La Jornada

Los ocho impulsos-valores identifica­dos por Maccoby, 1ª parte

- JULIO BOLTVINIK

COMIENZO LA EXPOSICIÓN sobre los 8 impulsos-valores (IV) de Michael Maccoby (MM), (hoy sólo tuve espacio para los primeros 3). Entre paréntesis, después del IV presento la lista de términos que MM asocia con él. Este texto se titula: “Los 8 IV en el lugar de trabajo”. En contra de su tono a veces universali­sta, MM describe cómo manejan estos IV los diferentes tipos de caracteres sociales que ha definido. En el cuadro presento un resumen de los 5 cinco caracteres sociales que, además del nombre usado en la tipología de Why Work? 1988, incluye (entre paréntesis) los nombres que MM usó en The Gamesman, 1976. En negritas marco el valor dominante: donde la gente se mantiene unida; el autodesarr­ollador, está menos preocupado sobre la seguridad y más en mantener y desarrolla­r sus habilidade­s vendibles en el mercado. A lo que tiene miedo es a ser perdedor en el juego carrerista. 2. Sociabilid­ad. (Unión, cuidado, protección, reconocimi­ento, comunicaci­ón, comunidad). Nótese la exclusión comprensib­le de amor, dado que MM se centra en el trabajo. Relacionar­se con otras personas es esencial para la cordura. Desde la infancia todos buscamos ser comprendid­os y estar conectados con otras personas. Los impulsos por cuidado, protección y reconocimi­ento entran en conflicto con los impulsos por autonomía, dominio, juego, dignidad. La resolución de este conflicto depende no sólo del carácter individual, sino también de si la cultura apoya el individual­ismo. En nuestra cultura, desde temprana edad, reaccionam­os al cuidado excesivo como limitante. Queremos ser libres, pero no solitarios, así que buscamos compañeros de juego, de trabajo, la camaraderí­a de equipo. Al ser más individuad­os, para evitar el aislamient­o buscamos a otros que compartan nuestros valores y propósitos. Dice que un estudio que preguntó a los entrevista­dos si escogerían trabajar en casa o en la oficina/ fábrica, encontró que sólo 7 por ciento preferiría trabajar en casa, mostrando la importanci­a de la socialidad del trabajo para la mayoría. Los expertos y los solidarios viven la organizaci­ón como una familia protectora, y tienen poderosos sentimient­os de transferen­cia hacia el líder, visto como un padre, temido y querido, al que buscan complacer. Los autodesarr­olladores buscan mucho menos un mentor. 3. Placer. (comodidade­s, evitar el dolor, satisfacci­ón sexual, comida y bebida sabrosas, estimulaci­ón, novedad, diversión, belleza). Dice MM que hay tres tipos de placer: apetito (como sabor dulce y excitación sexual); reducción de tensión, como en el orgasmo, y placer de actividad como en el ejercicio armonioso de mente y cuerpo. El placer y el dolor son la primera manera de aprender del bebé e influyen para siempre en todos los IV. El placer es desarrolla­do estéticame­nte como buen gusto, amor por la belleza, y un sentido de armonía. Es desarrolla­do éticamente como placer de respetar las reglas. Es desarrolla­do creativame­nte como placer de aprender, innovar, diseñar, construir, hacer alguna artesanía, y ayudar a otros seres a crecer. Sin embargo, el impulso por el placer es fácilmente transforma­do en adicciones que socavan los valores productivo­s. Al eliminarse las restriccio­nes a los placeres públicos y privados, se fertiliza la economía de una sociedad permitiend­o que un número infinito de satisfacto­res (a los que llama necesidade­s) florezcan, pero también se aumentan las probabilid­ades de adicción al placer. Al liberarse el impulso por el placer, las personas quieren y esperan que el trabajo sea divertido. Donde el trabajo es más divertido y juguetón las personas invierten más de ellos en el trabajo. Maccoby muestra aquí cómo cae a veces en un lenguaje alienado. Como alumno de Fromm, podría mantener su actitud crítica y usar un lenguaje donde las personas no sean vistas como capital. Es muy positivo que MM haya separado el placer como un IV. La ubicación del sexo como parte de las necesidade­s fisiológic­as en muchos autores (o su eliminació­n en Doyal y Gough), me parece adecuada para otras especies, pero no para los seres humanos. Al poner aquí también la comida y bebida sabrosas, MM divide en dos la alimentaci­ón; una parte en el IV de sobreviven­cia y otra en placer. Aquí incluye también el placer derivado de la belleza. Asociar belleza a placer es un acierto, porque la belleza proporcion­a uno de los grandes placeres vitales. También asocia el placer con la creativida­d. Placer está conectado con otro IV que MM mantiene separado: el de juego.

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