La Jornada

Morales responde ante la partida de Giménez

Cruz Azul derrota 1-0 al Necaxa

- ALBERTO ACEVES

El clima en el estadio Azteca era de incertidum­bre. En su primer partido desde la salida de Santiago Giménez, los aficionado­s de Cruz Azul se miraban incrédulos ante la titularida­d del chileno Iván Morales, delantero que llegó como refuerzo en febrero pasado y acumuló más de 20 partidos sin goles. Aunque hubo silbidos tras su mención en el sonido local, el Tanque revirtió una situación que parecía insostenib­le ante el Necaxa y marcó el 1-0 definitivo en la sexta jornada de la Liga Mx.

El festejo fue tan explosivo como su pegada. Morales recibió la pelota antes de la media luna, avanzó unos metros y sacó un bombazo de derecha que fue inalcanzab­le para el portero Luis Malagón (38). Desaforado, el delantero corrió hacia la zona técnica, se abrazó con sus compañeros y levantó los puños hacia las tribunas en señal de redención. Los Rayos, que habían jugado con el cuchillo entre los dientes hasta donde les fue posible, no pudieron contener la reacción del Azteca, convertido de un momento a otro en un volcán en erupción.

La Máquina, con algún susto, encaminó así su segundo triunfo bajo el mando de Diego Aguirre y el primero sin Giménez, hoy en el Feyenoord holandés. Lo mismo dio que el equipo de Jaime Lozano mostrara una nueva propuesta en el segundo tiempo, con ataques rápidos de Facundo Batista y Milton Giménez, porque ni eso cambió las cosas en los cartones. Al ser testigo de las atajadas de su portero Sebastián Jurado, Aguirre entendió que el partido no le convenía en el ida y vuelta, sino más bien en una sola dirección.

Por eso, después de que Morales se fundiera y fuera aplaudido por la afición, el técnico de los celestes mandó al campo al uruguayo Gonzalo Carneiro, debutante en la Liga Mx y principal referencia para los centros de Ángel Romero y Uriel Antuna. No fue Carneiro el que tuvo la más clara, pero sí Romero en una jugada, a unos pasos de la portería, que bien podría encabezar el top-10 de los errores más bochornoso­s de esta jornada.

Sin profundida­d, el Necaxa de Lozano procuró sin éxito rematar desde larga distancia. Si bien Ángelo Araos y Fernando Madrigal estuvieron cerca de vencer a Jurado, Dieter Villalpand­o abandonó el terreno de juego por una lesión muscular y provocó un cambio no calculado. Así La Máquina, que esperaba al contragolp­e, fue ganando terreno en los minutos finales, pero no fueron pocas las veces en las que sufrió y resopló de alivio.

De pie y al borde del banquillo, Morales pidió desesperad­o el silbatazo final de Erick Yair Miranda, a unos metros de Aguirre y su cuerpo técnico. Nadie más que él gritó tanto el segundo triunfo de los celestes en este torneo, con el que llegaron a ocho puntos luego de dos derrotas y la misma cantidad de empates. Los rojiblanco­s, por su parte, volvieron cabizbajos a la ciudad de Aguascalie­ntes con su tercer traspié y las nueve unidades con las que llegaron. Un triunfo los habría catapultad­o al segundo o tercer lugar de la tabla.

Aunque fue una victoria sin confeti ni espectácul­o de Cruz Azul en el Azteca, el Tanque, quien permanecía dormido acertó en su primer bombazo tras la salida de Giménez, quien lo había relegado por su falta de gol.

 ?? Foto @CruzAzul ?? El delantero chileno, quien acumuló más de 20 partidos sin goles desde su llegada a los celestes, revirtió la silbatina de la afición y la transformó en aplausos. Su festejo fue efusivo y liberador en el Azteca.
Foto @CruzAzul El delantero chileno, quien acumuló más de 20 partidos sin goles desde su llegada a los celestes, revirtió la silbatina de la afición y la transformó en aplausos. Su festejo fue efusivo y liberador en el Azteca.

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