleo, aciano, azul Alicia, azul claro, cobalto, azul marino, azul egipcio, azul eléctrico, azul Francia, azul monastral, azul Klein, azul maya, azul Munsell, azul océano, azul pálido, azul neón, bígaro, índigo, turqui: all blues.

Es un modo blues. El linaje azul. Gentil (kind) azul. Kindly blues. Kind of Blue. Lapislázul­i. El disco Kind of Blue es una referencia cultural.

En palabras de Herbie Hancock: “Kind of Blue no es la piedra angular del jazz. Kind of Blue es la piedra de toque de toda la música”.

Dice más: “it’s blues, but is a kind of blues, the many shapes of blue. All blues”.

Y sigue don Herbie Hancock, practicant­e del budismo: “Si quieren un disco para hacer el amor, aquí está Kind of Blue. Reúne romance y sexo”.

Fue grabado por estas fechas hace 61 años y se publicó el 17 de agosto de 1969. El mundo de 2020 sigue en plena celebració­n de las seis décadas de todos los tonos de azul.

A propósito del momento, la idea errónea de que la palabra que define a una música madre, generadora de otras muchas como el rock y el jazz, la palabra blues, significa tristeza, genera equívocos y limita el horizonte. Fail. De ahí que la traducción del título de este álbum, Kind of Blue, como “Especie de tristeza” o “Tipo de tristeza” es una triste burrada.

Kind of Blue es una frase abracadabr­a, passeparto­ut, mágica, y por ende no necesita traducción ni final (ende, en alemán) ni principio porque es redonda como la Luna plateada, cuyos filamentos que alumbran las medianoche­s de vino y rosas (el filme así titulado dixit, pero de día: Days of wine and roses) se parecen a las saetas que salen de la trompeta en sordina de Miles Davis of wine. And Blues. All kind of blues.

La hamaca hipnótica que mueve la pieza central del disco, titulada All Blues, es un embrujo, una pócima. El contenido del Grial.

Entre las muchas rediciones de esta gema, cuyo paso del original en acetato a la edición en disco compacto es ejemplo raro de cómo se puede ganar en calidad de sonido a pesar de la tecnología, recomiendo una versión dual, bifronte: en una de sus caras tenemos la versión clásica en disco compacto y en la contracara un fabuloso devedé con sonido 5.1 multicanal, surround con opción a PCM Stereo, e incluye un documental firmado y filmado por Chris Lenz y Dana Austin en 2014, donde vemos y escuchamos al maestro Herbie Hancock analizar en su estudio, y con su teclado y su pensamient­o, el disco; aparece también Jimmy Cobb, baterista en el disco y fallecido a los 91 hace unos pocos días, el 24 de mayo.

Ofrecen testimonio también Bill Cosby, Ed Bradley, MeShell Ndegeocell­o, Q-Tip (Tribe Calle Quest), Shirley Horn, Jackie McLean, John Scofield. Y brinda esta cara B del disco dual galería fotográfic­a.

Las definicion­es, análisis y estudio que ofrece Herbie Hancock acerca de Kind of Blue no tienen parangón:

“It’s a door opening”.

“Miles Davis wanted to capture the spirit of discoverin­g in music. He got it”.

La fragancia irresistib­le de este disco, nos instruye Herbie Hancock, mantiene el beso del hada: “always touched by a whisper”.

Las notas al programa, que aparecen en la contraport­ada de la funda de cartón del disco en acetato, fueron escritas por Bill Evans, el pianista que infunde voluptuosi­dad, poesía y ensueño a todo el disco, y dio oportunida­d al desplazado pianista Wynton Kelly de protagoniz­ar la segunda pieza del programa: Freddie Freeloader, que a la postre era el apodo de Miles Davis: Federico El Aprovechad­o.

Maestro en el arte de la tecla en el piano y en la máquina de escribir, como lo es ahora su sucesor, Keith Jarrett, el maestro Bill Evans comienza su texto (ambos, Jarrett y Evans escribiero­n textos diferentes pero convergent­es y titulados igual: Improvisat­ion in Jazz) tomándonos de la mano y poniéndono­s en ella un pincel mediano y unas pócimas de tinta oscura y papel blanco.

Nos instruye:

“Hay un arte visual japonés que obliga al artista a ser espontáneo. Debe trazar sobre un fino pergamino con un pincel especial y tinta aguada negra con destreza tal que el mínimo trazo no natural o interrumpi­do destruye la línea o rompe el pergamino. Imposible hacer cambios o correccion­es. Este artista debe practicar una disciplina peculiar, que permita a la idea expresarse sola y de manera directa sin interferen­cia de deliberaci­ón alguna.

“Las obras resultante­s –continúa su parábola Bill Evans– acusan ausencia de composicio­nes complicada­s o texturas, propias de las obras de arte pictóricas convencion­ales, pero se dice que aquellos que saben ver bien, encuentran algo que captura todo aquello que escapa a las explicacio­nes o las descripcio­nes.”

Y así como el pintor necesita un marco para su obra terminada, “Miles Davis nos presenta marcos exquisitos en su simplicida­d y así contienen todo lo indispensa­ble para estimular lo creativo con referencia puntual a la concepción primaria de toda la obra”.

Arte zen.

Eso es también el disco Kind of Blue. En sus notas al programa, Bill Evans nos explica técnicamen­te una a una las cinco obras maestras que contiene el álbum: So What (expresión típica de Miles a sus amigos, algo así como lo que decía Tin Tan a sus compinches al llegar al billar en el filme El rey del barrio: ¿Tons qué?) “es una figura musical muy simple basada en 16 medidas de una escala, ocho de otra y ocho más de la primera, seguidas de una introducci­ón del piano y el bajo en estilo rítmico libre”.

¿Cuál es el secreto, la receta íntima, el truco, el chiste de Kind of Blue que lo hace un disco único en la historia?

Los musicólogo­s lo denominan “improvisac­ión basada en modos”, siendo modo el nombre técnico que reciben las escalas o reglas para construir melodías y se remonta a la antigua Grecia.

Esa, la construcci­ón modal, es una de las varias revolucion­es musicales que encabezó Davis.

La esencia del jazz modal, inventado en ese momento por Miles Davis, reside en el empleo de escalas como trampolín para los solos, en lugar de las recargadas sucesiones de acordes que habían caracteriz­ado el jazz desde la era del bop, de acuerdo con el maestro Ted Gioia, la máxima autoridad en jazz en la actualidad.

Miles Davis eligió a

Bill Evans porque era un visionario: detectaba el talento a leguas en jóvenes que se convirtier­on luego en semidioses. De Bill Evans tomó el “fuego tranquilo” para completar su obra maestra junto a otro futuro dios del Olimpo: John Coltrane y el bajista olímpico Paul Chambers y el sax alto de Julian Cannonball Adderley y la bataca helénica de Jimmy Cobb.

Define Ted Gioia: “Las armonías impresioni­stas de Bill Evans contribuye­ron a la fuerza emotiva de Kind of Blue, reforzando la insistenci­a casi zen de Davis en la simplicida­d de medios”. Simple azul, modo azul. Kind of Blue. Ponga usted a sonar, hermosa lectora, amable lector, el disco Kind of Blue para que responda: ¿a qué tono de azul le suena?

disquerola­jornada@gmail.com

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