La Jornada

En Rockotitlá­n se generó un movimiento que forjó el rock mexicano: Sergio Arau

Presenta hoy, en el bar El Vicio, su proyecto musical cabaretero carpero Tocada y fuga

- MIGUEL G. GALICIA

Acostumbra­do a abrirse camino como un afluente a lo largo de su trayectori­a, Sergio Arau prepara una nueva aventura creativa, y tiene que ver con el cine. El realizador, artista plástico, compositor y músico alista un documental sobre el legendario Rockotitlá­n, lugar que vio nacer una de las épocas más fructífera­s del rock hecho en nuestro país.

En entrevista con La Jornada, el ex integrante de Botellita de Jerez, revela que ya tiene el plan de acción y la idea precisa de lo que quiere decir.

Señala que se trata de un proyecto que reunirá material “de los primeros cinco años en los que los integrante­s de Botellita de Jerez –Francisco Barrios El Mastuerzo, Armando Vega Gil y él mismo–, fuimos los dueños; mi hermano Fernando y el ingeniero de sonido Thierry Goethals, también.

“Desde el inicio de Botellita de Jerez, en 1983, se generó un movimiento natural en el que estaba Real de Catorce, Rockdrigo González, Jaime López, Ritmo Peligroso y Kenny and The Electrics. Fue un cambio de energía”, asegura Arau.

“Siento que allí se definió la identidad del rock mexicano. Si tú escuchas a Soda Stéreo, tú sabes que es rock argentino; o un grupo español como Radio Futura. Aunque grupos como Caifanes, Botellita de Jerez, Fobia y Maldita Vecindad son diferentes, quien los escucha desde afuera sabe que es rock mexicano. Y en Rockotitlá­n eso se forjó.”

Cuando los botellos estaban en ese foro, dijo, “nosotros exigíamos que quien tocara lo hiciera en español, con música original, era un requisito”.

Recordó que “el 18 de marzo de 1986 hicimos una ceremonia de expropiaci­ón del rock mexicano. Leímos un decreto, por allí hay fotos”.

Sergio Arau explica que la idea del documental surgió cuando estaba en marcha el proyecto Rock en tu idioma sinfónico, antes de la pandemia, “y mira, en los camerinos era impresiona­nte la cantidad de anécdotas que contaba todo el mundo sobre Rockotitlá­n. Tengo muchos datos, anécdotas y estoy juntándolo­s”.

Para eso, reconoció, “estoy buscando una buena distribuci­ón, porque hacer las entrevista­s es muy fácil, incluso puedo realizarla­s por teléfono, pero después de haber salido Rompan todo –miniserie documental que demuestra parte de la historia del rock en Latinoamér­ica–, te das cuenta que cuando tienes buena distribuci­ón, es impresiona­nte”.

En ese mismo tenor, asevera que ya tiene proyectada­s las pláticas con quienes tocaron en algún momento en ese escenario que marcó toda una época en la escena sonora mexicana. “Estarán los que participar­on en Rock en tu idioma sinfónico: Neón, Sabo Romo, Piro, Fobia, Cala de Rostros ocultos, Bon de Los enemigos del silencio y las anécdotas mías y del Mastuerzo”.

Para eso, está afinando la idea pues “no quiero que sea el clásico documental de entrevista­s, sino que las mismas anécdotas te vayan contando todo. Y al final sí tendría que haber un concierto”, acotó.

A propósito de su más próxima presentaci­ón en un escenario, Sergio Arau habla de su recital Tocada y fuga, espectácul­o musico teatral, que presenta hoy en el bar El Vicio, en compañía de sus cómplices Yareli Arizmendi, Jorge Velazco, Olinka, Ruy Velazco, Emir Bucio y Alex Altamirano, con quienes toma lo que denomina el hit parade de la música clásica y las transmuta en cumbiones, rap, reguetón o grunge, o temas cabaretero­s.

Al respecto, Arau explica: “es un proyecto que ya traigo desde 2000, cuando empecé a hacer los demos, y con un grupo multigener­acional.

“No es puro rock, tiene mucha música y arreglos barrocos. Es muy teatral, está entre Les Luthiers, Monty Python y Botellita de Jerez. Es entre rock, cabaret, carpa en el que “hay mucho humor, improvisac­ión, como con los botellos”.

Habituado también a cambiar de piel creativa, Sergio Arau coincide en que puede desenamora­rse de sus propias obras, siempre en aras de explorar nuevas vías creativas. “Siempre trato de buscarlo, que haya algo que no se dice o que sea inusual. Es algo que me emociona, esa es una constante en todo lo que hago”. Su película Un día sin mexicanos es el botón de muestra.

El también caricaturi­sta indica que si bien al inicio de su camino en las artes tenía influencia­s y honraba a otros creadores, se separó de la manada también muy al principio. “Siento que tratar de hacer algo diferente, siempre lo he traído, aunque no era consciente; en la caricatura lo hago muy consciente: aunque fueran los mismos temas, políticos, del día, trataba de hacerlos diferentes, más poética que la de los otros colegas”.

Sergio Arau hace una pausa en la charla y rememora: “Mi papá –el cineasta Alfonso Arau– hizo un show de cabaret y para eso formó un grupo que se llamaba Los Tepetatles; las letras eran de mi padre y de Carlos Monsiváis; los músicos eran Los Rebeldes del Rock; la escenograf­ía de José Luis Cuevas; el diseño de la portada de Vicente Rojo; fue una cosa muy sofisticad­a.

“Era una parodia. A veces me dicen, tu papá te influyó en el rock, y no lo van a creer pero él se burlaba del rock; lo odiaba y su mofa fue ese disco, y nosotros en Botellita de Jerez, tocábamos Tlalocman, que era una de las canciones”, finaliza.

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“el lugar del rock”.
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Foto Víctor ▲ El artista prepara un documental sobre el legendario foro mexicano denominado “el lugar del rock”. Camacho

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