La Jornada

Ánimo, no acabará la gloria de México, dice AMLO

Se buscaba una gesta, pero en los minutos finales los asiáticos apagaron el “ya merito”

- DE LA REDACCIÓN Emir Olivares y Néstor Jiménez

Esto es un retroceso de varias décadas y un recuerdo de la peor época de la selección mexicana, el regreso a los tiempos de los ratoncitos verdes. México no era eliminado de una fase de grupos desde Argentina 1978. Cuatro años después, en la Copa de España 1982, ni siquiera calificó. Después de esa era de mediocrida­d, a veces con ciertas dosis de heroísmo o a los tumbos, pero a partir de 1994 el Tricolor avanzaba a octavos de final de manera consecutiv­a.

Como si hubiera un código genético irrenuncia­ble en ese cuerpo amorfo que hoy es el Tri, volvió a caminar al borde del abismo para ilusionar y caer fatalmente eliminado del Mundial de Qatar 2022. Justo cuando dio su mejor juego en el estadio Lusail, pero como suele sucederle, ya era demasiado tarde. Venció 2-1 a Arabia Saudita, una victoria y una actuación que saben a poco.

Sólo necesitaba­n un gol para escribir una gesta. Porque la cuota inicial era ganar por tres tantos de diferencia para calificar por mérito propio, y cuando anotaron las dos veces en el segundo tiempo, el boleto era posible con una diana más. La merodearon, estuvo ahí nomás al alcance, pero no llegó. Lograrlo sería tanto como romper una trágica historia de desencanto­s y cumplir la eterna promesa del futbol mexicano que hoy parece más inalcanzab­le.

El empate sin goles ante Polonia y la derrota 0-2 ante Argentina queda para el registro de la peor Copa del Mundo en los últimos 44 años.

Después del paso gris en los dos primeros duelos en Qatar, ante Arabia Saudita era el choque decisivo, el de salir a arrebatar una victoria o inmolarse dramáticam­ente en una pira. Y como si se tratara de un destino ineludible, eligieron lo segundo. Ocurrió cuando Gerardo Tata Martino puso a jugar a Henry Martín otra vez como centro delantero. Y vaya que le funcionó, abrió el marcador tras un tiro de esquina al inicio del segundo tiempo. En medio de la jugada hubo una asistencia hermosa, con el tacón de César Montes, que hizo todavía más emotivo el remate del atacante de sólo un toquecito con la parte interna del botín.

Para alimentar la ilusión, o como broma macabra, llegó el segundo tanto sólo cuatro minutos después. Luis Chávez, uno de los más ejemplares en este nervioso equipo, cobró un tiro libre para conseguir una anotación majestuosa que entró por el ángulo izquierdo. Una joya para avivar la esperanza o como imagen perversa de quien toca la cima antes de despeñarse para siempre.

Con dos goles y una Arabia Saudita desmadejad­a, que no sabía qué hacer en ese desorden de disparos en contra, México acariciaba la calificaci­ón con el tercer tanto más cerca que nunca. Una anotación más en esta cancha del Lusail o de Argentina –que ganó 2-0- ante una demolida Polonia–, podía meter al Tri a octavos de final.

Martín tuvo el tercero con una volea y hubo dos goles anulados por fuera de lugar, uno de Lozano; otro de Uriel Antuna. Marcar sería tanto como cambiar una historia repleta de fracasos y “ya meritos”, algo que hoy parece tan lejos. Tanto como aquellos aficionado­s mexicanos que miraban con tristeza y enojo a su selección a finales de los años 70 y principios de los 80.

Y terminaba el partido de Argentina con la victoria 2-0 ante Polonia, y ya sólo quedaba el futuro en manos del Tricolor. Entonces como quien hace malabares con la cristalerí­a que termina por estrellars­e en el suelo, así Arabia apagó el “ya merito” de México. Salem Aldawsari aprovechó un descuido para anotar el fin del peor Mundial de México desde 1978.

En la rueda de prensa mañanera de ayer, el presidente Andrés Manuel López Obrador se mostró confiado de que México podría imponerse a Arabia Saudita y avanzar a la siguiente fase del Mundial. Cuando se retiraba del salón Tesorería se le preguntó cuál era su deseo para el representa­tivo tricolor, el tabasqueño se detuvo y regresó al estrado para lanzar: “¡México, México!”, con el puño en alto. –“¿Marcador?”– se le insistió. A lo que de inmediato soltó: “¡Cuatro a cero!” Tras consumarse la eliminació­n, a través de Twitter, felicitó a los tricolores por el esfuerzo y porque por momentos dieron esperanza: “Felicidade­s, en particular por el juego de hoy que nos dio momentos de alegría y esperanza. ¡Ánimo! Como se expresó hace siglos en los Memoriales de Culhuacán: ‘En tanto que permanezca el mundo, no acabará la fama y la gloria de México-Tenochtitl­an’”.

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Foto Ap Los mexicanos ganaron 2-1, pero no les alcanzó y terminaron terceros en el sector C. Luis Chávez, quien marcó el segundo tanto con un golazo de tiro libre, Guillermo Ochoa, Héctor Moreno y Carlos Rodríguez se muestran abatidos tras el silbatazo final

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