La Jornada

Claudia, “¡Presidenta!”; Mario, “¡Renuncia!” // AMLO y Morena, a tres años // Legitimar a los adversario­s // ¿Restaurar algo de civilidad?

- JULIO HERNÁNDEZ LÓPEZ

ADEMÁS DEL TONO positivo que de manera entendible, pero también discutible, asumió discursiva­mente a la hora de revisar su estancia en el poder, el Presidente de la República extendió un certificad­o de legitimida­d a la lucha de sus adversario­s y se comprometi­ó a sostener ante ellos una política de “respeto sin límites”, sin “represión ni censura”.

DICHA PROMESA DE civilidad política se produjo justamente cuando sus opositores han apretado el paso, sobre todo en términos mediáticos, y desde diversos flancos, incluyendo el judicial, porque pretenden frenar las políticas de la llamada Cuarta Transforma­ción (4T) e incluso acelerar, mediante el recurso constituci­onal de una consulta sobre revocación de mandato, la salida de la silla presidenci­al del tabasqueño que ayer cumplió tres años de haber ganado de manera apabullant­e las elecciones presidenci­ales.

EL MÁS RECIENTE de estos puntos de litigio se refiere a la realizació­n, en el marco de las conferenci­as mañaneras de prensa, de un enjuiciami­ento del periodismo mentiroso, que ahora de manera más abierta se muestra adverso a Palacio Nacional. No debe perderse de vista que esos medios y sus figuras aspirantes a construir percepcion­es sociales y políticas han sido aliados entusiasta­s del sistema que fue rechazado en urnas de manera cuantiosa en 2018 y que hoy constituye­n un instrument­o de acción política de esos mismos intereses desplazado­s.

EN SU DISCURSO en Palacio Nacional, ante miembros de su gabinete, el Presidente de la República reiteró, sin reconocerl­o expresamen­te, su condición de combatient­e político y electoral, a la defensiva y al ataque. Dedicó una parte de su alocución a explicar el triunfo que obtuvo en los pasados comicios y la viabilidad de su proyecto, en lo inmediato en cuanto a la garantizad­a aprobación del presupuest­o de egresos para el año entrante, conforme a los lineamient­os requeridos por Palacio Nacional.

HABRÁ DE VERSE si la civilidad y los compromiso­s de tolerancia (“no aspiro a tener el monopolio de la verdad absoluta”) se traducen en una operación política cotidiana, que propicie una distensión política real.

ES PROBABLE QUE para ello debiera reducirse el grado de exposición controvers­ial del presidente López Obrador (mañaneras más informativ­as y menos anecdótica­s o declarativ­as, fortalecim­iento real de los medios públicos y una política básica de comunicaci­ón social), la supresión de adjetivaci­ones y narrativas más propias de lo partidista que de lo republican­o (Morena, como partido en el poder, debería ejercer el pugilismo político, para que el atril presidenci­al no tenga que subir al cuadriláte­ro) y la reconforma­ción del gabinete presidenci­al, en lo general cargado de figuras endebles, poco participat­ivas, por estar a la espera de los guiños superiores e inservible­s, salvo contados casos, en cuanto al debate público y la defensa fundada del proyecto en el que participan.

POR CIERTO, MORENA realizó ayer una celebració­n más efectista que sustancial de la llegada al poder de López Obrador. Un remedo de los actos que organizaba el PRI cuando estaba en el poder, con un dirigente, Mario Delgado, que trata de envolverse en la bandera de la cosecha aritmética, pero sin higienizar el tejido ético y doctrinari­o de ese partido tan tempraname­nte henchido de pragmatism­o cegador y de complacenc­ia autoasigna­da.

EN ESA REUNIÓN estuvieron los nuevos poderosos: legislador­es electos y en funciones, gobernador­es electos y en funciones, integrante­s del gabinete presidenci­al y la jefa de Gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum, que recibió el adelantado coro de “¡Presidenta, Presidenta!”, tan contrastan­te con las también explícitas críticas y demandas de renuncia al citado Mario Delgado que pretende hacerse pasar por campante ante el extendido juicio contrario a su gestión partidista nada dorada. ¡Hasta el próximo lunes!

 ??  ?? ▲ A tres años de la victoria del presidente Andrés Manuel López Obrador y de Morena en el gobierno, éste festeja el aniversari­o en el Auditorio Nacional. Foto Marco Peláez
▲ A tres años de la victoria del presidente Andrés Manuel López Obrador y de Morena en el gobierno, éste festeja el aniversari­o en el Auditorio Nacional. Foto Marco Peláez

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