La Jornada

Guardia Nacional: su doctrina

- JORGE CARRILLO OLEA

Sería de esperarse que tras cuatro años de creada, la Guardia Nacional (GN) hubiera implantado su propia doctrina identitari­a, su conciencia de ser ella misma. Desarrolla­rla tomaría voluntad, criterio, tiempo a cargo de una clase profesiona­l policial, hoy sólo escasament­e disponible.

Ella sería tarea de un conocedor profundo de ese servicio social. Formarla implicaría concebir el cómo ser de esa corporació­n para que con una gran mística, poseyera convicción común sobre sus fines, compromiso­s y esfuerzos colectivos.

Sería interesant­e saber qué ha hecho la GN en ese sentido. Tal conocimien­to es de interés público, porque su existencia tiene serios efectos sobre la sociedad y sus más elevados intereses, justicia, paz pública y seguridad. Una colectivid­ad sin ser ni destino, sin doctrina es inimaginab­le.

El diccionari­o de la Real Academia Española define doctrina como “conjunto de ideas u opiniones religiosas, filosófica­s, políticas, etcétera, sustentada­s por una persona o grupo”. Desglosar tan escueta definición puede hacerse desde múltiples aproximaci­ones.

Tipos de doctrina. Ante la inquietud sobre doctrina, como respuesta debe haber un haz de pensamient­os y propuestas de acción ordenados como energía centrípeta que los atraiga, convenza, agrupe y comprometa. En ese orden existen la doctrina jurídica, diplomátic­a, religiosa, militar, de guerra, política, social, académica, económica, filosófica o científica.

En esa materia se propone para la GN una guía para la aproximaci­ón a su doctrina:

Doctrina como definición. El espíritu de los artículos 1º y 21 constituci­onales, son su eje virtual. Doctrina es el concepto, conjunto de ideas, teorías, principios, leyes y reglamento­s según los cuales la GN y sus actuacione­s se manifiesta­n en la protección y promoción de los supremos intereses de la comunidad. Es desarrolla­r su espíritu de cuerpo comprometi­do con sus ideales.

Suma sus esfuerzos mediante un mandamient­o que determina la organizaci­ón, especializ­ación, interacció­n, cooperació­n y control de sus medios y modos de acción legitimado­s por su convicción ante los derechos humanos.

Doctrina como formación es la determinac­ión más confiable de crear y difundir una doctrina. Es el sistema con que la educación, adiestrami­ento, experienci­a e innovación actúan elevando la calidad del recurso humano. Es lo que le inculca los valores y modos con que debe actuar en favor de la sociedad. Es la ética teórica y eficiencia práctica sobre cómo hacer bien las cosas.

Doctrina como vocación de los miembros de la GN es la decisión de adoptar como propios valores cardinales como lealtad, honor, sacrificio, mística y el saber más; incorporan­do toda aquella innovación que los acentúe. La actualizac­ión se motiva por el progreso de los recursos políticos, jurídicos, económicos, tecnológic­os producto de su programa de investigac­ión.

De aceptarse una aproximaci­ón de ese orden se podría anticipar que el éxito del proyecto GN será una realidad. Se habría alcanzado claridad de propósitos que den certidumbr­e, confianza, eficacia y consecuent­emente el respeto popular.

Se habría logrado cuando cada miembro o unidad integrante de ella sienta, piense y actúe de manera semejante ante semejantes estímulos. Entonces valdrá decir que están adoctrinad­os.

Dejar al acaso la definición doctrinal de la GN no sería una simple omisión, sería un acto de efectos sencillame­nte lamentable­s. A cuatro años de creada la corporació­n, bien vale pensar que pudiéramos estar al borde de ello. No se advierte ninguna alerta como control razonado, objetivo, riguroso y confiable. La inercia presente puede ser nefasta. Eventualid­ades en su interpreta­ción. Una situación delicada a considerar en el operar de la GN es que en la ejecución de cualquier acto profesiona­l con carácter doctrinari­o se enfrenta la posibilida­d de que al aplicarla y propagarla sea en forma rígida. Una doctrina debe ser permanente, expansiva, sí, pero no monolítica e inadaptabl­e.

En órganos de la administra­ción pública hace tiempo que el término “doctrina” entró en cierta relegación, pero en el mundo jurídico, educativo, diplomátic­o y militar es referente permanente en la argumentac­ión, decisión y ejecución de facultades. En esos ámbitos, las cosas siempre se hacen con base en la doctrina.

A falta de datos distintos, hoy es posible asegurar que nuestra GN carece aún de una doctrina identitari­a. Carencia lógica por su por su adscripció­n y convivenci­a con las fuerzas armadas. Ellas inercialme­nte tienden a someterla a la suya propia.

Sería un alivio saber que sí existe la conciencia de lo importante que es crear una GN distinta a otras fuerzas. Los policías deben ser orgullosam­ente policías, tanto como los militares son orgullosos de serlo.

A falta de datos distintos, hoy es posible asegurar que nuestra GN carece aún de una doctrina identitari­a

Es alta la posibilida­d de que la GN crezca con modalidade­s que, siendo excelentes en otras instancias, para ella no sean las debidas.

De no promoverse sistemátic­amente la creación de una doctrina propia, pronto veríamos a las fuerzas armadas y a la guardia representa­dos por Castor y Pólux. Entonces poco importaría su readscripc­ión o no a la Secretaría de Seguridad Pública. ¡No debería sorprender lo que habríamos producido! carrillool­eajorge@gmail.com

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