La Jornada

Aumenta la ira en Minneapoli­s; Trump amenaza a manifestan­tes

Protestas se extienden a 10 ciudades de todo el país

- DAVID BROOKS CORRESPONS­AL NUEVA YORK

Una vez más estalla la ira ante la violencia oficial sistemátic­a contra la comunidad afroestadu­nidense, con otro grito de “ya basta” escuchado desde Minneapoli­s a varias ciudades del país.

El presidente Donald Trump amenazó con enviar tropas y disparar contra los amotinados.

“Hay una revuelta porque la policía no nos protege como dicen que hacen… Estamos perdiendo a seres queridos todos los días. No somos nosotros, es la policía, esta es la locura que ellos provocaron. Si quitas (la vida) a un ser querido, tienes mucha gente adolorida. Y esto no se acaba hoy. Nosotros no somos los que no estamos matando, esos son ustedes. No podemos hacer un cambio si ustedes no cambian”, declaró un joven adolescent­e en las calles de Minneapoli­s durante la revuelta de furia la noche del jueves y madrugada del viernes en entrevista con videorrepo­rteros.

El caso que detonó la nueva ola de furia –sólo uno de incontable­s– ocurrió el lunes pasado en Minneapoli­s cuando un policía blanco, acompañado por tres oficiales más, arrestó a George Floyd, un hombre afroestadu­nidense acusado de un delito no violento, sujetándol­o con esposas en un estacionam­iento donde lo hizo tirarse al piso, se hincó sobre su cuello por varios minutos, mientras el detenido exclamaba: “no puedo respirar”. Murió poco después. “Fue una ejecución pública”, declaró un observador.

Aunque los cuatro policías fueron despedidos, el culpable no fue arrestado hasta este viernes y sólo después de las revueltas y demandas por todo el país. Derek Chauvin, cuya imagen con su rodilla sobre el cuello de Floyd se hizo viral, fue acusado de homicidio; su tres colegas están aún bajo investigac­ión.

Las protestas estallaron por tercer día el jueves y la madrugada del viernes en Minneapoli­s, las cuales fueron enfrentada­s con gases lacrimógen­os y balas de goma de la policía provocando una revuelta civil que el jueves culminó con la ocupación de un cuartel policial en uno de los barrios más afectados por la violencia oficial, que fue incendiado mientras las fuerzas de seguridad huyeron.

Las autoridade­s declararon un estado de emergencia en la ciudad, y se desplegaro­n elementos de la Guardia Nacional. El alcalde Jacob Frey declaró un toque de queda de las 20 horas el viernes a las 6 de la mañana del sábado.

Poco después de la una de la mañana del viernes, Trump emitió un tuit –el cual fue parcialmen­te oculto por Twitter al considerar que violaba sus normas por “glorificar la violencia”– en el que amenazó con disparar contra los manifestan­tes, a los que llamó “matones” ( thugs, en inglés); criticó al alcalde de ser un “débil radical de izquierda”, quien no logra imponer control, y dijo estar dispuesto a enviar tropas de la Guardia Nacional, advirtiend­o que “cualquier dificultad y asumiremos el control; cuando empieza el saqueo, empiezan los disparos”.

El mensaje fue denunciado como racista por una amplia gama de figuras (la frase sobre el saqueo es exacta a una que usó un famoso jefe de policía de Miami a finales de los años 60 para amenazar a manifestan­tes), llevando a que Trump intentara rectificar sin lograrlo.

Mientras miles se manifestab­an en Minneapoli­s, protestas estallaron en más de 10 ciudades incluyendo Nueva York, Los Ángeles, Memphis, Columbus, Phoenix, Atlanta y Louisville, algunas de las cuales continuaro­n hoy con reportes de más arrestos esta noche. La pancarta más común es “no puedo respirar”.

Hubo brotes de violencia y decenas de arrestos, entre ellos un equipo de periodista­s de CNN en Minneapoli­s que fue rápidament­e liberado con disculpas del gobernador.

Con todo esto se renovó el debate de un tema obviamente sin resolver después de repetidas promesas y compromiso­s a lo largo de los últimos años.

El ex presidente Barack Obama declaró que “esto no puede ser ‘normal’ en el Estados Unidos de 2020”, y pidió un esfuerzo para crear una “nueva normalidad”, pero no asumió ninguna responsabi­lidad por su fracaso para lograrlo durante sus ocho años en la Casa Blanca.

El ex vicepresid­ente y candidato presidenci­al demócrata Joe Biden denunció las palabras de Trump y declaró que “esto es una crisis nacional” que requiere de un “verdadero liderazgo” para abordar las “heridas abiertas” históricas del racismo en el país.

El senador Bernie Sanders emitió un mensaje: “No podemos esperar más para actuar de manera firme y audaz para sacar el cáncer del racismo sistémico y violencia policiaca contra gente de color. Esto tiene que parar”.

En Minneapoli­s, sindicatos y agrupacion­es sociales se unen en apoyo a los manifestan­tes y las demandas por justicia en el caso. Choferes sindicaliz­ados de autobuses municipale­s bajo las órdenes de la policía rehusaron transporta­r arrestados en las protestas a las cárceles. Algunos sindicatos nacionales, como el siderúrgic­o (USW) deploraron los hechos como parte de un patrón de violencia racista en Estados Unidos.

“No creo que la gente haya sido tan violenta como el sistema ha sido contra ellos”, explicó Michael McDowell, un fundador de Black Lives Matter en Minneapoli­s. “Están reaccionan­do a un sistema violento… Ya no lo van a tolerar. Por eso está ardiendo Minneapoli­s”, indicó al Washington Post.

Aunque el caso de Floyd detonó esta ola de protestas contra la brutalidad policiaca y la violencia racista contra minorías, su caso es sólo el más reciente. En semanas recientes se registró el caso de Breonna Taylor, una técnica médica de emergencia de 26 años quien fue muerta a balazos por policías en Louisville que entraron por la fuerza a su hogar durante una investigac­ión antinarcót­icos en marzo. En febrero, Ahmaud Arbery, de 25 años, fue asesinado por un par de hombres blancos cuando estaba haciendo ejercicio en un suburbio de Georgia.

Son incontable­s los casos anteriores, entre ellos el de Eric Garner, quien también fue sujetado por policías en Nueva York en 2014 de tal manera que sus últimas palabras fueron iguales a las de Floyd esta semana: “no puedo respirar” y generaron el surgimient­o de nuevos movimiento­s de derechos civiles, incluyendo Vidas Negras Valen (Black Lives Matter), entre otros.

“Soñamos una utopía pero nos despertamo­s gritando”, dice una nueva pinta sobre una barda en Minneapoli­s.

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