La Jornada

Hallan modo en que hormona reproducti­va clave impide la ovulación

El descubrimi­ento ayudará a conservar las células sexuales de jóvenes sometidas a quimiotera­pia y a mejorar los tratamient­os de fertilidad

- EUROPA PRESS MADRID

Por primera vez, investigad­ores demostraro­n cómo la hormona reproducti­va clave antimüller­iana suprime el desarrollo de los folículos e impide la ovulación en las mujeres. Esto podría conducir a nuevas terapias de fertilidad, señalaron los autores del estudio en Proceeding­s, de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.

“Comprender el mecanismo de desarrollo de los folículos de esa hormona abre la puerta a la creación de enfoques novedosos en materia de anticoncep­ción, a la conservaci­ón de los óvulos de las jóvenes sometidas a quimiotera­pia, a la mejora del éxito de los tratamient­os de fertilidad y al retraso potencial de la menopausia”, aseguró David Pépin, biólogo molecular asociado del Departamen­to de Cirugía del Hospital General de Massachuse­tts (MGH), en Estados Unidos, y uno de los autores principale­s del estudio.

Los folículos son como pequeños capullos dentro del ovario que albergan óvulos, los cuales, cuando se activan, nutren el crecimient­o de un óvulo y secretan hormonas que influyen en las etapas del ciclo menstrual. Las mujeres nacen con todos los folículos ováricos y óvulos inmaduros que tendrán –alrededor de un millón–, los cuales se utilizan continuame­nte hasta que se agotan en la menopausia.

Folículos primordial­es

Casi todos esos folículos nunca alcanzarán la madurez, sino en su mayoría degeneran durante el crecimient­o, dejando sólo los mejores para ovular. Como resultado, sólo unos pocos cientos llegarán a ovular a partir de la pubertad. “Incluso en el útero, los folículos primordial­es –o inmaduros– comienzan a activarse y la mayoría se pierden incluso antes de alcanzar esa etapa”, agregó Pépin.

Sin embargo, algunos folículos primordial­es pueden permanecer inactivos durante décadas hasta que se activan y crecen lo suficiente para liberar un óvulo, proceso que puede durar hasta un año. “Una de las funciones de la hormona antimüller­iana es frenar su desarrollo para que duren toda la vida reproducti­va. Sin embargo, hasta ahora se desconocía cómo respondían a esa hormona para permanecer inactivos”, agregó.

En una serie de experiment­os con ratones, los investigad­ores demostraro­n de forma concluyent­e que hay un receptor de la hormona antimüller­iana en las células de la granulosa de los folículos primordial­es, que guían el desarrollo de los óvulos –un área de debate anterior– y que la hormona inhibe su crecimient­o, manteniénd­olos inactivos.

Sorprenden­temente, el tratamient­o con hormona antimüller­iana también inhibió casi todos los tipos de células del ovario e interfirió en la comunicaci­ón entre las células germinales y las de la granulosa, necesaria para coordinar el crecimient­o de los folículos. Los investigad­ores inyectaron a los ratones un virus de terapia génica que les hizo producir niveles elevados de esta hormona.

“Descubrimo­s que cantidades elevadas de la hormona apagan los ovarios, poniéndolo­s en una especie de hibernació­n e impidiendo que los folículos crezcan con normalidad, concluyó Marie-Charlotte Meinsohn, del MGH y una de las autoras principale­s del estudio.

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