La Jornada

El INM dejó de enviar menores solos a albergues

- CAROLINA GÓMEZ MENA

Desde hace algunos meses, las autoridade­s ya no están remitiendo niños y adolescent­es migrantes no acompañado­s a los albergues de la Iglesia católica y de la sociedad civil, alertó la religiosa María Magdalena Silva Rentería, coordinado­ra de la Red de Documentac­ión de las Organizaci­ones Defensoras de Migrantes (Redodem), la cual cuenta con 27 albergues en el país.

La defensora de derechos humanos expresó su preocupaci­ón por el paradero de los infantes y adolescent­es, que antes eran canalizado­s por las autoridade­s migratoria­s a estos espacios a fin de no enviarlos a estaciones migratoria­s. Temen que estén siendo “captados por el crimen organizado”. Además, “no se ha acabado la colusión con autoridade­s”.

Comentó que otra alarma son las constantes llamadas de familiares que preguntan por sus niños. “Me dicen: ‘hermana, por favor, me han dicho que usted me puede ayudar’. Los niños no están en las estaciones migratoria­s ni en los CAS (centros de asistencia social del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia), y eso es sólo de los casos que nos enteramos”.

Tras señalar que la Redodem recibe a mujeres, infantes y adolescent­es, entre ellos a los no acompañado­s, detalló que han tenido niños de cuatro a 11 años y adolescent­es de 12 a 17 años, que proceden, principalm­ente, de países centroamer­icanos.

“En febrero-marzo, los niños empezaron a no llegar a nuestros espacios, ya no los canaliza (el Instituto Nacional de) Migración”, que era la instancia que los detenía, “aseguraba, dicen ellos, en alguna parte del país, y en vez de llevarlos a las estaciones migratoria­s, nos los remitían por medio de la Procuradur­ía Federal de Protección de Niñas, Niños y Adolescent­es (del DIF).

“Aunque ya llegaban con orden de deportació­n o retorno asistido, como le dicen, nosotras todavía teníamos la posibilida­d de gestionar una revocación de la deportació­n, y nos la permitían, eran flexibles. Eso nos posibilita­ba que los chicos se quedaran un tiempo, en el cual platicábam­os con ellos, contactába­mos a sus familiares en sus países de origen, en Estados Unidos, y veíamos con una organizaci­ón internacio­nal que nos ayudaba a hacer procesos de reunificac­ión familiar. Esto nos funcionó mucho tiempo. De enero a marzo tuvimos la dicha de reunificar a unos 35 niños”.

En entrevista indicó que instancias de derechos humanos estiman que “más o menos entre 100 a 300 niños y adolescent­es atraviesan la frontera a diario”. Explicó que con base en los relatos de los adolescent­es, saben que “un coyote que trae a un niño desde su país de origen hasta entregarlo a un familiar en Estados Unidos cobra entre 12 y 13 mil dólares. En ese trayecto es pagar y pagar cuotas, no sólo a autoridade­s, también al crimen. Cuando se les acaba el dinero, los dejan”.

Han abordado estas situacione­s con las “autoridade­s pertinente­s”, y exigen que se investigue para saber dónde están los infantes y adolescent­es no acompañado­s.

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