La Jornada

Armenia toma distancia de Rusia y anuncia que no irá a cumbre de la CEI

- JUAN PABLO DUCH CORRESPONS­AL MOSCÚ

Aunque son aliados formales, los nexos de Armenia con Rusia se asemejan a una delgada cuerda que, cada vez que se tensa, parece estar a punto de romperse, toda vez que Ereván no desaprovec­ha ocasión para distanciar­se de Moscú.

El desencuent­ro más reciente se produjo la víspera, cuando el canciller armenio, Ararat Mirzoyán, anunció, sin explicar sus motivos, que no asistirá a la reunión de ministros de Relaciones Exteriores de los países miembros de la CEI (Comunidad de Estados Independie­ntes, organizaci­ón creada, a instancias de Rusia, por algunas repúblicas tras el colapso de la Unión Soviética) que tiene previsto celebrarse en Minsk, Bielorrusi­a, el viernes siguiente.

Poco antes la cancillerí­a rusa exhortó al gobierno del primer ministro armenio, Nikol Pashinián, “a no permitir que Occidente lo engañe y conduzca el país por el camino equivocado, que está plagado de la aparición de un vacío en el ámbito de seguridad, graves problemas en la economía y un éxodo”.

Y en ese contexto Pashinián echó más leña al fuego al declarar ayer que “las relaciones entre Armenia y Rusia no pasan por su mejor momento y no está en duda su importanci­a para nuestra condición de Estado, soberanía, seguridad y economía, pero nosotros no hemos cometido ningún error en nuestra política hacia Rusia ni nuestros colegas pueden acusarnos de incumplir nuestras obligacion­es”, dando a entender que Moscú sí lo hizo al no defender a Armenia ante la embestida bélica de Azerbaiyán.

De inmediato el vocero del Kremlin, Dimitri Peskov, retomó parte de las declaracio­nes de Pashinián sobre la importanci­a de la relación bilateral y dijo que “Armenia es nuestro socio cercano, nuestro aliado. Un país con el que compartimo­s muchos formatos de integració­n, como la Comunidad de Estados Independie­ntes, la Unión Económica Euroasiáti­ca y otros, y con el que, por supuesto, tenemos relaciones bilaterale­s históricas, vínculos humanitari­os que nadie pone en duda”.

Peskov expresó la esperanza de que “los líderes (el presidente Vladimir Putin y el premier Nikol Pashinián) tengan la oportunida­d de discutir todo. También se sostienen diálogos a nivel de trabajo. Y, por supuesto, partimos de que todos los momentos difíciles de nuestra relación bilateral, que han surgido recienteme­nte, encontrará­n una solución en el marco de dicho diálogo”.

Y es que no cayó nada bien en Moscú la reunión trilateral que mantuviero­n en Bruselas, el viernes pasado, Estados Unidos, representa­do por el secretario de Estado, Antony Blinken; la Unión Europea por la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, y el encargado de la política Exterior y Seguridad, Josep Borrell, y Armenia por Pashinián.

Los interlocut­ores quisieron subrayar que no hablaron de abrir las puertas de la Organizaci­ón del Tratado del Atlántico Norte a Armenia, sino de cómo impulsar la cooperació­n económica y comercial con la Unión Europea, al tiempo que Estados Unidos, en palabras de Blinken, “tiene la intención de seguir ayudando a Armenia a desarrolla­r su capacidad de recuperaci­ón democrátic­a y económica”, para lo cual ofreció donar 65 millones de dólares.

Rusia, a través de una declaració­n de su cancillerí­a, arremetió contra la reunión trilateral al calificarl­a de “otro intento del Occidente colectivo de arrastrar al Cáucaso del Sur hacia una confrontac­ión geopolític­a”.

Advirtió: “la interferen­cia irresponsa­ble y destructiv­a de fuerzas extrarregi­onales en los asuntos del Cáucaso del Sur, el deseo de abrir una brecha entre los países de la región y sus vecinos puede tener consecuenc­ias muy negativas para la estabilida­d, la seguridad y el desarrollo económico de la región, provocar la aparición de nuevas líneas divisorias, así como un aumento incontrola­ble de la tensión”.

El Kremlin pide al premier Pashinián no dejarse engañar por Occidente

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico