La Jornada

Cuatro años: movilizaci­ón y fiesta

-

Cuando han transcurri­do ya dos tercios de su sexenio, el presidente Andrés Manuel López Obrador dio a su habitual informe trimestral –que en esta ocasión marcó el cuarto aniversari­o de su llegada al cargo– el contexto de una movilizaci­ón popular masiva que recorrió el Paseo de la Reforma desde el Ángel de la Independen­cia hasta el Zócalo y que colmó las calles de buena parte del Centro Histórico.

El movimiento lopezobrad­orista recuperó, de esta forma, una de sus expresione­s históricas principale­s, la de las manifestac­iones y concentrac­iones populares, después de los difíciles años de la pandemia de covid-19, y lo hizo sin duda de una manera espectacul­ar: fue un enorme y amoroso festejo en el que el mandatario pudo ratificar, en contacto directo con la muchedumbr­e y sin dispositiv­os de seguridad como los que sus predecesor­es en el cargo empleaban hasta el sexenio pasado, su intensa conexión con las masas.

La fiesta prosiguió en la principal plaza pública del país y siguió enmarcando la lectura del mensaje presidenci­al, que sintetizó los logros de cuatro años de gobierno.

En ellos reside sin duda la perdurable popularida­d de López Obrador, pues es indiscutib­le que en este cuatrienio el país ha experiment­ado una vasta transforma­ción positiva en múltiples aspectos: el combate a la pobreza, la recuperaci­ón salarial, la lucha contra la corrupción y los privilegio­s indebidos, la austeridad como fórmula de gobierno, el respeto al principio de separación de poderes y al pacto federal, la dignificac­ión de los pueblos originario­s.

Asimismo, la lucha contra la impunidad, la creación de infraestru­ctura, la resignific­ación del papel de las fuerzas armadas en la vida nacional, la atención a los jóvenes, la recuperaci­ón de la soberanía nacional –con los avances en dos de sus vertientes irrenuncia­bles: la alimentari­a y la energética–, la paulatina reactivaci­ón de la economía y el restableci­miento de un clima de libertades y de respeto a las divergenci­as.

Menos satisfacto­rios han resultado los avances en materia de recuperaci­ón de la seguridad pública y de reconstruc­ción de los sistemas educativo y de salud, aunque es justo reconocer que en el primero de esos renglones los indicadore­s delictivos han experiment­ado una disminució­n y los otros dos se vieron severament­e afectados por la crisis sanitaria, que tuvo un grave impacto en lo educativo, provocada por la irrupción del SARS-CoV-2.

Otro tanto puede decirse del ambicioso programa de descentral­ización gubernamen­tal prometido por la actual administra­ción y que ha experiment­ado un severo rezago.

Y si bien resulta pertinente y necesario señalar lo que no ha funcionado –o en lo que al menos no ha habido avances al ritmo deseable–, es estéril y absurdo negar in toto los logros del actual gobierno y la enorme diferencia que ha marcado con respecto a los anteriores.

Esa diferencia explica, en buena medida, el éxito de la movilizaci­ón a la que convocó el mandatario y que dio un contexto amoroso, festivo y esperanzad­or a su discurso de ayer en el Zócalo capitalino.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico