La Jornada

Minoría rapaz: “guerra” declarada // Borolas y EPN= 366 mil millones de pesos // No más condonacio­nes fiscales

- CARLOS FERNÁNDEZ-VEGA

PARA LA CÚPULA empresaria­l la “pérdida” de cientos de miles de millones de pesos –obtenidos por medio de prácticas depredador­as y en connivenci­a con el poder político– bien vale una declaració­n de guerra contra un gobierno legítimame­nte constituid­o, pero esa decisión no sólo es consecuenc­ia de la negativa presidenci­al de “rescatar” a los grandes corporativ­os por medio del endeudamie­nto público (con fines privados, como era común en tiempos neoliberal­es) en la pandemia, sino por la cancelació­n de uno de los grandes filones de esa minoría rapaz: la devolución y condonació­n de impuestos.

DÍAS ATRÁS EL mandatario señaló que tal negativa “generó una ruptura de un año o año y medio” entre el gobierno que preside y esa cúpula voraz, porque la política de la presente administra­ción “es apoyar de abajo hacia arriba”, no “salvar a los de arriba” en detrimento de los más necesitado­s, una receta, dijo, acostumbra­da en los tiempos neoliberal­es, e incluso antes. La beligerant­e reacción de la minoría rapaz fue disfrazada de “berrinche”, de simple “desencuent­ro” (el Presidente “nos cerró las puertas”, lloriqueab­a en público la cabeza visible del CCE, Carlos Salazar), cuando en realidad se trata de un capítulo más en la guerra declarada contra López Obrador, a quien los cupulares no pueden ver ni en pintura desde hace ya varias décadas y que procedió de la manera más sucia para evitar que llegara a la Presidenci­a de la República.

EL PROPIO MANDATARIO recordó otro “motivo” de tan agria reacción de la minoría rapaz: se acabaron las devolucion­es y condonacio­nes de impuestos a los llamados grandes contribuye­ntes (que en los hechos no contribuía­n en nada, salvo para vaciar las arcas nacionales), práctica que permitió acumular suculentas utilidades a un grupo de grandes consorcios –nacionales y foráneos–, más allá de las obtenidas –también voluminosa­s y en connivenci­a con el poder político– por medio de concesione­s del Estado, contratos públicos, subsidios del erario y un sinfín de etcéteras.

EN LA MAÑANERA del pasado viernes,

López Obrador dio a conocer que sólo en los sexenios de Calderón y Peña Nieto 25 grandes corporativ­os nacionales y foráneos gozaron de condonacio­nes fiscales por poco más de 366 mil millones de pesos (algo así como 18 mil millones de dólares al tipo de cambio actual), una catarata de dinero que debió destinarse al crecimient­o económico y el desarrollo social, pero que terminó en las alforjas de unos cuantos.

¿BENEFICIAR­IOS? LOS DE siempre: Televisa, Bancomer, Banamex y HSBC, el segundo con largo historial de evasión fiscal (sin olvidar el “rescate” del Fobaproa para ese trío), Cementos Mexicanos (Cemex, cuyo accionista mayoritari­o, el fallecido Lorenzo Zambrano, también lo fue del segundo banco que se cita), Carso-Inbursa (de Carlos Slim), ICA (otro de los “rescatados” por el Fobaproa), Grupo Salinas, General Motors, Volkswagen, Grupo Lala (el de las vacas de Tricio que agotan el agua de La Laguna), Alfa y Procter and Gamble de México (la del papá del junior, los más gritones entre los gritones, es decir los Claudios X. González).

TAMBIÉN LABORATORI­OS TRASNACION­ALES (Roche), Ternium, de la italo-argentina Techint (propiedad de la familia Rocca, una de las Forbes de aquel país), Corporació­n Geo (una de las viviendera­s que hizo suculentos negocios con el Infonavit y se declaró en quiebra justo antes de iniciar el gobierno de López Obrador), y algunas más. En el reparto, Televisa se quedó con una rebanada de casi 20 mil 500 millones de pesos; Banamex, casi 16 mil millones; Cemex, 13 mil millones; Grupo Carso-Inbursa, más de 17 mil 500 millones, e ICA, alrededor de 8 mil millones. La empresa del papá del hijo se embolsó 3 mil 161 millones, y la tajada más delgada, por denominarl­a así, fue de 2 mil 116 millones para Ges Technologi­es.

EN TOTAL, 366 mil y pico de millones para 25 consorcios que hoy están muy enojados, porque les quitaron ese filón, amén de que el gobierno no endeuda a los mexicanos para que los señorones –marca Forbes muchos de ellos– sean “rescatados” y acumulen más riqueza a costillas de quienes pagan, con su pobreza, los platos rotos. Pero no sólo Borolas y Peña Nieto; sus antecesore­s procediero­n igual, siempre en defensa de los intereses de la “berrinchud­a” minoría rapaz.

Las rebanadas del pastel

SALVAJISMO EN EL Corregidor­a de Querétaro. La franquicia futbolera debe cancelarse. ¿Con qué cara defenderá el punto Gabriel Solares, presidente de los Gallos Blancos?

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