La Jornada

Messi celebra de nuevo frente al Tri y revive a la Albicelest­e

Los sudamerica­nos ganan 2-0 y mantienen el dominio sobre el equipo mexicano en Mundiales “Ánimo, esto aún no se acaba”, alienta el Presidente

- DE LA REDACCIÓN De la Redacción

Y ENZO FERNÁNDEZ SOSTIENEN EL SUEÑO ARGENTINO

En los Mundiales hay partidos en que se sueña con ser goleador y otros en los que se juega para ser rey. Messi lo sabe mejor que nadie. Con el capitán a la cabeza de la selección argentina, el colapso de México en Doha resultó todavía más evidente. Lo que sucedió en la derrota por 2-0, en el segundo y casi definitivo encuentro del Grupo C, es un mantra que ha regido la actuación del Tricolor en pasadas ediciones: “jugamos como nunca”, rezan los aficionado­s mexicanos, “y perdimos como siempre”.

En su quinta y muy probable última Copa, Messi dejó en silencio a un país que esperaba comenzar el domingo con una gran fiesta futbolísti­ca. Campeón de América ante Brasil, el rosarino ratificó que en su pierna zurda se alojaba el gran temor de sus rivales, cuya única esperanza era el contraataq­ue. Las dos naciones que más boletos solicitaro­n en el portal de la FIFA celebraron una especie de final adelantada en el estadio Lusail, un imponente coloso que registró récord de asistencia con 88 mil 966 testigos y donde perder era resignarse a esperar un milagro en la siguiente fecha.

Tras encontrar los caminos cerrados en la primera parte, el Diez desafió de nuevo a la lógica y sacó un latigazo desde fuera del área (65), que quebró las normalidad­es del tiempo y el espacio. Aunque Héctor Herrera intentó frenar su recorrido, la pelota se escurrió por el poste izquierdo de Guillermo Ochoa y quebró el juego casi perfecto de los zagueros mexicanos. El grito de gol, además, reanimó el sueño de los sudamerica­nos de levantar el trofeo de la Copa luego de una semana de desconsuel­o por el histórico batacazo de Arabia Saudita.

La proximidad con el genio de la Albicelest­e, en cambio, redujo al combinado tricolor hasta el mínimo tamaño. El técnico Gerardo Martino, rosarino como Messi y quien conoce como nadie esa idiosincra­sia alimentada por los extremos, se convenció sin éxito que una línea de cinco defensores, con dos extremos rápidos en ataque, pero sin un centrodela­ntero, era la forma más efectiva de mantener el cero y llegar con aspiracion­es al cierre de la fase de grupos.

Si Argentina fue “todos para uno y Messi para todos”, el Tricolor atravesó un desierto futbolísti­co donde Hirving Lozano y Alexis Vega tan sólo fueron cazadores de perlas. El único remate con peligro surgió de un tiro libre de Vega, en el que el portero Emiliano Dibu Martínez se suspendió en el aire y no dio rebote para mostrar su seguridad. Cuando la Albicelest­e empezó a jugar como lo que es, uno de los grandes aspirantes al título, el 2-0 no hizo más que ensanchar la distancia entre ambas seleccione­s.

Fiesta y violencia

Convencido de que la magia no sólo le pertenece a los genios, el joven Enzo Fernández le puso moño al triunfo con un exquisito derechazo al ángulo, a tres minutos para el final, con la complicida­d de Erick Gutiérrez. Aquello detonó la fiesta de los argentinos, que ahora suman cuatro victorias en Mundiales ante el Tricolor (1930, 2006, 2010 y 2022). Pero también originó algunos brotes de violencia en el inmueble, donde seguidores de ambos países se enfrascaro­n a golpes.

La Albicelest­e registró así sus pri

El presidente Andrés Manuel López Obrador compartió en sus redes sociales un mensaje de aliento a los aficionado­s mexicanos, luego de la derrota contra Argentina en la Copa del Mundo.

“Vi el juego con Tenoch (Huerta). Ánimo. Todavía tenemos oportunida­d y esto no se acaba hasta que se acaba. Además, mañana (hoy) vamos a celebrar que como México y su pueblo no hay dos”, escribió con una imagen en la que estuvo acompañado por el actor y activista. meros tres puntos en la zona que lidera Polonia con cuatro unidades. Arabia Saudita tiene tres mientras México, que no ligaba dos partidos en la Copa sin marcar gol desde Chile 62, es último lugar con un punto. Para clasificar­se a la siguiente instancia, los dirigidos por Tata Martino necesitan vencer a los árabes por al menos tres goles y esperar el resultado de polacos y sudamerica­nos. En medio de la derrota, Andrés Guardado entró al grupo exclusivo de los Cinco Copas.

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