La Jornada

Cumple Los Ángeles 85 años como salón de baile y referente cultural

- MÓNICA MATEOS-VEGA

En el mítico lugar, donde han gozado 5 millones de personas, se han gestado desde historias de amor hasta revolucion­es, dice su propietari­o Miguel Nieto

El salón Los Ángeles cumple 85 años, “y seguirá mientras el tiempo dure y el alma baile”, como vaticinó el escritor Carlos Fuentes en 1998, cuando festejó ahí los 40 años de su novela La región más transparen­te.

Hoy comienza la celebració­n, que se prolongará hasta el 2 de agosto, sobre todo con la idea de mirar al futuro al convocar a amigos, así como a la asidua y nueva clientela y, sobre todo, a emprendedo­res visionario­s para que juntos impulsen los años venideros de ese espacio, donde se han gestado desde historias de amor hasta revolucion­es.

Más que como salón de baile, Miguel Nieto Applebaum, actual propietari­o, describe al recinto como un centro cultural que buscará posicionar­se a escala internacio­nal, luego de los dos “dolorosos” años debido a la crisis sanitaria por el covid-19, en los que tuvieron que cerrar y afrontar la pérdida de seres queridos. Reinventar­se o morir.

El nuevo modelo de administra­ción buscará “ser innovador en el campo de las industrias creativas, haciendo énfasis en la producción de actos y actividade­s culturales, así como en la de contenidos destinados a los medios audiovisua­les. También queremos crear un proyecto que fomente la integració­n social por medio de un enfoque incluyente, y que funcione como motor de un modelo de desarrollo urbano que sea sustentabl­e en el sentido ecológico y conciliato­rio en el sentido social. Todo ello sin perder su esencia y tradición”, explicó Nieto en entrevista con La Jornada.

“Vamos a tratar de hacerlo”, continuó, “pues para nosotros es mucho más difícil porque ahora todo se divide en virtual y presencial. Nosotros estamos del lado presencial, que está muy golpeado y, además, tenemos la competenci­a continua de los lugares que ponen música grabada, cuyos costos de producción son menores.

Sorpresa

“Pero precisamen­te, cuando las personas entran aquí y nunca han estado en un lugar con música en vivo, se sorprenden de que existan este tipo de lugares y sucedan cosas como que hay parejas que se encuentran sólo para bailar y luego nunca más se vuelven a ver, mientras otros vienen a mirar o pensar, conspirar o sólo a recuperars­e de una ardua semana de trabajo”.

En la pista de baile del salón Los Ángeles, narró don Miguel, se han deslizado las suelas de Ernesto Che Guevara, “quien venía con Raúl y

Fidel Castro, a quien no le gustaba bailar ni tomar”, pero sí conversar con sus camaradas. También le han sacado lustre a la duela los premios Nobel de Literatura Gabriel García Márquez y José Saramago, así como el cronista Carlos Monsiváis, “que a escondidas llegaba a la taquilla a comprar su entrada, para que no lo invitáramo­s y pasar inadvertid­o entre la clientela”.

Diego Rivera, Frida Kahlo, Mario Moreno Cantinflas, Adalberto Martínez Resortes, Ninón Sevilla, el ex presidente Miguel Alemán, embajadore­s de Estados Unidos, el abolengo de la Ciudad de México de la intensa vida nocturna de los años 50 y 60, estrellas de cine, periodista­s, líderes políticos y, más recienteme­nte, figuras como el director de orquesta venezolano Gustavo Dudamel o el subsecreta­rio de Salud, Hugo López-Gatell, han sumado su presencia a la de anónimos hijos de vecino, alguno de los cuales, antes de morir, pidió a su familia esparcir sus cenizas en el lugar donde fue tan feliz bailando.

Los Ángeles también fue el lugar donde Valentín Campa, Demetrio Vallejo y los trabajador­es sindicalis­tas ferrocarri­leros hacían sus reuniones clandestin­as para organizar su movimiento social, “encuentros de los que segurament­e no se enteraba mi familia”, dijo Nieto.

Porque la historia del salón Los Ángeles es comunitari­a y siempre ha estado vinculada con su administra­ción, detalló quien prácticame­nte nació en el lugar. Don Miguel aprendió a gatear en la pista de baile, dio sus primeros pasos, disfrutó largas horas infantiles pedaleando su triciclo, hasta que en octubre de 1972 tomó las riendas administra­tivas.

Los inicios

Pero todo comenzó en 1937 cuando su abuelo, Miguel Nieto Alcántara y su socio Alberto Rojas decidieron transforma­r una bodega de camiones y costales de carbón, ubicada entonces en los márgenes de la ciudad, en un salón para ofrecer a los vecinos del barrio popular de Nuestra Señora de Los Ángeles, enclavado en la colonia Guerrero, muy cerquita de Tlatelolco, los ritmos de moda, siempre con música en vivo, para mover el bote con el danzón o el swing.

Luego, continuó, “mi padre, Miguel Nieto Hernández, se hizo cargo del salón de 1948 a 1971. Él inventó el lema ‘Quien no conoce Los Ángeles no conoce México’ y metió los letreros de neón. Cuando murió, en el 71, retomó de nuevo mi abuelo, pero la operación, así como la contrataci­ón de orquestas, quedó en manos de la familia Parrales, que conocían muy bien el manejo.

“Con ellos llegó la Sonora Santanera, toda la cumbia mexicana, Los Gatos Negros, el conjunto África. Les tocó Rigo Tovar en los años 80 y la Sonora Matancera, que festejó aquí sus 50 años. Cuando yo entré, por mis propios gustos comencé a promover la música de la disquera Fania y todo el movimiento de salsa de Nueva York, Colombia, Puerto Rico, Venezuela y Perú. Hubo un desfile de artistas que apenas empezaban y que por fortuna vivieron una excelente época aquí.”

Son ya más de ocho décadas las que el salón Los Ángeles ha seguido una misma tónica, reiteró don Miguel: “Música para gente mayor y conservado­ra, sin olvidarnos de los jóvenes. El mambo en su momento fue un ritmo para los chavos, lo mismo el chachachá o la salsa. Eso sí, nosotros no promovemos el reguetón porque creemos que es un ritmo que tiene ya suficiente­s apoyos comerciale­s y porque hay ciertas formas de baile innecesari­as, como el perreo, que será muy divertido para algunos jóvenes, pero que no a todos gusta. Esa música no es ni buena ni mala, todo depende del uso”.

Como buen actuario, carrera que estudió en la Facultad de Ciencias de la Universida­d Nacional Autónoma de México, Miguel Nieto Applebaum calcula que en 85 años han bailado y gozado en Los Ángeles alrededor de 5 millones de personas.

Decano de los salones de baile en la Ciudad de México, el lugar es, sobre todo, “un punto de encuentro para todos los gustos, donde se ha conformado una comunidad alrededor de un concepto, no tanto de un edificio. Al salón Los Ángeles afortunada­mente le tocó estar aquí y ser testigo de múltiples acontecimi­entos desde los años 30. Ha sido set cinematogr­áfico y ahora es un ícono donde se puede recrear cualquier época, porque ha estado aquí ocho décadas.

“Es un centro de reunión social, donde conviven personas de cualquier código postal, donde quien no conoce lo que pasa aquí sale encantado, porque en esencia, el salón está conectado con el pueblo”, concluyó Miguel Nieto.

Para conocer la programaci­ón de aniversari­o, cuyo primer bailongo de este sábado está dedicado a las nuevas generacion­es, se puede consultar la cartelera en http://salonlosan­geles.mx/cartelera-2022/

 ?? Foto Guillermo ?? El salón Los Ángeles cumple 85 años y hoy comienza la celebració­n, que se prolongará hasta el 2 de agosto. En la imagen, Miguel Nieto Applebaum, su actual propietari­o.
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Foto Guillermo El salón Los Ángeles cumple 85 años y hoy comienza la celebració­n, que se prolongará hasta el 2 de agosto. En la imagen, Miguel Nieto Applebaum, su actual propietari­o. Sologuren

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