La Jornada

No más huachicole­o fiscal // Abogánster­s en la mira

- CARLOS FERNÁNDEZ-VEGA

DESDE EL INICIO mismo de su administra­ción el presidente López Obrador ha sido muy claro en materia tributaria: se acabó el “huachicol de cuello blanco”, no más prácticas “abusivas, excesivas e injustas”, y recordaba que tan solo en las administra­ciones de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto las condonacio­nes fiscales a contribuye­ntes privilegia­dos sumaron más de 400 mil millones de pesos y de ese monto 54 por ciento –213 mil millones– se concentró en 108 grandes corporativ­os.

SE TRATA, DIJO el mandatario, de “acabar con privilegio­s fiscales, hacer valer la Constituci­ón en la letra y en el espíritu de que todos tenemos que contribuir y debe haber una recaudació­n con el principio de progresivi­dad, que deben contribuir más los que obtienen más ingresos; en este caso, muy al contrario, los de mero arriba en algunos casos no pagaban impuestos o cuando pagaban se les devolvía. Eso se termina a partir del día de hoy; no va a haber condonacio­nes de impuestos”.

A ESA DECISIÓN en defensa de los intereses nacionales, los otrora beneficiar­ios de dichas prácticas –58 de ellos cotizantes en la Bolsa Mexicana de Valores– la llaman “violación del estado de derecho”, “terrorismo fiscal”, “persecució­n” y demás calificati­vos, porque se les acabó una de sus minas de oro, el compadrazg­o, la corrupción tributaria, el intercambi­o de favores entre políticos y grandes consorcios a costillas de la miseria de millones de mexicanos.

HACE POCO MÁS de un año el presidente López Obrador firmó el decreto para acabar con el “huachicol de cuello blanco” y eliminar las condonacio­nes de impuestos a grandes contribuye­ntes, “porque se ha abusado de ese procedimie­nto”, y por aquellos ayeres en este espacio se anotó: ¿qué empresas tienen mayor peso en la Bolsa Mexicana de Valores? Entre otras, América Móvil (Carlos Slim), Fomento Económico Mexicano (familia Garza Lagüera), Grupo México (Germán Larrea), Cementos Mexicanos (Lorenzo Zambrano, hasta su muerte), Televisa (Emilio Azcárraga), Grupo Salinas y Walmart de México. Ellas representa­n 63 por ciento del citado índice de precios y cotizacion­es del mercado bursátil mexicano. También aparece Kimberly Clark, de Claudio X. González Laporte, cabeza visible del golpismo. Y varias de ellas ya pagaron los “pendientes”.

PUES BIEN, AHORA, por primera vez en muchísimo tiempo, “una institució­n como el Servicio de Administra­ción Tributaria (SAT) obedece a políticas de Estado, más que al sector privado, para cuidar los recursos públicos y darles un uso conforme a las políticas de la administra­ción; piso parejo para todo mundo, sin privilegio­s, preferenci­as, beneficios y condonacio­nes”, de acuerdo con la titular de dicha institució­n, Raquel Buenrostro.

EN ENTREVISTA CON La Jornada (Roberto González Amador), Buenrostro subraya: “la mayoría de los empresario­s estaban acostumbra­dos a recibir tratos preferenci­ales… los grandes corporativ­os en promedio pagan sólo 2.1 por ciento de sus ingresos, cuando en muchos países desarrolla­dos la cifra es de siete. La gente común y corriente paga 30 o 35 por ciento de sus ingresos como impuesto, y somos cautivos. Esa diferencia importante en la carga fiscal nos lleva a considerar que no es necesario, de entrada, una reforma fiscal, sino ver qué está pasando para que no sean siempre los mismos los que paguen contribuci­ones”.

EN EL PROCESO “identifica­mos planeacion­es fiscales que rayan en la defraudaci­ón fiscal, y notamos que, en muchos casos, (las empresas) son representa­das por el mismo despacho de abogados. Algunos se dedican a vender mecanismos fiscales para que paguen menos”. Por ello, también los despachos de abogados y notarios están en la mira del SAT.

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