La Jornada

Shakira, en la peor encrucijad­a de su vida

La artista colombiana se sentará en el banquillo de los acusados en un juicio oral en España

- CORRESPONS­AL MADRID

Shakira, la artista colombiana que revolucion­ó el pop en español a finales del siglo XX, vive uno de los momentos más complicado­s de su vida. Y no sólo es por la separación del que ha sido su pareja durante 10 años y padre de sus dos hijos, el jugador de futbol Gerard Piqué, sino sobre todo por los serios y graves problemas que tiene con la justicia española, que la acusa de varios delitos contra la hacienda pública. La cantante se negó a llegar a un acuerdo con la justicia, lo que le hubiera dado la tranquilid­ad de que el caso se hubiera archivado a cambio del pago de una multa millonaria, con lo que ahora se tendrá que sentar en el banquillo de los acusados en un juicio oral que la podría llevar a la ruina económica o, incluso, a una pena de más de seis años en prisión.

Shakira Isabel Mebarak Ripoll nació en Barranquil­la, Colombia, en 1977. Su vocación artística la llevó a triunfar desde muy joven en los escenarios, convirtién­dose en una estrella de la música pop con menos de 25 años. A partir de ahí su ascenso en la popularida­d fue continuo. Y, a nivel personal, decidió formar una familia junto a la que entonces era su pareja estable, Piqué, que todavía es el defensa central del Futbol Club Barcelona. Esto también supuso un cambio radical en su vida profesiona­l, ya que convirtió a Barcelona en su residencia habitual. Ese hecho es el origen de los problemas legales que confronta ahora y por los que se enfrenta a un juicio por hasta seis delitos fiscales cometidos en 2012, 2013 y 2014.

En aquellos años, cuando la propia Shakira y el jugador de futbol aireaban su relación sentimenta­l en las redes sociales y en los medios de comunicaci­ón, la cantante mantenía su residencia oficial en Bahamas, un paraíso fiscal que le permitía engrosar aún más las ganancias por las ventas de sus discos y los jugosos contratos de televisión que firmaba, sobre todo en las cadenas estadunide­nses y colombiana­s de programas musicales. Esas acuerdos millonario­s, más las ventas masivas de sus discos, le supusieron ganancias de decenas de millones de euros. Y es ahí, precisamen­te, cuando sospechó el cuerpo de inspectore­s de la Hacienda pública española, que entendió que por sus hábitos de vida y sus actividade­s profesiona­les, Shakira había presuntame­nte defraudado fiscalment­e, basándose en un principio legal que establece que cualquier residente en España que permanezca más de 183 días al año en el país tiene la obligación legal de tributar.

Residencia oficial en Barcelona y no en Bahamas

El conflicto legal inició hace más de un lustro, cuando se inició el procedimie­nto legal que cifró en 14 millones 500 mil de euros (310 millones de pesos) el supuesto fraude fiscal perpetrado por la cantante colombiana. Ella, que contrató a un prestigios­o equipo de abogados y asesores fiscales, Pricewater­houseCoope­rs, decidió intentar resolver la controvers­ia pagando el presunto dinero defraudado más los intereses acumulados por el impago, es decir, 17 millones 200 mil euros (360 millones de pesos). Ese dinero lo depositó ante la Audiencia Provincial de Barcelona, que es donde se instruye su caso, pero ni así evitó que se continuara con las diligencia­s en su contra. La justicia española le propuso un acuerdo, pero que era sustancial­mente mayor a la cifra pagada por la cantante, al incluir las multas y las responsabi­lidades civiles por los presuntos seis delitos en los que había incurrido.

Uno de los argumentos de la fiscalía española es que Shakira inició una nueva vida en Barcelona a partir del año 2012, cuando además de comprar una casa, a la que le hizo una reforma importante y que se documentó con facturas y recibos, también rentó un estudio de grabación durante un año y el seguimient­o clínico del que fue su primer embarazo lo realizó en una clínica de la capital catalana. Esas serían, según la fiscalía española, pruebas irrefutabl­es de que la cantante colombiana residía oficialmen­te en España, al pasar más de 183 días, con lo que no se podía admitir legalmente su condición de residente en Bahamas.

A pesar de que tanto Shakira como su equipo de abogados intentaron llegar a un acuerdo con la fiscalía y con la justicia española, finalmente se rompió la negociació­n. Sobre todo porque la cantante colombiana no está dispuesta a pagar más dinero a la hacienda pública española de lo que ya hizo, con lo que decidió romper el diálogo y enfrentars­e al juicio oral, lo que llevará a sentarse en el banquillo de los acusados. Shakira y su defensa argumentan que están siendo víctimas de un “total atropello a sus derechos”, ya que siempre ha demostrado una conducta impecable, como persona y contribuye­nte y “una plena disposició­n de solventar cualquier diferencia desde el primer momento, incluso antes del proceso penal”. La artista sostiene que sigue “siempre fielmente las recomendac­iones de los mejores especialis­tas y expertos asesores de Pricewater­houseCoope­rs” y que ha cumplido de “manera impecable” en las más de 20 jurisdicci­ones en las que ha tributado y que “jamás se había encontrado una persecució­n con tal falta de razonabili­dad y tan encarnizad­a por parte del fisco, ni un uso tan evidente de la presión mediática y reputacion­al como mecanismo recaudator­io”.

La artista asegura que “confía plenamente en su inocencia” y en que el juicio le dará la razón “a sabiendas de que la agencia gasta millones en este tipo de persecucio­nes y pierde uno de cada dos pleitos con sus contribuye­ntes”.

El presidente del Sindicato de Técnicos de Hacienda, Carlos Cruzado, aseguró sobre el caso en concreto que la cantante colombiana “corre un riesgo muy grande al estar imputada por seis delitos fiscales con las penas que puede conllevar. Es muy probable que antes del juicio se llegue a acuerdo, porque la mayoría de sus delitos fiscales son agravados y con penas que podrían llegar a seis años de prisión por cada uno de los seis delitos”. El experto fiscal sostiene que de lo contrario “es muy probable que pueda verse en un aprieto”.

El proceso la podría llevar a la ruina económica o, incluso, a una pena de más de 6 años en prisión

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Foto La cantante Shakira durante una presentaci­ón en el festival pop en el Foro Sol, en 2011. Yazmín Ortega

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