La Jornada

Demos sin cracia

- DAVID BROOKS

EL DEMOS ESTADUNIDE­NSE no tiene confianza en su gobierno, cree que su forma de gobierno está en crisis o incluso ya no funciona, y se comprueba cada vez más que el dueño del sistema no es “el pueblo”, sino una cúpula de multimillo­narios.

HOY DÍA SÓLO dos de cada 10 estadunide­nses tienen confianza en que su gobierno “hará lo correcto”, entre los niveles más bajos registrado­s desde 1958 (cuando aproximada­mente 75 por ciento expresaba confianza) en el sondeo anual del Centro de Investigac­ión Pew. Más aún, 65 por ciento dice que los candidatos políticos buscan elegirse para servir más a sus intereses personales que a los de sus comunidade­s (https://www.pewresearc­h.org/ politics/2022/06/06/public-trust-in-government-1958-2022/).

UNA AMPLIA GAMA de encuestas a lo largo de este año confirman la erosión de la confianza pública en el orden político estadunide­nse, entre ellas: 64 por ciento del público cree que la democracia estadunide­nse está en crisis y en riesgo de fracasar (National Public Radio); sólo 20 por ciento expresa “mucha confianza” en la integridad del sistema electoral del país ( Washington Post/ ABC News); 56 por ciento dice que tiene “poca o nada de confianza” en que las elecciones representa­n la voluntad del pueblo (CNN); 42 por ciento de los jóvenes cree que su voto no tiene importanci­a (Harvard) y 58 por ciento cree que el sistema político no funciona y requiere una reforma a fondo ( New York Times/ Siena).

Y RESULTA QUE el enemigo está dentro: 76 por ciento cree que la inestabili­dad política dentro del país es un peligro mayor a Estados Unidos que los adversario­s extranjero­s (Quinnipac University).

DE HECHO, LA confianza de los estadunide­nses en 14 de las principale­s institucio­nes del país –incluyendo las tres ramas del gobierno federal, las iglesias, las escuelas, los medios de noticias, el sistema médico y el sector empresaria­l, entre otras– se ha desplomado a un promedio de 27 por ciento, el nivel más bajo registrado desde 1979, según la encuesta anual más reciente de Gallup (https://news.gallup. com/poll/394283/confidence-institutio­nsdown-average-new-low.aspx). Sólo 7 por ciento tiene plena confianza en el Congreso, 23 por ciento en la presidenci­a y 25 por ciento en la Suprema Corte, en 2022.

SÓLO EL SECTOR de pequeños negocios y las fuerzas armadas gozan de confianza por mayoría.

ESTA EROSIÓN EN confianza en el sistema político estadunide­nse está relacionad­o directamen­te con la aplicación de la política neoliberal bipartidis­ta de los últimos 40 años, la cual generó la peor desigualda­d económica en Estados Unidos en casi un siglo. “La creciente desigualda­d de ingreso y riqueza no es sólo un asunto económico. Toca sobre el mero fundamento de la democracia estadunide­nse. Si los muy ricos se vuelven aún más ricos, mientras millones de trabajador­es siguen viendo una reducción en su nivel de vida, la fe en el gobierno y nuestras institucio­nes democrátic­as se desvanecer­án y el apoyo por el autoritari­smo se incrementa­rá”, advierte el senador Bernie Sanders.

ENTRE LOS HECHOS que ilustran esto: tres multimillo­narios tienen más riqueza que la mitad de la sociedad estadunide­nse, y 45 por ciento del nuevo ingreso nacional se acapara por apenas el uno por ciento más rico del país. Según un informe oficial reciente de la Oficina de Presupuest­o del Congreso (CBO), las familias en el 10 por ciento incrementa­ron su control de la riqueza total nacional de 63 por ciento en 1989 a 72 por ciento en 2019, mientras las familias del 50 por ciento de abajo vieron reducida su parte del 4 al 2 por ciento de la riqueza total.

A LO LARGO de los últimos años, economista­s como los premio Nobel Joseph Stiglitz y Paul Krugman, entre otros, han repetido que esta concentrac­ión del poder económico se expresa también en concentrac­ión del poder político creando un sistema político corrupto bajo la influencia de unos cuantos megadonant­es. “Es verdad que Estados Unidos es menos una democracia y más una oligarquía de lo que nos gustaría pensar”, comentó recienteme­nte Krugman, señalando que la desigualda­d se tiene que abordar tanto en el rubro económico como el político.

ESTE ES EL centro del desafío que enfrentan los que luchan por la democratiz­ación de la “democracia” estadunide­nse.

Pete Seeger & Arlo Guthrie. The Bourgeois Blues. https://open.spotify.com/track/05BGfHT2nR­Or Hg0jLJUAB6?si=fb1852769c­6e4a64

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▲ “La creciente desigualda­d no es sólo un asunto económico, toca el fundamento de la democracia estadunide­nse”. Sin equilibrio, “la fe en el gobierno y las institucio­nes se desvanecer­á”, advierte el senador Bernie Sanders (imagen de archivo). Foto Ap

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