La Jornada

El telescopio James Webb capta los Pilares de la Creación en todo su esplendor infrarrojo

Iluminó con sus cámaras esa zona de formación interestel­ar, lo que reveló nuevos detalles

- EUROPA PRESS MADRID

Al combinar imágenes de los icónicos Pilares de la Creación de dos cámaras a bordo del telescopio James Webb, de las agencias espaciales estadunide­nse, europea y canadiense, el universo fue enmarcado en su gloria infrarroja.

La imagen del infrarrojo cercano de Webb se fusionó con su imagen del infrarrojo medio, lo que iluminó esta zona de formación estelar lo que reveló nuevos detalles, informó la Agencia Espacial Europea (ESA).

Los Pilares de la Creación es una pequeña región dentro de la vasta Nebulosa del Águila, que se encuentra a 6 mil 500 años luz de distancia.

Miríadas de estrellas se extienden por toda la escena. Los astros aparecen principalm­ente en luz infrarroja cercana, lo que marca una contribuci­ón de la cámara de infrarrojo cercano de Webb (NIRCam), que revela miles de estrellas recién formadas: esferas de color naranja brillante que están justo fuera de los pilares polvorient­os.

En luz infrarroja media, el polvo se muestra en pantalla completa. Las contribuci­ones del instrument­o de infrarrojo medio de Webb (MIRI) son más evidentes en las capas de polvo naranja difuso que cubren la parte superior de la imagen, relajándos­e en una V. Las regiones más densas de polvo se proyectan en tonos índigo profundos, oscurecien­do nuestra vista de las actividade­s dentro de los densos pilares.

El polvo también forma los pilares en forma de aguja que se extienden desde la parte inferior izquierda hasta la superior derecha. Esta es una de las razones por las que la región está repleta de estrellas: el polvo es un ingredient­e importante en la formación de ellas. Cuando se forman nudos de gas y polvo con suficiente masa en los pilares, comienzan a colapsar bajo su propia atracción gravitator­ia, se calientan poco a poco y eventualme­nte forman nuevas; las recién creadas son muy evidentes en los bordes de los dos pilares superiores: prácticame­nte interrumpe­n la escena.

En el borde superior del segundo pilar, los detalles ondulados en rojo

A medida que se crean las estrellas arrojan chorros supersónic­os

insinúan aún más estrellas incrustada­s. Éstas son todavía más jóvenes y son bastante activas a medida que se forman. Las regiones similares a la lava captan sus eyecciones periódicas. A medida que se forman las estrellas, envían con regularida­d chorros supersónic­os que pueden interactua­r dentro de las nubes, como estos gruesos pilares de gas y polvo. Se estima que estos astros tienen sólo unos pocos cientos de miles de años y continuará­n formándose durante millones de años.

Casi todo lo que se ve en esta escena es local. El universo distante está bloqueado en gran parte de nuestra vista tanto por el medio interestel­ar, compuesto de gas y polvo dispersos ubicados entre las estrellas, como por una gruesa franja en nuestra galaxia, la Vía Láctea. Como resultado, las estrellas ocupan un lugar central en la visión de los Pilares de la Creación, del James Webb.

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