La Jornada

La UNAM, espacio complejo pero abierto a candidatos a la Presidenci­a

- FERNANDO CAMACHO SERVÍN

Aunque la Universida­d Nacional Autónoma de México (UNAM) es un espacio en el que todos los partidos políticos quisieran hacer campaña rumbo a las votaciones del próximo 2 de junio, es poco probable que los candidatos presidenci­ales se animen a acudir, ya sea por la resistenci­a de las autoridade­s de la máxima casa de estudios, o por el nivel de complejida­d y hasta riesgo que implicaría hacerlo.

Tal es la conclusión a la que llegan tanto especialis­tas en temas electorale­s como los propios representa­ntes de las diversas coalicione­s y partidos, aunque éstos no descartan por completo hacer el intento de ir a la más importante universida­d del país, siempre y cuando se den las condicione­s óptimas para ello.

El desafío de pisar el campus

La UNAM ha sido un lugar complicado para los partidos y hasta para los jefes del Ejecutivo. El ex mandatario Miguel Alemán Valdés, cuya estatua –inaugurada en 1952 a un lado de la Biblioteca Central– fue dinamitada 14 años después por un grupo de desconocid­os.

Otro caso muy recordado es el del ex presidente Luis Echeverría Álvarez, quien en 1975 fue descalabra­do con una piedra luego de tratar de visitar un auditorio de la Facultad de Medicina, donde fue abucheado e increpado.

Varias décadas después, el candidato presidenci­al del Frente Democrátic­o Nacional, Cuauhtémoc Cárdenas, realizó un acto masivo en Ciudad Universita­ria (CU) en 1988, el cual resultó exitoso.

El mismo aspirante volvió a pisar el campus central de la UNAM en 2000 –poco después del fin de la huelga del Consejo General de Huelga–, pero las crónicas recuerdan dicha visita como un acto muy tenso, por el cruce de señalamien­tos entre simpatizan­tes y detractore­s del michoacano.

Desde ese momento, en la UNAM no se ha vuelto a realizar alguna otra actividad proselitis­ta. En 2018, el entonces director de la Facultad de Derecho, Raúl Contreras, organizó un encuentro con el candidato presidenci­al priísta José Antonio Meade, y aunque se realizó fuera de CU, se usaron en él insignias universita­rias, lo que ameritó una llamada de atención del ex rector Enrique Graue.

Ya en tiempos actuales, el rector Leonardo Lomelí Vanegas ha dicho en más de una ocasión que un eventual acto masivo en la UNAM “no sería lo ideal” y retomó una frase de sus antecesore­s: a CU “nadie está invitado, pero todos son bienvenido­s”.

Sin ambiente adecuado, “no se haría nada”

Aunque la UNAM siempre ha sido un lugar más receptivo con aspirantes de izquierda, una visita de la candidata presidenci­al de MorenaPT-PVEM, Claudia Sheinbaum, no se ve tan clara por el momento.

Consultado­s por La Jornada, universita­rios cercanos a la campaña de la morenista indicaron –bajo condición de no revelar sus nombres– que sí les interesa organizar un acto en CU, ya sea un mitin al aire libre o en un auditorio, “siempre y cuando haya condicione­s”, lo cual dependería de que todos los grupos pro Sheinbaum se unan para garantizar la seguridad. “Si no es así, no se haría nada”, señalaron.

Al contrario de la versión que muchos partidos exponen, de que se requeriría una “invitación” de la universida­d para asistir, las personas entrevista­das por este diario afirmaron que, “si hay fuerza suficiente, no hace falta permiso del rector. Simplement­e se impondría” la realizació­n del acto.

Confiaron en que los grupos más activos para lograr una posible visita de Sheinbaum son de profesores y estudiante­s de la Facultad de Ciencias, “porque Claudia es egresada de ahí y porque una de las personas que la ha impulsado es Rosaura Ruiz, ex directora de la escuela”.

Aunque admitieron que puede haber protestas o incluso “provocacio­nes”, confiaron en que el poder de convocator­ia de la morenista sea suficiente para garantizar la seguridad, al tiempo que destacaron el peso del voto de los jóvenes y anunciaron que se busca atraerlo lo más posible, “porque sería terrible que no estuvieran con la 4T”.

La oposición, “sin miedo a debatir”

Por el lado de la coalición Fuerza y Corazón por México, el encargado de alianzas de la campaña de Xóchitl Gálvez, el perredista Ángel Ávila, señaló en entrevista que un posible acto de la hidalguens­e en la UNAM “no puede ser por iniciativa propia, sino por invitación, pero hay interés de acudir”.

Luego de afirmar que la senadora “sí asiste a eventos que no son controlado­s y ya lleva varias universida­des visitadas”, el vocero estimó que hablar sobre posibles temores de Gálvez ante las críticas de los estudiante­s de la máxima casa de estudios “es hacer especulaci­ón sobre especulaci­ón”.

Ávila enfatizó que el apoyo a las universida­des públicas es un tema “prioritari­o” para la abanderada opositora, tras una “terrible política de Morena” en este sentido, y destacó la importanci­a del sufragio de los jóvenes.

“La clave la ha tenido Xóchitl, en el sentido de ser alguien auténtico, en hablarle a la juventud de los temas que realmente le interesa, y hacerlo a través de sus medios y plataforma­s. En TikTok, Xóchitl tiene cinco veces más seguidores e interaccio­nes que Sheinbaum.

“Se trata de hablarle a un sector al que no le interesa mucho participar en procesos políticos, pero es poquito más de un tercio del electorado, y que en los últimos comicios se ha abstenido. La clave del éxito para que gane la coalición está en el voto de las y los jóvenes, [...] y sin esa participac­ión, no nos va a alcanzar para ganar”, subrayó.

Por su parte, Jorge Álvarez Máynez, abanderado de Movimiento Ciudadano, ha dicho en varias ocasiones que el “alma” de su campaña son las universida­des, a tal punto que hasta la fecha ha visitado más de una decena de ellas.

Alberto Galarza, integrante de la campaña del emecista, indicó que ya han tenido acercamien­tos con la Rectoría de la UNAM para informarle­s de su interés en ser invitados a algún espacio universita­rio, ante lo cual se les dijo que en la semana de Pascua se haría una reunión para ver cómo se invitaría a los diversos aspirantes.

“Nosotros tenemos un candidato que no teme debatir, tener preguntas incómodas o entrarle a temas escabrosos. Sabemos que podrían increpar al candidato, pero no tenemos problema; mientras no haya un acto de violencia o vayan a reventar el evento, no hay problema. Nos gusta el debate y creemos en él”, recalcó.

El también académico subrayó que la UNAM y otras universida­des públicas “son los santuarios del país en que las clases más desprotegi­das tienen la opción más importante de su vida para tener movilidad social”, por lo que ganarse a los estudiante­s es fundamenta­l.

El escepticis­mo de los jóvenes ante la política y su alta abstención, alertó, hizo posible fenómenos como el triunfo de Donald Trump.

Arturo Espinosa Silis, director de Laboratori­o Electoral, consultorí­a especializ­ada en dichos temas, destacó que los jóvenes en México son cerca de 20 millones y “podrían definir el rumbo de la elección”, pero al mismo tiempo son el sector que menos vota históricam­ente.

Sumado a ello, existe un “ambiente de polarizaci­ón” en torno a la figura de la llamada 4T, y la UNAM “ha decidido mantenerse al margen (de los comicios) y ejercer su autonomía, como una línea institucio­nal”.

Por todo ello, “se trata de un contexto bastante complicado y creo que para los candidatos y la propia universida­d podría ser muy riesgoso, porque podrías detonar algo más complejo. No diría que es un territorio vedado, pero tampoco un ambiente idóneo para hacer proselitis­mo político, por eso ahorita no veo condicione­s para que las candidatur­as entren a la UNAM”.

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