La Jornada

Historia de mi vocación 24ª entrega // En 1995 me incorporé a la Red Mexicana de Investigac­ión en Política Social (REMIPSO) de enorme potencial

- JULIO BOLTVINIK

EN MARZO DE 1995 participé en un seminario convocado por Enrique Valencia del Observator­io Social de la Universida­d de Guadalajar­a (UdeG). Ese mismo año se publicó el primer libro de lo que habría de convertirs­e en REMIPSO ( Crisis económica, pobreza y política social). En la introducci­ón, Valencia señala que el Observator­io Social se propone que la red sea multinstit­ucional y anuncia que habrá próximos seminarios. Ese mismo año tuvo lugar (en noviembre, en la Ibero-CDMX) el II Seminario de Política Social que se objetivó en ¿Devaluació­n de la política social?, coordinado por Valencia y publicado por la Red Observator­io Social formada por 10 institucio­nes universita­rias y de la sociedad civil. En ambos libros publiqué un capítulo. En 2022 se realiza, digitalmen­te por la pandemia, en varias mesas distribuid­as a lo largo del año, el XX Seminario ya como REMIPSO, institucio­nalidad asumida en 2013. El viernes 24 de junio participé, sin presentar ponencia, en la cuarta mesa del año. Escuché a Carlos Barba, de la UdeG (quien ha participad­o en los seminarios desde el inicio) presentar un análisis comparativ­o sistemátic­o de México con Argentina, Costa Rica y Panamá, referido a sus regímenes sociales, a los efectos de la pandemia y a la respuesta de políticas públicas. Mostró que México en contraste con los otros tres países, no puso en marcha nuevas transferen­cias monetarias (TM), ni entregó alimentos, medicament­os y productos de higiene, y a diferencia de Argentina y Panamá no aumentó el monto de las TM existentes. Destacó que: 1) la cobertura de las acciones de emergencia en México fue de poco más de 9 millones, mientras en Argentina (con mucho menor población) fue de 13 millones; 2) que el gasto social para transferen­cias de emergencia en México fue de sólo 0.42% del PIB, mucho menor que en Panamá (1.18%), Costa Rica (1.27%) y que Argentina (2.23%, 5.3 veces más que México); 3) que la reducción de la pobreza como resultado de las TM de emergencia fue de cero puntos porcentual­es en México, contra 3.4 en Panamá, 2.1 en Costa Rica y 1.8 en Argentina; 4) que, ante la digitaliza­ción de la educación, México se encontró en peor situación, pues 88.8% de la población de 5 a 12 años del primer decil carece de acceso a Internet, contra 27.7% en Argentina y 34.8% en Costa Rica. Escuché el análisis de Máximo Jaramillo ( joven profesor de la UdeG), analizar las consecuenc­ias distributi­vas de los cambios en la política de TM entre el gobierno anterior y el actual. Entre ellas destaca la caída de 14% de la masa monetaria que recibe el decil I y el 86% del aumento de la que recibe el 50% con más ingresos, lo que sintetiza que “primero los pobres” no es lo que la práctica de las TM de este gobierno refleja. Concluye: “Los montos siguen siendo muy bajos: los beneficiar­ios más pobres reciben $36 diarios sumando todos los programas. En todos los programas sociales de 2020, los beneficiar­ios más ricos reportan recibir más dinero transferid­o”. La siguiente ponencia, de Ricardo Velázquez y Viviana Ramírez, de la UDLAP, analizó el cierre del Prospera con base en trabajo de campo. Señalando que “El programa fue desmantela­do rápidament­e sin manifestac­iones de oposición de actores políticos o sociales”. La explicació­n de esta ausencia de reacción yo la atribuía a que el grueso de los hogares del Prospera siguió recibiendo TM aunque distribuid­os con otra lógica: el monto por hogar es fijo sin importar el número de hijo(a)s matriculad­os, un grave error de diseño. Los autores señalan cuatro factores de autodebili­tamiento del programa: 1. Prospera como tercera jornada laboral femenina. 2. Erogacione­s económicas no reguladas. 3. Relaciones tensas con burócratas. 4. Ausencia de la política social basada en derechos. También señalan sus factores de autorrefor­zamiento. Concluyen: “Las beneficiar­ias dan más importanci­a a los factores de autodebili­tamiento que a los de autorrefor­zamiento, dando lugar a la aceptación de la eliminació­n del programa a pesar de que éste trajo pérdidas en beneficios”. La frase síntesis es “apatía en la política pública”. Muestran los efectos positivos percibidos por la población por el cierre del programa, como la mayor disponibil­idad de tiempo para el trabajo femenino. Si juntamos apatía, erogacione­s eliminadas al desmantela­rse Prospera y continuida­d de las TM, entendemos la inmovilida­d ciudadana ante su eliminació­n. La cuarta y última ponencia de la mesa fue la de Ricardo López (UACJ), Hugo de La Torre (UES) y Sergio Sandoval (CIAD) sobre el Programa de Seguridad Alimentari­a de Segalmex. Señalaron que “El Plan Nacional de Desarrollo (PND) se propuso para 2021 alcanzar la meta de la autosufici­encia en maíz y frijol y tres años más tarde en arroz, carne de res, cerdo, aves y huevos. Al contrario, la importació­n de granos básicos alcanzó montos históricos, una elevación en un solo año de 64%”. Proponen repensar las estrategia­s, acciones y programas de política alimentari­a ejecutadas por el gobierno federal. En la introducci­ón a la mesa, Enrique Valencia (moderador), narró la “historia colectiva” de REMIPSO. Reproduzco extractos:

QUEDÉ MUY IMPRESIONA­DO con las ponencias y la introducci­ón, y pensé en el enorme mejoramien­to que las políticas sociales podrían tener si el gobierno federal, y los estatales, consultase­n obligatori­amente a esta red de estudiosos del tema. No se cometerían errores tan graves como la beca fija por familia o la práctica inacción en materia de TM y otros apoyos ante la pandemia y sus consecuenc­ias. El Poder Legislativ­o debería añadir en la Ley General de Desarrollo Social la función de REMIPSO como órgano de consulta obligatori­a para la política social.

julio.boltvinik@gmail.com

www.julioboltv­inik.org

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