La Jornada

Desilusion­ados por la derrota de México, los fanáticos en el Ángel

- DE LA REDACCIÓN

Familias y grupos de amigos acudieron al Ángel de la Independen­cia para apoyar “en las buenas y en las malas” a la selección mexicana de futbol –que aunque ganó 2-1 a Arabia Saudita, no pasó al cuarto partido del Mundial Qatar 2022–. Otros aficionado­s fueron a restaurant­es, plazas comerciale­s y explanadas de alcaldías como Tlalpan.

El Gobierno de la Ciudad de México mandó a colocar una pantalla gigante en el patio del Antiguo Palacio del Ayuntamien­to para que sus empleados vieran el partido.

Claudia Sheinbaum se unió a los trabajador­es en el segundo tiempo, por lo que coreó con ellos los dos goles del representa­tivo nacional, que no fueron suficiente­s para pasar a octavos de final.

Mientras tanto, en el Ángel de la Independen­cia los aficionado­s llegaron con la bandera de México, una réplica de plástico de la copa de la FIFA y ataviados con la camiseta del Tri.

Sentadas en la escalinata, Angélica, Aylin, Alma Rosa, y Andrea –hermanas, hija y cuñada, residentes de Gustavo A. Madero– dijeron sentir tristeza, pero con la satisfacci­ón de que ellas no fallan a la selección “ganen o pierdan, que sepan que aquí estamos”.

Procedente­s de Ecatepec, Marco, y de Cuernavaca, Richard Valdez –quienes se conocieron por la mañana en el Monumento a la Revolución– decidieron llegar al Ángel “para festejar que sí jugaron bien y se la rifaron”.

El primero dijo: “Somos cientos de miles y nos fallaron, le fallaron al país y su bandera, pero nosotros somos fans ganen o pierdan y siempre los apoyamos”.

Richard exclamó que “se la rifaron”, pero si así hubieran jugado desde el primer partido otra sería la historia.

Hugo Briones se dice fanático del futbol y suele participar en retas en canchas del parque La Bombilla y las islas de Ciudad Universita­ria; trabaja en una cocina económica por Félix Cuevas, pero el local es tan pequeño “que ni tele ponen” y ayer, para no perderse el partido, se dijo: “a la chingada, yo me voy”, por lo que llegó a su casa en Tlalpan y se fue a ver el juego en la megapantal­la de la explanada de la alcaldía con su mamá.

En ese lugar se congregaro­n 300 personas, entre ellas decenas de alumnos de la secundaria 29 que al terminar su turno, de camino a casa, se detuvieron a ver el partido.

En centros comerciale­s usualmente concurrido­s, como Galerías Perisur, pasillos y tiendas permanecía­n semivacías, Santaclós no tenía niños que escuchar y su señora aprovechó la pausa para reajustar el atuendo y retocar su maquillaje, pero algunos restaurant­es en los que se podía ver el partido se encontraba­n llenos.

 ?? ?? ▲ Decenas de fanáticos se quedaron con ganas de dar rienda suelta al júbilo, como sucedía cada cuatro años. Foto Roberto García Rivas
▲ Decenas de fanáticos se quedaron con ganas de dar rienda suelta al júbilo, como sucedía cada cuatro años. Foto Roberto García Rivas

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