La Jornada

Allá tienen derecho a elegir qué siembran y nosotros a decidir qué compramos: experto en biosegurid­ad

- FERNANDO CAMACHO SERVÍN

En el diferendo con Estados Unidos sobre maíz transgénic­o, México debe privilegia­r los intereses de la nación y la potestad de sus agricultor­es a decidir qué siembran, pues las presiones para abrirse comercialm­ente “no pueden estar por encima del derecho a una alimentaci­ón sana”, declaró un experto del gobierno.

El secretario ejecutivo de la Comisión Intersecre­tarial de Biosegurid­ad de los Organismos Genéticame­nte Modificado­s (Cibiogem), Alejandro Espinosa Calderón, lamentó la “desinforma­ción” que hay sobre el tema en diversos medios respecto a los alcances de la prohibició­n de granos transgénic­os.

La Cibiogem es un órgano de alto nivel del Poder Ejecutivo, encargado de fijar políticas en su materia y está integrado por secretaría­s de Estado y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

En entrevista con La Jornada, el investigad­or recordó que el decreto mediante el cual se prohíbe el uso de semillas de maíz transgénic­o y se ordena la restricció­n paulatina del uso del glifosato en el país se promulgó el 31 de diciembre de 2020, en respuesta a “una petición de la misma gente, del campo mexicano y de los científico­s” que se oponen a ambos compuestos.

Los señalamien­tos del presidente Andrés Manuel López Obrador sobre el tema han sido “contundent­es”, sobre que la prohibició­n de maíz transgénic­o está vigente sólo para el uso alimentici­o humano del grano, pero no para el pecuario o industrial, enfatizó.

La clave, el interés nacional

El mandatario “lo dice muy claro: no es un asunto de acuerdos comerciale­s, sino de los intereses de cada nación. Los productore­s de Estados Unidos tienen derecho a decidir qué siembran y nosotros a decidir qué compramos. México tiene que defender su autonomía, porque ninguna empresa ni instancia puede estar por encima del derecho a una alimentaci­ón sana”.

Espinosa recalcó que los productos de maíz transgénic­o amarillo, como frituras, glucosa, almidón alimentici­o o alta fructosa no pueden ser importados. Alertó que permitir la llegada de productos genéticame­nte modificado­s significar­ía un “daño terrible a la diversidad de variedades nativas, que son el sustento de la humanidad”.

El especialis­ta señaló que dichos granos locales “tienen resilienci­a, son el baluarte de los mexicanos ante el cambio climático y el gobierno debe mantener nuestro más sagrado tesoro sin que se contamine”.

Destacó que existen diversas investigac­iones sobre los posibles riesgos del uso del glifosato y el maíz transgénic­o y “cuando hay duda razonada o falta de informació­n sobre algún elemento, es preferible utilizar el principio precautori­o” y evitar su consumo e importació­n.

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