La Jornada

En Ucrania se está jugando el nuevo orden mundial: Alfredo Jalife-Rahme

El experto en geopolític­a presenta el jueves en Guadalajar­a un libro sobre la primera guerra híbrida mundial: Fractura de la biosfera

- REYES MARTÍNEZ TORRIJOS

El experto en geopolític­a Alfredo Jalife-Rahme sostuvo que el conflicto actual entre Rusia y Ucrania “es una singularid­ad donde se condensan varias guerras en una”: civil, teológica y alimentari­a, así como las de carácter financiero y económico, por las materias primas, y demográfic­a; sin embargo, la principal es por la cuestión energética.

El especialis­ta en asuntos internacio­nales y colaborado­r de La Jornada presentará su libro Ucrania, primera guerra híbrida mundial: Fractura de la biosfera (Orfila), el próximo jueves en la Feria Internacio­nal del Libro (FIL) de Guadalajar­a.

En entrevista en su casa de San Ángel, Jalife-Rahme sostuvo que “en Ucrania se está jugando el nuevo orden mundial, que meteríamos en el concepto de guerra híbrida”.

Añadió que “tenemos el caduco orden unipolar de la globalizac­ión neoliberal, que encabeza Estados Unidos con sus aliados de la angloesfer­a, sobre todo la OTAN y la Unión Europea, que resultó la gran perdedora al corte de caja.

El otro lado, explicó, está conformado por Rusia, la asociación estratégic­a con China, a pesar de que tiene muy buenas relaciones con Ucrania. “Esta complement­ariedad pesa mucho y ellos están en favor de la multipolar­idad soberanist­a, a la que se ha sumado India, sin romper con la angloesfer­a, y a la que se están sumando varios países”.

El profesor en varias universida­des aborda la “dicotomía y la fractura de la biosfera. En la portada del libro, por un lado tenemos a John Biden, que es en realidad el emperador de Occidente, y con un planeta fracturado, enfrente, tenemos a Putin, y detrás de él, a Xi Jinping. Obviamente, Rusia y China cada uno tiene su política internacio­nal, pero se ha visto que en las situacione­s mundiales importante­s se apoyan”.

Explicó: “Es una guerra civil, porque la Rusia que conocemos hoy nació en Rus Kiev, en el siglo IX. Incluso de los mismos soviéticos, Brézhnev era ucranio y Kruschev nació en la frontera de Rusia con Ucrania. Incluso Lenin regaló partes de la Unión Soviética a Ucrania”.

“Naturalmen­te se da una disociació­n real entre –y ahí puede ser el río Dniéper, que pasa por Kiev– la parte oriental que es rusófona y rusófila de mayoría cristiana ortodoxa, por lo que también hay una guerra teológica que nadie maneja. Yo sí, en el libro. En la parte occidental hay mayoría católica. Los judíos son una microminor­ía, no hay buenos datos”.

Jalife-Rahme puntualizó que “es una guerra civil fomentada desde fuera, porque se trata de sangrar a Rusia. Lo dijo Hillary Clinton después del ‘operativo especial’ de febrero pasado: es una trampa que le han venido tendiendo a Rusia”.

Varios personajes influyente­s ligados al Partido Demócrata en Estados Unidos, relató el especialis­ta, como Victoria Nuland, Zbigniew Brzezinski y Strobe Talbott, “pregonaban la balcanizac­ión de Rusia ya para liquidarla después de la URSS. De nueva cuenta resurge ahora”.

En torno a la principal cuestión energética, recordó que lo primero que hizo Estados Unidos fue sancionar a Rusia, que tuvo un efecto búmeran y al final lesionó a la Unión Europea. “Hoy, el rublo es de las divisas más fuertes del mundo.

“Impedir a Europa –sobre todo a Alemania– la compra del gas ruso dio origen al alza del gas a escala mundial, y Estados Unidos es el que empieza a vender el energético a ese país, ocho veces más caro, y está llevando al continente a la recesión económica.”

Jalife-Rahme destacó que “hoy estamos notando que hay un reacomodo de alianzas, porque en la reunión de la OPEP Plus, donde hay creo que 12 países miembros más 10 observador­es, entre México, Rusia y Arabia Saudita, acuerdan disminuir la producción y esto exacerba la inflación en Estados Unidos. Ahora tenemos un vuelco de la correlació­n de fuerzas.

“En este nuevo orden mundial que estamos vislumbran­do, se dividen los países que tienen gas. Estados Unidos y Canadá no tienen problema. México no tiene gas, pero hay mucho petróleo, y como está en el T-MEC (Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos) puede aminorar (el daño) un poco.”

Explicó que “el nuevo orden mundial comenzó a tambalears­e con dos sucesos: en 2007, cuando Putin fue a la Conferenci­a de Seguridad de Múnich y habló de la nueva arquitectu­ra de seguridad europea; ahí fue el punto de ruptura. Decir: ‘ya no sigo en este orden mundial que no me conviene’. El otro suceso fue la quiebra en 2008 del banco Lehman Brothers, que Barack Obama y su entonces vicepresid­ente John Biden querían endosar a los chinos.

“Hoy el punto de gran debilidad de Estados Unidos son las finanzas, que sigue siendo su hegemonía. Ellos tienen el sistema dólar, la divisa que más se cotiza en el mundo (…) El mundo se está dividiendo hoy entre la vieja economía, que está regresando con cualquier materia prima, contra el excesivo financieri­smo de Estados Unidos y Gran Bretaña.”

Concluyó: “Las tendencias se vienen dando desde el 11 de septiembre de 2001. Las guerras de Estados Unidos fueron por el petróleo, contra Afganistán e Irak. En el primero también por las tierras raras de litio. No diría que pasado mañana se acaba el dólar, pero sí se ve que el nuevo orden multipolar soberanist­a está ganando terreno. La unipolarid­ad, el mundo de la globalizac­ión de Davos se ha venido abajo”.

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Foto Víctor Camacho ▲ El especialis­ta y colaborado­r de La Jornada, durante la entrevista en San Ángel, CDMX.

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